No es desdeñable la acción que la partida guerrillera de «Francisquete» llevó a cabo el 20 de julio de 1810. Aquel día, este castizo manchego derrotó a ochenta dragones en las cercanías de Toledo y les requisó un botín muy especial, 30 toros que los galos pretendían lidiar para su regocijo el día de Santiago.
La diversión de la que se vieron privados los imperiales la disfrutaron en cambio los españoles, porque dedicaron la jornada a torearlos en Ajofrín frente a decenas de paisanos llegados de los pueblos cercanos. El único que estaba en contra del evento era el cura debido a que le daba pavor que los galos entraran en la ciudad de improviso, pero la respuesta de «Francisquete» fue tan tajante que le dejó relativamente tranquilo: «No importa. Si vienen los recibiremos, y los derrotaremos como siempre».
Aquel día, la valentía del manchego le hizo ser galardonado con la bella canción de una mujer: «Guerrillero valeroso/ que combates a la Francia,/ cuenta siempre con mi amor/ si libertas a mi España».
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