El 29 de noviembre de 1915 Juan Belmonte, ya figura consagrada, acudió a la madrileña peluquería Almeida, situada en la calle Sevilla. A Toribio, empleado de confianza, cuando iba a empezar a cortarle el pelo, le pidió que también le cortara la coleta. Entre empleados y clientes se armó el revuelo, que el torero calmó explicando que entraría a cumplir la mili el 1 de diciembre. Belmonte regaló la coleta, como preciado recuerdo, a su admirador Natalio Rivas, que pocos días después fue nombrado subsecretario en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Tras ese corte, Belmonte no volvió a dejarse coleta natural, considerando que, si el hábito no hace al monje, la coleta no hace al torero. Ello le provocó inicialmente algunas críticas de los que creían que sólo quería parecer un caballero moderno de alta sociedad, alejado del tipo tradicional de torero que vestía de diario con coleta y traje corto.
Querido amigo Marciano:
ResponderEliminarEfectivamente Belmonte fue el primero en destruir un símbolo. Se sabe que en la peluqueria le proporcionaron un par de sobres y con las mismas repartió la mitad para su biógrafo Antonio de la Villa y la otra para Natalio Rivas. Es verdad que Joselito la mantuvo hasta su desdichada muerte y que al contrario que Juan mantuvo siempre la indumentaria castiza. Esto demuestra que Juan rompe con los convencionalismos y los símbolos .
Así dice Pérez de Ayala en su Política y Toros (1918) pág181:
=" Belmonte se ha cortado la coleta y no piensa dejársela crecer ya nunca. La coleta no sirve para nada. Es el símbolo de una profesión y, en calidad de tal,es como el hierro en la res, el collar en el can, la librea en el servidor, un sello que acusa ante los demás hombres que uno es esclavo de una manera de obrar antes que hombre de acciones libres... (sic)... Destruyamos los símbolos caducos y estrechos, para crear símbolos nuevos y anchos, porque, al fin y a la postre, el hombre no puede vivir sin algunos símbolos."=
Belmonte es un ser libre que "mandó" en el toreo por su propia valía importándole un pito todo lo concerniente a manejos de ganaderos y despachos de empresarios... No le hizo falta propaganda forzada y abultada... Sólo con su genuino y nuevo arte, puso a cada cual en su sitio. Hay muchas formas de "mandar" en el toreo pero esta de Belmonte es el paradigma o modelo más auténtico.
Un abrazo Sr Breña. Pepe Belmonte