(Interpretada por Juanita Reina)
Aquella tarde Sevilla
se puso toda amarilla,
"quebraíta" de color,
y con el aire caliente
su voz clamó de repente:
qué penita y qué dolor.
Silencio en Andalucía,
rezarle un Ave María
y quitarse los sombreros;
silencio el patio y la fuente,
que está de cuerpo presente
el mejor de los toreros.
Parece que está "dormío",
Dios mío,
en su capote de brega
y por Gelves viene el río
"teñío"
con sangre de los Ortega.
Suspira bajo su velo
la Virgen de la Esperanza
y arrían en señal de duelo
banderas en La Maestranza.
Y Sevilla, "enloquecía",
repetía a voz en grito:
"pa" qué quiero mi alegría,
"pa" qué quiero mi alegría
si se ha muerto Joselito.
Silencio por un minuto,
pintad los campos de luto,
el ciprés y el olivar;
de luto las amapolas,
de luto Carmen y Lola,
Concha, Pepa y Soledad.
Silencio guarda el romero;
silencio, ese toro fiero
y los bravos mayorales,
crespones en la divisa,
silencio pide la brisa
al pasar por los trigales.
Parece que está "dormío",
Dios mío,
en su capote de brega
y por Gelves viene el río
"teñío"
con sangre de los Ortega.
Suspira bajo su velo
la Virgen de la Esperanza
y arrían en señal de duelo
banderitas de la Maestranza.
Y Sevilla, "enloquecía",
repetía a voz en grito:
"pa" qué quiero mi alegría,
"pa" qué quiero mi alegría
si se ha muerto Joselito,
"pa" que quiero mi alegría,
"pa" que quiero mi alegría
si se ha muerto Joselito.
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