El dibujo sobre la foto explica la zona donde debe realizarse la suerte de varas. Puyazos más traseros de esta zona afectan la estabilidad de las patas de los toros y en consecuencia vienen las caídas.
El toro de la foto es de rejones pero es el mismo esquema para los de a pie.
Traigo a colación un texto exacto del doctor Comino, publicado en "Aplausos". Dice como sigue.
No me gustaría ver ni una sola puya puesta en la Cruz o en las Paletillas, o en cualquier lugar fuera del Morrillo, sitio correcto de picar. Los puyazos deben ponerse exactamente entre unos 15 centímetros por delante del hoyo de las agujas, que es donde termina el morrillo (coincide con la 7ª vértebra cervical) y un poquito por detrás de la mitad del morrillo (aproximadamente a nivel de la 4ª vértebra cervical). Ahí, en esa zona, hay una gran masa muscular y el gran ligamento cervical o ligamento de la nuca. Los puyazos puestos en ese lugar no afectan, en absoluto, al aparato locomotor del toro, pero sí ahormarán la embestida, haciendo que el toro descuelgue, y le sea muy difícil pegar derrotes, además de sangrar, claro está.
Por tanto, cuando la puya está puesta en el hoyo de las agujas ya es algo trasera. Cuando se pone por detrás del hoyo de las agujas (cruz) o paletillas siempre afecta al aparato locomotor del toro, que perderá las manos fácilmente y, en general, le será difícil moverse, lo que condicionará negativamente su forma de embestir.
Entiendo que el picador pueda cogerlo fuera del lugar correcto, porque el toro se está moviendo y es muy difícil acertar en el lugar exacto, pero debe rectificar cuanto pueda y ponerla en su sitio, cosa que muy pocas veces he visto. Sí he visto muchas veces rectificar para ponerla en la cruz.
Aquellos que se interesen en este tema pueden leer los libros, "La suerte de varas", de los veterinarios Luis F. Barona y Antonio E. Cuesta y "Cómo ver el toro en la plaza", del también veterinario José Luis Prieto Garrido, y comprobarán cómo los puyazos puestos fuera del morrillo, especialmente en la cruz y paletillas son verdaderamente nocivos y nunca cumplen la misión de la suerte de varas, que fundamentalmente es la de valorar la bravura y ahormar la embestida.
En otro artículo continúa.
El hoyo de las agujas está fuera de lugar, puesto que corresponde con la 3ª vértebra dorsal (depresión que existe ligeramente por delante de la cruz, que es el punto más alto). Cuando se dice "lo ha cogido en la yema", se quiere decir en el hoyo de las agujas, pues entre los taurinos también se llama yema a esa zona, pero entiendo que al decir yema se quiere decir el centro de algo (también puede utilizarse con otros sentidos), en este caso del lugar correcto donde se debe picar, y desde luego el hoyo de las agujas no es ese centro; el centro de donde se debe picar sería entre las vértebras cervicales 5ª y 6ª.
Diversos estudios científicos de los veterinarios Luis F. Barona, y Antonio E. Cuesta en Córdoba, Julio Fernández y Juan Villalón en Madrid y el mejicano don Pedro Martínez Arteaga, que vino a Córdoba para hacer su tesis doctoral sobre la suerte de varas, han demostrado que sólo entre el 4% y el 7% de los puyazos se colocan en lugar correcto. Nosotros analizamos 1.204 puyazos recogidos de corridas vistas en televisión, la inmensa mayoría en Canal+ Toros (siempre se ve muy bien el lugar dónde se coloca la puya), y solo el 0,74% de ellos estaban en el lugar correcto, pero si les sumamos los colocados en el hoyo de las agujas (que están mal puestos), ese porcentaje sube al 8,55%.
La inmensa mayoría de los puyazos se colocan incorrectamente, esa es la realidad. Y peor aún, pues cuando el picador rectifica la colocación de la puya la vuelve a poner mal. En nuestro estudio se rectificó en el 6,45% de los puyazos y en todos volvió a colocarse mal, casi siempre en la cruz, también llamada péndolas, rubios o agujas (parte más alta del tórax donde se cruzan los huesos de las extremidades anteriores o manos con la columna vertebral, a nivel de las vértebras dorsales 4ª a 6ª), lo cual indica que el picador no tenía intención de picar en el morrillo, al menos en estos casos. Preguntamos a varios profesionales, ¿por qué no picaban en el dorso de la mitad posterior del morrillo? y recibimos diversos tipos de contestaciones; las más significativas fueron: a) Que en el morrillo la piel está muy dura y por eso se van hacia atrás; b) Que ellos picaban donde les decía su matador.
Casi todos los puyazos se dan en la cruz, incluso por detrás, o en las paletillas, donde con toda seguridad lesionarán el aparato locomotor del toro, dificultando su movilidad, como ya dijimos. De hecho, muchas veces el toro empieza embistiendo bien al capote pero cuando sale del caballo lo primero que hace es perder las manos y a partir de ahí cambia su modo de embestir, porque ha sido lesionado.
Esperamos que en lo sucesivo no aplaudan un puyazo dado fuera del morrillo.
Aquí va una foto que puede ayudarnos y desde luego partimos de que no es fácil.
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