Los dos tienen la misma edad, los mismos dibujos animados favoritos de la infancia, la misma valentía para sentarse aquí y el mismo mantra: yo quiero al toro más que tú. Pero no pueden vivir en orillas más distantes.
Él ha oído a veces a correligionarios de ella según llegaba a la plaza: "¡¡Enrique, a ver si te coge el toro y te mata!!". Ella ha recibido amenazas de taurinos que están siendo investigadas por la Guardia Civil. "En casa estamos pasando mucho miedo".
Juntamos al matador que ha dado muerte a más de 5.000 toros y a la activista que de niña sacaba a los insectos de los charcos con un palito. Cuando pensamos sentar a Enrique Ponce con Silvia Barquero (presidenta del Partido Animalista), mantuvimos esta conversación con alguien cercano al torero. -¿Tú crees que Enrique se atreverá?-¿Atreverse? Hablas con un hombre que se ha puesto delante de bichos de más de 600 kilos.
La cita es a las cinco de la tarde. A modo de ruedo, tenemos una habitación rectangular. El albero es una moqueta verde. Nos ponemos tras el burladero que es la grabadora.
Decía Ramón Pérez de Ayala (por cierto, al que confundían con Belmonte) que si él hubiese mandado en España, habría prohibido las corridas de toros, pero que como no mandaba nada, no se perdía ni una.
Silvia Barquero: Yo quiero un país en el que no haya maltrato animal. Creo que tenemos que trabajar en la empatía, en el respeto a los que son nuestros compañeros de planeta. La tauromaquia está decayendo y en 20 años va a desaparecer...
Enrique Ponce: Yo no creo que la tauromaquia vaya decayendo. Ha habido mayor aumento de asistencia a los ruedos, más festejos... Y una cosa importantísima que te quiero destacar [niega con la cabeza]: yo soy más ecologista que cualquiera de vosotros.
El perrito
S: Ese es el argumento de siempre: vosotros sois los más ecologistas, los que más queréis a los animales...
E: Es que lo soy. Si no más, igual. Yo crío al toro.
S: Pero para matarlo.
E: Para matarlo, claro. Igual que otros crían cerdos u ovejas para matarlos. Hay un encontronazo en lo que decís: porque si no queréis que la fiesta exista, no va a existir el toro de lidia. El toro actual se ha conseguido gracias a siglos de genética. Sólo existe y vive y se cría donde hay corridas de toros. No podemos querer salvar un animal cuando, en el fondo, lo que promovéis es que no exista... A ver, ¿tú criarías el toro bravo?, te pregunto [mira profundamente]. ¿Tú serías ganadera de toro bravo?
S: Yo no quiero hacer sufrir a los animales. Esa es la diferencia. Déjame que te diga: no pienses que nos oponemos a las corridas de toros porque no nos gusten o porque no las entendemos. Nos oponemos porque vemos maltrato animal donde otros ven arte, vemos sufrimiento donde otros ven cultura, nosotros vemos lo que vosotros no veis. Es una cuestión ética, no de gustos.
E: Lo que tienes que entender es que, aunque no os parezca cultura, lo es. Puedes decir que no lo es, pero lo es [Enfatizando. Se ríe]. A mí me gustaría que recapacitáramos sobre ello: el toro bravo no es un perrito, un animal doméstico. Es un animal que sufre, ¿pero hasta qué punto? Si una banderilla le hiciera daño, huiría despavorido. El toro bravo acomete porque su ge-né-ti-ca hace que acometa.
S: Es evidente que los toros no son animales que vienen de otro planeta, tienen un sistema nervioso desarrollado como cualquier otro mamífero...
E: Sí, pero que está preparado para eso.
S: Hay un halo de misticismo que envuelve al mundo taurino donde se intenta negar el primer problema de la tauromaquia. Y es el de que los animales sufren. Los maltratáis hasta que los lleváis a la muerte...
El inconsciente
[Ponce tiene cuerpo de ciclista, sonrisa de campo y una pelambrera que le asoma en el pecho como a un bandolero de Curro Jiménez. Esta faena es sin muerte pero con alguna cornada. Ya irán viendo]
P.- ¿Qué es la tauromaquia?
E: Es belleza, es cultura, es tradición. Para mí la tauromaquia es arte. Es el arte entre las artes.
S: Para mí la tauromaquia es sufrimiento.
P.- ¿Alguna vez te has alegrado por la cogida de un torero, Silvia?
S: No. Nunca me he alegrado por la cogida de un torero [se dirige a Ponce. Sincera]. Sé que hace poco tuviste una cornada, te tuvieron que operar de la clavícula. No gano nada con que un torero muera.
E: Eso está bien.
S: Si nosotros defendemos que hay que avanzar en el respeto, es por ahí por donde deben ir las cosas...
E: No os equivoquéis. No estáis defendiendo al toro, eh [cortante]. Eso que os quede claro. Es que acabáis con la especie... ¿Quién va a criar un toro bravo?, ¿para qué? Supongo que habría un grupo reducido que lo mantendría. Y pasados 70 o 100 años nos dirían: "Mirad, esto es un toro bravo". Y veríamos al animal en un parquecito. Pero la especie tal y como la conocemos desaparecería...
[Hablan como si no hubiera cámaras. Y eso es bueno]
E: El toro no es consciente de lo que le está pasando.
S: Los animales sí que son conscientes.
E: El toro no sabe que va a morir...
S: Nosotros tenemos una base argumental sólida y racional...
E: Tú tienes una base sólida y racional. El toro no. El toro no sabe que va a morir. El Safari Park [Silvia tiene sonrisa de niña y un deje de catequista. A la cita ha venido con dos voluntarios del Partido Animalista, que la siguen silentes y para más inri quieren ser periodistas. Cuando pasan por el viejo cartel que hay colgado en la redacción se golpean con los codos. Leen un cartel de zoo: "Por favor, no arrojen cacahuetes a los redactores". Y no lo hacen, no]
P.- Silvia, ¿opinas que hay trato digno en la crianza?
E: Pero si no lo sabe [Ponce parece un niño chinchando a la hermana]...
S: Pero déjame hablar.
E: [Entre risas] Es que ella no ha criado al toro...
S: En todo el proceso no se ven exentos de sufrimiento. Desde que se les tienta para ver si son válidos ya se les está haciendo sufrir. También cuando se les pone un hierro a fuego...
E: Como a los caballos. Como a las ovejas.
S: Déjame hablar... Los animales sufren desde que nacen... Os propongo a los ganaderos que valoréis la posibilidad de un futuro en el que se puede vivir del toro pero en el campo libre, que se genere una empresa del turismo ecológico en el que podamos ver a los animales en paz y en libertad. Son valores más bonitos que el sufrimiento y la muerte.
E: Eso de lo que hablas es un Safari Park, digamos.
S: Es una salida económica.
E: Pero es que eso es imposible que pase. Analiza lo que acabas de decir. ¿Quién va a criar un toro bravo en libertad 10, 15, 17 años? ¿Para qué? ¿Tú sabes lo que cuesta criar un toro bravo? No lo sabes.
S: Es que hablas constantemente conmigo como si yo fuera ignorante de todo [Algo molesta]. Yo vivo en el mismo país que tú, soy de la misma edad que tú...
E: Me refiero a ignorante de la ganaderíiiiia [arrastrando mucho la i, condescendiente].
S: No te refieras a mí como si no supiera de lo que estoy hablando.
E: ¿Sabes lo que cuesta criar un animal? [insiste]
S: Sé lo que cuesta. Pero lo criáis para darle una muerte horrible. Propongo una salida digna al futuro que se espera de un país sin maltrato animal.
E: Yo respeto a los animales. Tengo caballos, perros, ovejas, toro bravo... Pero esto no es Disney. Con todo el respeto, cada animal sirve para una cosa.La hoguera [Si la fotografía se hubiera hecho ayer y no en julio, al torero lo verían con unas muletas. Es porque el pasado sábado se rompió el abductor toreando en Nimes. Y con el abductor roto y todo dio muerte al segundo astado y abrió la puerta grande de la plaza]
P.- ¿Podría haber corridas de toro sin muerte?
S: Yo creo que no. El futuro pasa por el fin de la tauromaquia. Nosotros somos personas razonables. No hay posibilidad de toros sin muerte. En el caso de Portugal se ha demostrado. Los aficionados tampoco lo quieren. En Portugal se torea al animal, se le hace sufrir, pero luego se le termina llevando al matadero.
E: Mejor matarlos en plaza.
S: Mejor no matarlos.
E: Mejor no matarlos no. Eso no puede ser. Tienes que entender que tú hablas de maltrato y en el caso del toro bravo en ningún maltrato. A lo mejor hay maltrato en el caso de otros animales y se hacen cosas bastante peores. Como con las ocas y el foie, que a mí me encanta, por cierto. Y que quiero seguir comiendo.
S: Yo no quiero formar parte de una sociedad donde un montón de gente persigue a un toro y le da muerte como en Tordesillas. No quiero vivir en un país donde en el verano se dan muerte a animales en encierros.
E: Pues lo tienes complicado, vas a tener que irte a otro país. Es muy difícil que en Pamplona, en Madrid, en Valencia, en Sevilla, en todos los pueblos de España, se acaben los toros...
P.- Enrique, ¿qué te parece la tradición del Toro de la Vega?
E: No tiene nada que ver con las corridas. Yo lo respeto porque hay gente a la que le gusta. Ni me gusta ni me deja de gustar... Pero no tiene nada que ver con las corridas. Lo hacen así y yo no soy nadie para llegar ahora y cargarme eso de un plumazo.
S: Fíjate en las tradiciones: las corridas, el Toro de la Vega, los toros embolados, los que mueren ahogados...
E: No me compares todo eso.
S: Todo es tauromaquia. Implican sufrimiento y muerte. ¿El hecho de que sea una tradición es bueno? Antiguamente también había tradición de quemar a personas en la hoguera y eso ya no se hace.
E: Mujer, no me compares quemar en la hoguera a un hombre con esto, por Dios.
S: Era parte de una tradición.
E: Una tradición no. Era un ajusticiamiento. Como el garrote vil o la guillotina. Mira, yo no te pido que vayas. Pero dejad que la gente a la que le gusta pueda disfrutar. Para ti es una evolución [la abolición], para mí sería un paso atrás. Si te cargas los toros, te cargas parte de la historia de España.
La respuesta
[A estas alturas Enrique Ponce ya está completamente empapado en sudor, como si la conversación, la incomprensión y los focos le hubieran hecho transpirar y hasta perder kilos: sólo pesa 64]
E: Si tú quieres salvar al toro bravo, ¿lo meterías en un corral y le echarías de comer hasta su muerte, sin ninguna utilidad?
S: Yo es que no soy la causante del sufrimiento de estos animales. Sois los que los criáis para darles ese terrible final los que deberíais cuestionároslo...
E: No, no.
S: Te querría preguntar a ti, que has matado más de 5.000 animales a lo largo de tu carrera profesional, que si en ninguno de ellos has visto el sufrimiento. ¿No has empatizado con ninguno?
E: [Ponce se pone muy serio. Tiene la mirada del que le va a explicar al otro algo que jamás entenderá] ¿Sabes lo que he visto? [Silencio prolongado. Todos esperamos la respuesta: los cámaras, el fotógrafo, un servidor, la representante del torero, los acompañantes de la animalista y hasta los del tendido 7 al completo...] ¿Sabes lo que he visto? [Asiente] Que si me coge, me parte. Eso sí lo he visto en sus ojos.
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