El 2 de junio de
1926 se reúnen en Madrid, en la Dirección General de Seguridad, todos los estamentos del mundo taurino con el representante de la Sociedad Protectora de Animales, Antonio Paéz. La reunión tiene por objeto estudiar y proponer la forma de reducir el riesgo a que son sometidos los caballos de picar en la corridas de toros. Dos años más tarde se implantará la obligación de proteger a los caballos con petos.
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