El escritor agradecía ese «oro tan especial»: «un reconocimiento tan madrileño es entrañable, muy reconfortante para mí, que me siento tanto de aquí como peruano porque lo bonito, y lo importante, es que compartimos lengua, historia y democracia. Soy y me siento madrileño, desde hace muchos años».
Este Nobel tan de Madrid cofesó que no se quedará sin ver los toros en Las Ventas. «Soy gran aficionado. No sé a cuántas corridas iré; ni a cuáles, pero le aseguro que a más de una. Es arte, cultura... una maravilla».
Entre los demás premiados con las grandes cruces de la Orden del Dos de Mayo se encontraba otro taurino, el torero Julio Aparicio.
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