"6 argumentos 6 sobre la salud económica de la tauromaquia" es el título del artículo que Juanma Lamet ha publicado en El Mundo el 18 de junio de 2015.
Los seis argumentos son los siguientes:
1. La tauromaquia crece
Lejos de las cifras recesivas de otras disciplinas artísticas, los toros han vuelto a crecer. En 2014 se celebró un 0,5% más de festejos que en 2013, según los datos del Ministerio de Cultura. En el caso de los festejos populares (encierros, correbous, etcétera), el incremento fue de nada menos que el 14,7% interanual. Un sector cultural 'no tradicional', como la edición de libros electrónicos cayó un 1,9%, por ejemplo.
2. La tauromaquia genera riqueza económica
Las corridas de toros y los festejos populares dejan una huella económica de más de 2.000 millones de euros, una cifra que supera el presupuesto anual de gasto no financiero de los ministerios de Economía, Justicia, Agricultura, Exteriores, Presidencia, Sanidad... A las plazas acuden cada año millones de espectadores y la cifra se multiplica por cuatro en los festejos populares. Además, se crea empleo sectorial: el número de empleados inscritos en el Registro General de Profesionales Taurinos subió un 3,7% el año pasado.
3. La tauromaquia impulsa la hostelería y el turismo
Tomando en cuenta los datos del INE, por cada 50 euros invertidos en la compra de una entrada se generan otros 90 euros adicionales para la economía local; es decir, en hoteles, bares, museos... Y los festejos populares son una mina. Baste citar los Sanfermines. Además, el toro es la imagen con la que los turistas más asocian a España (que es el segundo país receptor de visitantes del mundo), según el Barómetro Imagen de España del Instituto Elcano.
4. La tauromaquia también financia a las Administraciones Publicas
La mayoría de las empresas del sector no cobra, sino que, muy al contrario, paga por gestionar las plazas. Por ejemplo, en Madrid la concesionaria de la plaza de Las Ventas abona un mínimo de 2,3 millones de euros al año a la Comunidad de Madrid, que reinvierte en otras localidades. En 2014 los festejos taurinos mayores generaron como mínimo 30 millones de euros en concepto de IVA, sólo en las plazas de primera y segunda categoría. Las de tercera -que son mayoría y casi imposibles de medir con exactitud- engordan notablemente esta cifra. Sólo por el IVA de la Feria de San Isidro las arcas públicas ingresan 7 millones de euros. Negocio redondo.
5. La tauromaquia no recibe apenas subvenciones
De hecho, nadie las ha cuantificado fielmente aún. Los estudios elaborados por asociaciones abolicionistas que hablan de que los toros se hacen con cientos de millones de euros públicos cometen al menos dos grandes errores. En primer lugar, la falta de rigor: considerar que arreglar la puerta de una plaza de titularidad pública y gestión municipal es una subvención es tanto como decir que arreglar los lavabos de La Moncloa significa subvencionar la fontanería. Hay que decirlo claro: que un ayuntamiento organice una corrida en una plaza que es suya no es una subvención, es una inversión y en todo caso un gasto. En segundo lugar, la falta de datos, por considerar, de forma ciertamente imaginativa, que las corridas reciben un tercio de su coste en subvenciones ("ojalá", dicen los empresarios taurinos). Además, la ley dice claramente que el Estado puede "adoptar medidas destinadas a fomentar y proteger las actividades a las que se refiere dicha ley, en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta de los toros", así que no sería pecado hacerlo, ni mucho menos.
6. La tauromaquia produce un alto valor ecológico
El toro de lidia ocupa nada menos que 540.000 hectáreas de alto valor ecológico, según las asociaciones que agrupan a las 1.094 ganaderías de bravo de España. El toro se ha erigido en el garante de la conservación de esas fincas, ya que necesita de una extensificación media de dos hectáreas por astado, según los cálculos de la Unión de Criadores de Toros de Lidia.
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