lunes, 29 de febrero de 2016

domingo, 28 de febrero de 2016

Cartel de novilladas en El Puerto de Santa María

Éste es el cartel anunciador de dos novilladas organizadas en El Puerto de Santa María los días 25 y 26 de julio de 1808,



para celebrar la victoria en la Batalla de Bailén. A los voluntarios portuenses que participaron en la batalla iba dedicado un real por cada concurrente.

Los novillos eran ocho de la Vacada del Convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera y ocho de los Hermanos Gallardo de El Puerto.

Los picadores eran Cristóbal Ortiz, de Medina; José Doblado y Francisco Javier Fuego, ambos de Jerez.

La lidia corrió a cargo de una cuadrilla de banderilleros dirigida por Jerónimo José Cándido.

Estaba prohibido arrojar a la plaza cosa alguna y el que los concurrentes bajaran a ella. La funciones empezaron a las cinco.





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Cartel de 1814

Veamos el cartel de una novillada organizada a beneficio de los hospiales de la Capital,



celebrada el 6 de febrero de 1814

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Cartel de Corrida Real

Cartel de la Corrida Real celebrada el 26 de mayo de 1814,



tras el regreso de Fernando VII.

Cádiz: Plaza Nacional

La gaditana Plaza Nacional se construyó



en el llamado Campo de los Cueros, frente al Castillo de Santa Catalina.

Goya 1: Corrida en plaza partida

Francisco de Goya pintó el óleo "Corrida en plaza partida" sobre el año 1811.



Se trata de un cuadro de 98 x 126 cm., que se encuentra en el Metropolitan Museum of Art, de Nueva York (Estados Unidos) desde 1922. Inicialmente perteneció a Javier Goya.

El cuadro presenta dos corridas de toros que tienen lugar en una plaza pública dividida a la mitad por un muro. Indica que en aquella época se celebraban, no sabemos con qué frecuencia, dos corridas de toros en un mismo espacio de forma simultánea lo que daba idea del interés que este tipo de espectáculos tenía para el pueblo.

Veamos dos detalles, en los que se puede apreciar el trazo suelto y moderno del pincel de Goya:



sábado, 27 de febrero de 2016

El Africano inventa el pase de muleta

Manuel Bellón nació en el sevillano barrio de la Cestería el año de 1702. A los 12 años de edad, por una muerte provocada en una pelea, fue condenado a 6 años de presidio en Ceuta. Escapó y fue a vivir como renegado entre moros, con los que aprendió a burlar toros.



El 16 de agosto de 1720 llegó a Gibraltar y se enteró de que en San Roque ese día habría una novillada bajo la dirección del rondeño Francisco Romero, a quien pide le deje matar un toro, haciéndolo de manera ejemplar, tras trastearlo con “figurada muleta que improvisa con un capote y un palo de una tercia de largo”; ello sirve de inspiración a Francisco Romero para inventar la muleta. Después se presenta en Algeciras con igual triunfo y le siguen las dos tardes siguientes. La novedad se extiende como chispa por toda España.



A poco volvió a desaparecer de Sevilla. Falleció en la Inquisición de Córdoba.




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domingo, 21 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: festival para Alfonso Barroso

El 21 de febrero de 1998 se celebra en Jerez un festival taurino en homenaje a Alfonso Barroso, picador de toros jerezano. Las reses son de Fermín Bohórquez, Torrestrella, José María Manzanares, Núñez del Cuvillo, El Torero, Antonio Gavira, Martelilla y Juan Antonio Ruiz Espartaco. Participan el rejoneador Antonio Domecq y los matadores José María Manzanares, Emilio Muñoz, Miguel Báez Litri, Enrique Ponce y Juan José Padilla y los novilleros Miguel Abellán y Jesuli de Torrecera.

Cifras taurinas de 2015

Las cifras de la temporada taurina de 2015 son positivas, unos números que mejoran la situación tras el desplome que se vivió en el mundo del toro durante el sexenio que va de 2008 a 2013.

Ahora, después de la cauterización de la hemorragia, los números tienden a la estabilidad, a la velocidad de crucero. Lo demuestran las estadísticas de la temporada 2015, que revelan un leve descenso de la cifra de festejos mayores celebrados en España con respecto a la temporada anterior, acabando el año taurino con 1.145 tardes de toros, apenas 31 menos que en 2014 (1.176). Es decir, lo que en demoscopia se llama empate técnico.

La autonomía que lidera el escalafón es Castilla y León (233 festejos en 2015), por encima de Castilla-La Mancha (225). En tercer y cuarto lugares se sitúan Madrid (196) y Andalucía (190). Estas cuatro regiones aglutinan el 73% del mercado taurino. Extremadura (84), Comunidad Valenciana (42), Aragón (40), Navarra (37), Murcia (32) y País Vasco (21) cierran el 'top ten'.

La provincia que descuella sobremanera del resto en pujanza económica es, como siempre, Madrid. Le siguen Toledo (72 festejos mayores o festivales), Ávila (53), Badajoz (45) y Salamanca (43).Estos datos, recabados por el semanario taurino '6 Toros 6', se traducen en una caída global del 2,6% con respecto al año pasado, en el que los toros salieron de la recesión con una subida del 1,1%. Cabe destacar que estas cifras no incluyen festejos menores como las novilladas sin picadores y las becerradas (que copan un 18% del total de eventos taurinos que se dan en las plazas) o los festejos populares (en claro auge, ya que se dispararon un 16,8% la temporada pasada). Pero sí incluyen los festivales, que de hecho repuntan un 4,5% en 2015, con respecto a 2014, pasando de 222 a 232.

El número de corridas de toros ascendió este año a 450, 10 menos que en 2014 (-2,1%). El número de festejos con ejemplares de cuatro o más años es muy significativo: da la medida de la verdadera salud económica del toreo. En la década de los 80, no considerada en decadencia, la media fue de 476 corridas al año, cifra parecida a la de esta temporada. Además, actualmente hay una ratio de 9,7 corridas por cada millón de habitantes, cerca de la de la Edad de Plata de la Tauromaquia (11,7) y no lejos de la Edad de Oro (12,5). ¿Están los toros en decadencia si se celebra un número de corridas por persona equiparable al de la mejor de las épocas de cuantas ha vivido la Tauromaquia? No hace falta responder; lo hacen los números.

Más datos de 2015. Los festejos de rejones suman 205 (15 menos, una caída del 6,8%) y se totalizan 258 novilladas con picadores, 16 menos que el año anterior (-5,8%).Esta caída se explica en parte porque en 2015 se han dejado de celebrar varias corridas por causas estrictamente políticas, en un contexto de continuo zancadilleo de algunos ayuntamientos a la Tauromaquia.

Si por algo se recordará la temporada actual es por la crisis política, por esa 'gota malaya' del abolicionismo. Por ejemplo, la Marea Atlántica rescindió el contrato con el empresario Tomás Entero en A Coruña, que pasó a engrosar la lista de grandes ciudades sin toreo. Los aficionados de la segunda urbe gallega más poblada que quisieran ver una corrida en su provincia sólo tuvieron una oportunidad: el 5 de abril, una novillada mixta, en Padrón. Otro tanto ocurrió en Gandía (Valencia), donde el ayuntamiento, gobernado por el PSOE, Ciudadanos y Compromís rescindió el contrato del empresario Carlos Puertas -"estamos sufriendo una caza de brujas", se quejó-. Gandía había recuperado las corridas de toros en 2011, después de 25 años de sequía. Otras localidades que han dejado de dar toros, por distintos motivos, son Las Rozas (Madrid) o Requena (Valencia), porque el alcalde del PSOE aseguró que no le daba tiempo a adjudicar la organización de los festejos, sólo un mes después de acceder al cargo. La corriente antitaurina incluso ha llegado a ciudades tan emblemáticas como Alicante (que ha sumado seis festejos en 2015), donde la concejala de Protección Animal, Marisol Moreno (Guanyem Alacant), anunció hace unos días su intención de dejar de celebrar toros en 2017, cuando expire el contrato de concesión actual. Aunque alcalde del PSOE de Huesca no quiere prohibir las corridas, el Ayuntamiento sopesa hacer una consulta en la ciudad (donde se han contabilizado cinco tardes de toros este año). Y Mallorca se ha declarado ciudad antitaurina, tendencia que el gobierno regional quiere expandir a todo Baleares. En esta autonomía se han disfrutado este año tres tardes de toros, en Palma, Alcudia y Muro. En otros municipios, como en Níjar (Almería), el PSOE evitó la prohibición a última hora.

En el apartado opuesto está San Sebastián, donde las elecciones devolvieron el toreo a Illumbe con el PNV, después de tres años de veto de Bildu.

Los toros reúnen el triple de público que la ACB: 6 millones de espectadores. Este órdago antitaurino, aunque no masivo, sí puede contagiarse por un efecto de arrastre. Lo cierto es que el número de asistentes a las plazas de toros crece (el año pasado se contabilizaron 6 millones de espectadores, un 5% más, y nada menos que el triple que la ACB), pero lo que cala en la sociedad es el mensaje de que los toros están en decadencia. Auspiciado, además, por el nulo coste político que supone abrir la lata del abolicionismo, que no es igual que el de subirse al carro.

De ahí que se antoje imprescindible resaltar la musculatura económica de la industria cultural taurina como mejor antídoto contra los ataques. Las corridas de toros, las novilladas, los festivales y los festejos populares dejan una huella económica de más de 3.550 millones de euros al año (2.290 en las plazas y 1.269 en los festejos populares). Este Producto Interior Bravo supone un 0,32% del PIB de España, una cantidad mayor que el gasto anual de 8 de los 15 ministerios del Gobierno. Con esos 3.550 millones de euros se podría pagar la pensión media de jubilación durante todo un año a 249.230 personas.

Los toros son un negocio redondo para las arcas públicas. Los festejos celebrados en las plazas proporcionan al Estado 45 millones de euros en concepto de IVA sólo por la recaudación en las taquillas. Es un 62% más que el cine, que recibe ayudas anuales de más de 60 millones de euros sólo en los Presupuestos Generales del Estado frente a los ceros euros que reciben los toros. Y si sumamos todas las actividades empresariales taurinas se devenga un IVA total de nada menos que 139 millones de euros.

La Tauromaquia emplea en los tres sectores a casi 200.000 personas. Ese importante valor se traduce en que el toro da trabajo a nada menos que 199.000 personas. 57.000 en el sector propiamente dicho y 142.000 en actividades vinculadas. Es decir, una de cada 100 personas que trabajan en España lo hace gracias a la tauromaquia. En concreto, el 1,15% de los 17.189.815 cotizantes de España. Los trabajadores se reparten en las 103 actividades diferentes que están implicadas en el toreo. Es un abanico muy amplio, agrupadas desde el sector primario al terciario, que se verían drásticamente afectadas por una hipotética prohibición. Gracias al toreo, el turismo y la hostelería obtienen 1.610 millones de euros al año. Casi tres cuartas partes de ese pastel se las llevan los hoteles y los bares y restaurantes. Provincias eminentemente turísticas como Málaga (27 festejos en 2015), Sevilla (40), Cádiz (21), Huelva (18) o Valencia (27) se sitúan entre las más activas, taurinamente hablando. Por no volver a citar Madrid y Toledo, líderes en solitario.

De hecho, el toro es con lo que los turistas más asocian a España (que es el tercer país receptor de visitantes del mundo), según el Barómetro Imagen de España del Instituto Elcano. El impacto turístico de los toros es enorme: por cada 50 euros invertidos en la compra de una entrada se generan otros 118 euros adicionales para la economía local. Por cada euro invertido en toros, los negocios de la ciudad se llevan otros 2,3 euros.

Todo esta gran huella económica se ha consolidado con las cifras de la temporada 2015. Al mantenerse casi estable el número de festejos celebrados puede concluirse que la economía taurina se estabiliza, en un año difícil, a contrapelo de un vendaval abolicionista.

jueves, 18 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: Pedro Domecq y Díez

El 18 de febrero de 2003, fallece en Jerez de la Frontera (Cádiz), de modo repentino, el ganadero jerezano Pedro Domecq y Díez, conocido familiarmente como “Tío Perico”, a los 89 años de edad. Hijo de Juan Pedro Domecq Núñez de Villavicencio y hermano de los también ganaderos Álvaro, Juan Pedro y Salvador Domecq, fue pieza imprescindible en la formación de las ganaderías de Jandilla y de Juan Pedro Domecq. En su juventud fue un aficionado práctico y actuó en muchos festivales, llegando incluso a compartir cartel con Manuel Rodríguez ´Manolete´.



Compró el hierro de la estrella, que fue creado en 1.943 por las hermanas Serafina y Enriqueta Moreno de la Cova, y lo traspasó a sus sobrinos Domecq Solís. Llevaba la ganadería de Jandilla junto a su sobrino Borja Domecq.




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martes, 16 de febrero de 2016

Torito de San Roque

Torito de bronce, de posible autoría fenicia, fechado sobre el siglo VI antes de Cristo y



procedente de Cerro del Prado en San Roque (Cádiz).

viernes, 12 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: Luis Parra Jerezano

El 12 de febrero de 1940 nace Luis Parra Jerezano en Bornos (Cádiz). Vive en Jerez de la Frontera desde los tres años de edad.

Debuta con picadores en Jerez el 2 de abril de 1961. Ese mismo año se presenta como novillero en Sevilla el 8 de octubre, ante novillos de Navarro Villadiego, alternando con Alfonso Vázquez y Curro Montenegro. Cuatro días después vuelve a torear en la Maestranza. En la temporada de 1963 torea tres novilladas en el abono de Sevilla; en la tercera, el 12 de mayo, corta una oreja a cada novillo de Cemente Tassara y sale por la puerta grande.

Toma la alternativa en Jerez el 1 de mayo de 1964, de manos de Miguel Báez Espuny "El Litri", que le cedió la muerte del toro "Insensato", de Bohórquez; el testigo es Joselit Huertas. Confirma en Madrid, apadrinado por Gregorio Sánchez y con Palmeño de testigo, el 29 del mismo mes y año, con el toro "Estaquita" de Núñez Hermanos.

Charles Chaplin

Charles Chaplin asistió a los toros en San Sebastián el 9 de septiembre de 1931. El público que llenó "El Chofre" le dedicó una ovación, que agradeció gorra en alto. Después, el artista recibió los brindis de los cuatro toreros, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Vicente Barrera y Manolo Bienvenida, que se enfrentaron a toros de Coquilla.





jueves, 11 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: Rafael de Paula y "El Estudiante"

11 de Febrero

En 1.940, nace en el barrio de Santiago Rafael Soto Moreno, “Rafael de Paula”, matador de toros. El 9 de septiembre de 1960 toma la alternativa en la Goyesca de Ronda, apadrinado por Julio Aparicio y con Antonio Ordóñez de testigo, ante un encierro de Atanasio Fernández, con el que los tres salieron a hombros.



Confirma la alternativa el 29 de mayo de 1974, con José Luis Galloso de padrino y Julio Robles de testigo; el toro de la confirmación se llamó “Andadoso”, de José Luis Osborne. Paula demoró 14 años la alternativa, caso único en la historia del toreo. Se presenta en la Plaza Monumental de Méjico el 27 de enero de 1980.



En 1941, nace el matador Manuel Rodríguez “El Estudiante”. Tomó la alternativa en Osuna (Sevilla) el 14 de mayo de 1970, de manos de Limeño, con Beca Belmonte de testigo; el toro de la ceremonio se llamaba "Carracoco" y era del hierro de José González Sillero.






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Charles Chaplin

"La corrida es el espectáculo más grandioso que he visto en mi vida. No he visto espectáculo más bello ni más emocionante en el mundo".

miércoles, 10 de febrero de 2016

Alfonso XIII en el campo



El toro de lidia, ¿raza o grupo racial?

La información genética que aporta el toro de lidia, a través del cromosoma Y, hace única a esta raza en el mundo. Así lo pone de manifiesto un estudio elaborado a tres bandas (la Universidad de Sevilla (US), la Universidad de Córdoba y el Servicio de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias), que ha publicado la revista científica 'Animal Genetics'.



La Universidad de Sevilla ha explicado que el toro de lidia a lo largo de su historia «ha venido diferenciándose del vacuno de carne por su selección, en función de caracteres temperamentales de su comportamiento, independientemente de su tipo zootécnico (morfológico)». Además de los caracteres morfológicos comunes en esta raza, presentan «gran diversidad de caracteres étnicos, como el tamaño, encornadura o capa en función del encaste del que deriven».

La raza de lidia está formada actualmente por cinco castas fundacionales (Navarra, Gallardo, Vazqueña, Cabrera y Vistahermosa) y cerca de 20 subpoblaciones o encastes dentro de éstas. Los toros pertenecientes a cada una de estas castas fundacionales y a los encastes poseen, además de «una constitución genética única», un patrón morfológico y temperamental propio, que hace «inconfundibles a los toros de cada una de estas subpoblaciones». Teniendo en cuenta estas peculiaridades, y tras realizar una comparación genética con 47 razas bovinas europeas, africanas y españolas, en esta investigación se han estudiado 38 haplotipos (combinación de alelos en lugares adyacentes en un cromosoma que se heredan juntos) diferentes del cromosoma Y de 1.300 animales, con el objetivo de ver la contribución genética de la raza de Lidia al patrimonio genético del bovino, así como «establecer medidas para su conservación y mejora genética».

Rocío Pelayo, autora de este estudio y miembro del Grupo de Investigación en Nuevas Tecnologías de Mejora Animal y de Sus Sistemas Productivos de la US (Grupo Meragem) explica que «según los resultados se pueden encontrar grandes diferencias genéticas entre las distintas castas y encastes del toro de lidia, incluso a veces más que las existentes entre distintas razas bovinas, por lo que la población de lidia debería ser considerada como una Agrupación Racial, más que como una única raza». Concreta que «la casta Navarra, Gallardo (encaste Pablo Romero) y Cabrera (encaste Miura), además del encaste Albaserrada (Casta Vistahermosa) no se asemejan a ninguna raza estudiada hasta el momento, por presentar haplotipos únicos en el mundo». La investigadora sostiene que «hay que hacer grandes esfuerzos para que se conserve este patrimonio único que se encuentra en peligro de extinción y del que ya se han perdido algunas castas en España», y que «en el toro de Lidia, el encaste debería ser la unidad de trabajo a la hora de la conservación genética y de preservar el acervo genético único evidenciado en este trabajo».

Este proyecto de investigación cuenta con la colaboración de la Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas (Aegrb), y de otras Asociaciones de ganaderos de razas autóctonas y locales bovinas.

martes, 9 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: Juan Luis de la Rosa

FEBRERO

9.- En 1.901, nace Juan Luis de la Rosa Jartín, matador de toros. Su padre, de Arcos de la Frontera, regentaba en Jerez la cervecería “La Campana”. Tomó la alternativa de manos de Joselito “El Gallo” en la plaza Monumental de Sevilla el 28 de septiembre de 1.919 estoqueando al toro “Celeste” de Guadalest.



Confirmó la alternativa el 24 de mayo de 1920 en Madrid de manos de Juan Belmonte, con Varelito de testigo y toros de Gamero Cívico, teniendo una actuación muy lucida. El 7 de 1922, Juan Luis da la alternativa en Madrid a Marcial Lalanda, ante toros de Albaserrada y de Veragua; completaba el cartel Manuel Granero, que encontró la muerte en las astas de “Pocapena”, y la corrida se suspendió. Su vida se truncó con treinta y siete años, cuando fue fusilado en Barcelona, por asunto de celos, en tiempos de la Guerra Civil.

Sus lances de capa eran puros carteles de toros, de los que muchos pintores plasmaron en sus dibujos la estética y el arte de este genial artífice. Juan Luis fue un estilista, malogrado quizás por no cuidarse. Era el torero más artista de los nacidos en nuestra ciudad hasta la aparición de Rafael de Paula. El Cossío dice: ”Fue un torero admirable de arte con capote y muleta. Especialmente con ésta llegó a verdadera cumbre de perfección. Su pase natural puede quedar como canon de tal suerte ”. No llegó a ser una figura de época por sus desaciertos con los aceros, que en más de una ocasión le privaron de triunfos de apoteosis.

No debe confundirse a este torero jerezano con Juan Luis de la Rosa Oña, torero de Almería nacido más tarde.





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Pintas

El toro de lidia tiene dos tonalidades comunes: el negro y el colorado pero hay multitud de factores que pueden derivar en tonalidades más peculiares.

Negros: En su pelaje



predominan los tonos negros.

Berrendos: combinan el blanco con alguno de los demás colores, por ejemplo negro




o castaño,



en sus pintas.

Cárdenos: presentan pelos negros



y blancos y su pelaje.

Castaños: son toros que combinan



pelos colorados y negros.


Colorados: tienen exclusivamente



pelos cafés pueden adquirir una tonalidad rojiza.


Ensabanados: Son toros en los que predomina



el pelo blanco en su pelaje.

Jaboneros: estos son



toros color "beige".

Existen muchas variantes. Los toros Melocotón son aquellos que



tienen una tonalidad rosada, amarillenta..



Cárdeno calzón en



negro.





lunes, 8 de febrero de 2016

La muleta

Con ella esculpe el matador su pieza maestra, la faena, y con ella pone también la “firma” a su obra, en el decisivo trance de matar al toro; hablamos, por supuesto, de la muleta. Esta tela roja, instrumento clave del último tercio de la lidia, abre las puertas del triunfo…o las cierra. Desde sus albores como simple objeto defensivo, al protagonismo artístico del que goza en la corrida moderna: vamos a desgranarte todos los secretos del engaño torero por excelencia. ¡Entremos al trapo!

Hubo un tiempo, el de las primeras corridas de toros, en que la única suerte en el último tercio de la lidia era la de matar al toro. La muleta era entonces “muletilla”: un simple lienzo blanco que pendía de un palillo de madera, y cuya única utilidad era facilitar la estocada.

Su nombre, según Cossío, tal vez provenga de la muletilla usada en pasamanería. También nos recuerda el ilustre académico que tiene más de leyenda que de Historia el atribuir su invención al mítico, y rondeño, Francisco Romero. La autoría de este ingenio sigue siendo un misterio, pero sí sabemos que su uso es muy antiguo, y se remonta a antes del siglo XVIII. El primitivo lienzo blanco, fabricado de lino, cáñamo o algodón, era de menor tamaño que las actuales muletas, y su uso debió surgir de la necesidad: resultaba más rápido y preciso que la capa para defenderse, y ahormar la cabeza del toro, al entrar a matar.

Pronto se empezaron a usar la franela y la lana en su confección, y aumentó de tamaño, teniendo ya en tiempos de Pepe-Hillo una forma muy similar a la actual. Varió asimismo su color, y se abandonó el blanco por un variado abanico de rojos, amarillos, azules…los diestros solían cambiar de color y de muleta cuando el burel no acudía a su encuentro, o lo hacía sin claridad. Esta curiosa costumbre pervivió hasta la era de Lagartijo y Frascuelo, bien entrado el siglo XIX, momento en que se adaptó definitivamente el color rojo que ha mantenido hasta nuestros días.

Pero lo más significativo de su evolución ha sido su uso, y aquí, como en casi todo, el fondo ha propiciado la forma. Si bien en su nacimiento era una herramienta elemental para preparar la suerte de espada, ha dado en ser un instrumento fundamental de la lidia artística: sus usos, cada vez más sofisticados, han cambiado su aspecto para siempre. Más pequeña y ligera que el capote, la muleta permite un lucimiento artístico y un toreo ajustado de infinitas posibilidades y variadísimo repertorio.

La muleta actual está confeccionada habitualmente con dos tipos de tela: la exterior, y el forro. La primera, la antigua franela, cubre y rebasa el forro, confeccionado con la misma lona que el capote. Su peso oscila entre el kilo y medio y los dos kilos de las muletas de varios forros. El lomo, o parte recta superior de la tela, tiene de 160 a 180 centímetros de extensión, y la altura desde el lomo a los flecos, varía, aproximadamente, de los 90 centímetros al metro.

Se denomina pico de la muleta al extremo que sobresale al montarla sobre la espada, el más alejado del cuerpo del torero…y al que más polémica suscita entre los aficionados. El objeto es la zona de la muleta que torea, y la panza, la amplia zona central contigua al objeto. Faldón se denomina la parte de tela más cercana al cuerpo del lidiador, y flecos a la franja inferior de la tela, que se arrastra sobre la arena.

Las muletas de última generación esconden otras curiosidades, que quizás asombrarían al mismo Pablo Romero. Suponemos que no sólo los matadores, sino también sus mozos de espadas, encuentran excepcionalmente útiles las nuevas telas lavables, fáciles de limpiar con agua a presión, y que casi han relegado los cepillos de púas al fondo de los esportones; eso sí, requieren de apresto cada cierto número lavados para mantener su cuerpo y forma, y varían sensiblemente las sensaciones del toque, por lo que no faltarán matadores que sigan prefiriendo las de toda la vida.

Otra reseñable evolución implica a los forros: la incorporación a la muleta , en los años 90, del moderno velcro permite colocarlos o retirarlos según las necesidades del matador, haciendo el toreo muletero mucho más preciso y suave. Tiene además la ventaja de evitar que se abra la tela a causa del molesto y temido viento. El gran José Tomás fue uno de los primeros matadores en incorporar estos forros desmontables a sus flámulas.

Unos doce o quince minutos emplean las experimentadas manos de un sastre taurino en cortar una muleta. El largo telar rojo es desplegado sobre un terso tablero de madera barnizada, y cortado, con la ayuda de un metro de madera y unas grandes tijeras, siguiendo un patrón específico. Como ocurre con los capotes, cada sastrería tiene su propio corte, y además atesora los patrones de cada cliente en su archivo, pues se hacen a la medida de cada torero y de cada toreo.

Pero no hay pañosa sin palillo. El estaquillador sobre el que se monta la tela suele fabricarse de suave madera de haya. El pincho del palillo se inserta en un ojal redondo situado más o menos a la mitad del lomo de la tela y se atornilla con el cáncamo a su parte trasera, provista de una abertura anatómica para insertar los dedos. Hay quien une ambos picos de izquierda a derecha, hay quien prefiere de derecha a izquierda, dejando la madera libre para tener un mejor tacto. Otros prefieren cubrir el palillo. Cuestión de técnicas, toques y gustos.

Terminamos con estas palabras del maestro Antoñete sobre el arte de la muleta: “Hay faenas que duran cuatro minutos y demasiadas que duran diez. Pero en ninguna faena grande hay más de veinte muletazos perfectos".














El traje de luces

El traje de torear es tan inseparable del torero como el mismo toro. Depositario de ancestrales tradiciones, pieza única de arte y artesanía, atuendo ritual y heroico, el traje de luces forma parte indiscutible de la Fiesta, a tal punto que no hay corrida de toros que no lo vista. Pero, ¿lo conoces a fondo? Si no es así, no te preocupes. En nuestro blog “vamos a hacer la silla” del torero, y vamos a ponerle nombre a cada parte del mágico atuendo taurino para convertirte en el mejor mozo de espadas.

La montera es el inconfundible tocado del torero. De color negro, está confeccionada con tejido suave y rizado (tradicionalmente astracán, habitualmente terciopelo) que imita el cabello, y forrada de tafetán o seda en su interior. Plana en su parte superior, se remata a ambos lados por sendas borlas semicirculares o machos, que sirven de protección de la cabeza en el caso de una caída lateral. Está profusamente trabajada con formas trenzadas, a base de morillas o borlas cosidas a mano. Debe su nombre al famosísimo matador Francisco Montes, “Paquiro”.

La castañeta es un postizo, de material semejante al de la montera, que los toreros colocan en la parte posterior de la cabeza, sobre la nuca, y que sujetan al cabello mediante un tornillo. Es una reminiscencia de la moña, o prenda de malla en forma de bolsa, adornada con cordones y cintas, que usaban los antiguos lidiadores para recoger el pelo o adornar la cabeza. Desde Belmonte, raro es que un torero luzca una auténtica coleta, pero se conserva la tradición de proteger esta delicada zona de posibles caídas mediante este postizo, que sirve además de apoyo a la montera. La castañeta conserva también todo el sentido ritual de la coleta taurina: “cortarla” fue y sigue siendo, sinónimo de adiós a los ruedos.

La camisa que viste el torso del torero es habitualmente de algodón blanco, se abotona por delante, y suele adornarse en el pecho con boleros o chorreras. La complementan un fino y liso corbatín de seda, y un fajín a juego, con el que se rodea y adorna la cintura. El calzado torero se denomina zapatilla, o manoletina – en honor al gran diestro Manolete –, y es negro a tono con la montera. Cómodo y ligero, se ajusta mediante un elástico al talón, y se decora con una lazo de raso.

El terno, o traje de luces propiamente dicho, lo compone un conjunto de taleguilla, chalequillo y chaquetilla, realizado en raso de color a juego, y completamente forrado de batista blanca.



La taleguilla es el calzón que visten los toreros, y que les cubre de la cintura a la corva, dónde se ajusta con cordones rematados con borlas o machos. Es muy ceñida, combinando raso y punto, para evitar posibles enganchones, y se sujeta abotonando unos tirantes. Cuenta con una necesaria abertura frontal, llamada bragueta, y que tiene su antecedente en el alzapón de los ternos de principios del siglo XIX. El bordado lateral y longitudinal que adorna la taleguilla se denomina banda, y sigue el mismo motivo o patrón decorativo que el resto del terno. Bajo la taleguilla suele vestirse un calzón protector, o, en estos últimos tiempos, unos leotardos. Un par de medias elásticas de vivo color rosa cubren la pierna del torero desde el pie hasta la rodilla, uniendo el calzado con la taleguilla.

El chalequillo, de pecho bordado y seis muletillas de guarnición, se viste sobre la camisa, y se ajusta a la espalda mediante un cordoncillo pasado por cuatro corchetes.

Pero es la chaquetilla la estrella del terno, y el corazón del traje de luces; corta, pero pesada, está abierta en la sisa para dar más libertad de movimiento a los brazos del torero, uniéndose mangas y cuerpo mediante unas ornamentadas hombreras. Delanteros y espalda incorporan seis milímetros de entretelas superpuestas, que forman una fina coraza y dan forma a la prenda. Esta chaqueta es la parte más lujosa del atuendo torero, una auténtica obra de arte cuajada de alamares y caireles, cazoletas y machos… todo ello ricamente bordado, y salpicado de multitud de lentejuelas, abalorios y pedrería, a los que el sol arranca las miles de luces que ponen nombre al terno de torear.

Ya está nuestro torero vestido, y listo para pisar el ruedo, pero nos falta la guinda: el capote de paseo, esa bellísima capa corta de raso o seda, lujosamente adornada con bordado y pasamanería, que lucen los toreros únicamente durante el paseíllo o desfile inaugural de la corrida, y en la que, según la tradición, “se recogen el miedo”…

Montera, Morillas
Chaquetilla, Hombreras, Alamares
Chaleco
Corbatín
Tirantes
Faja
Taleguillas, Banda, Machos
Medias
Zapatillas, Lazos
Capote





Particularidades de la capa

domingo, 7 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: Romualdo Almodóvar, picador

El 7 de febrero de 1907 Romualdo Almodóvar Montiel nació en Jerez de la Frontera, en la calle Martín Fernández. Su padre era tratante de ganado, de caballos especialmente, y él se aficionó a los caballos y a los toros desde pepueño. Debutó como picador en Jerez el 25 de julio de 1925, con toros de Curro Chica; los espadas fueron Andrés Mérida, Manuel Díaz «Torerito de Málaga» y Justino Mayor «Saleri III». Romualdo, que salió de reserva, puso el primer puyazo, sin usar peto, a los seis toros, cuajados y con pitones. Romualdo destacó como un gran varilarguero, figurando en las cuadrillas de Vicente Barrera, Femando Domínguez, Domingo Ortega, Venturita, El Soldado, El Andaluz y Miguel del Pino, entre otras. Se retiró en 1945 porque un padecimiento de reuma en la mano derecha le tenía mermado de facultades.



Volvió de muevo en 1957, para salir en una novillada en Puerto Real a las órdenes de Juanito Belmonte, que alternó con Mondeño. Fue su despedida, la última vez que le ovacionaron con calor, precisamente, porque picó de maravilla a los dos novillos de Soto de la Fuente. Luego fue empresario de caballos muchos años con los Belmonte. Falleció el 02 de Abril de 1968 en Jerez.

Plaza de Goya



1874, se inauguraba la Plaza de Toros de Goya. De estilo neomudéjar, se ubicaba donde hoy está el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid y contaba con un aforo para 15.000 personas. Cuando ésta se quedó pequeña se derribó y se construyó la plaza de Las Ventas.



sábado, 6 de febrero de 2016

Efemérides taurinas jerezanas: Luis Parra García "Jerezano"

Febrero

6.- En 1942, nace en Bornos (Cádiz) Luis Parra García “Jerezano”, que se crió en Jerez de la Frontera desde los tres años de edad.

Debuta con picadores en Jerez el 2 de abril de 1961. Ese mismo año se presenta como novillero en Sevilla el 8 de octubre ante novillos de Navarro Villadiego, alternando con Alfonso Vázquez y Curro Montenegro; cuatro días después volvió a torear en la Maestranza. En la temporada de 1963 torea tres novilladas en el abono de Sevilla; en la tercera, el 12 de mayo, corta una oreja a cada novillo de Tassara, saliendo por la puerta grande.

Toma la alternativa en Jerez el 1 de mayo de 1964, de manos de Miguel Báez Espuny "El Litri", que le cedió la muerte del toro "Insensato", de Bohórquez, confirmándola en Madrid, apadrinado por Gregorio Sánchez y con Palmeño de testigo, el 29 del mismo mes y año, con el toro "Estaquita" de Núñez Hermanos.

En 1970 corta en Madrid dos orejas a un toro de Victorino Martín y sale a hombros por la puerta grande, siendo el primer torero que cortó dos orejas a un Victorino en Las Ventas. El diestro estuvo más de quince años en el candelero de la fiesta nacional y cosechó muchas tardes de gloria en España y América, principalmente durante la década de los 60.

En la Plaza de Toros de Jerez un azulejo recuerda a "Regatillo" de Osborne indultado por Luis Parra y ganador de la Corrida Concurso de Ganaderías de 1964; otro azulejo recuerda la alternativa con motivo de su cincuentenario. Llevó durante un tiempo como mozo de espada al que fue cantaor y saetero "El Guapo".