sábado, 30 de enero de 2016

Plaza de Acho

El 30 de enero de 1766 se inaugura la plaza de toros de Acho (Hacho) de Lima (Perú).

Ya en el siglo XVI, en tiempos del Virreinato, existía una gran afición a los espectáculos taurinos importados desde España. El 29 de marzo de 1540, lunes segundo día de Pascua de Resurrección, en la Plaza Mayor de Lima, hoy llamada de Armas, se corrieron tres toros de la ganadería cunera de “Maranga”. En dicho festejo el Virrey D. Francisco Pizarro, ya con una edad avanzada, sobre su montura alanceo y mató el segundo toro. Diecinueve años más tarde de la gesta del Marqués y asentada definitivamente la fiesta de los toros en Lima, el Ayuntamiento de la ciudad y con el visto bueno de la autoridad eclesiástica, decretó que todos los años debía celebrarse “la fiesta de toros”, en días especialmente señalados, para realzar las fiestas religiosas. Fueron cuatro fechas significativas: Epifanía o Pascua de Reyes, San Juan, Santiago y finalmente el día de la Asunción. Además de estas ocasiones, se autorizaba para que se corrieran toros en otras puntuales, como la jura de un Rey, el nacimiento de un Príncipe, enlaces de la realeza, o la entrada en la capital de un nuevo Virrey o de un Arzobispo.

Con el tiempo estos festejos fueron creciendo en número y se celebraban toros ya no sólo en la Plaza Mayor, sino también en otros lugares como la Plaza de la Inquisición, la de Santa Ana y otras, que se cerraban al efecto. Esto hizo que los limeños fuesen pensando en un sitio estable y el primer emplazamiento dedicado exclusivamente para correr y alancear toros se situó en el llamado de Otero, muy cercano a los terrenos que hoy ocupa la plaza de Acho (o Hacho, que es como se llamaba en un principio). Los espectáculos taurinos ya se habían incrementado sobre manera, llevándose a cabo los domingos y días feriados. Por prohibición expresa de la Iglesia, los festejos pasaron al lunes, para que los habitantes de Lima no dejaran de asistir a la misa dominical que era obligatoria.

A mediados del siglo XVIII, con el apoyo de don Manuel Amat y Juniet, (de origen catalán por cierto), Virrey del Perú, y la iniciativa del terrateniente don Agustín de Landaburo, alcalde de la ciudad, se inicia la construcción de la plaza de toros de Acho, convirtiéndose en la más antigua de América y ocupando el tercer lugar tras la Maestranza de Sevilla y el coso de Pignatelli de Zaragoza. La inauguración de Acho fue un gran acontecimiento social y cultural para Lima, al que asistieron don Agustín y don Manuel. En el cartel inaugural se anunciaba toros de la ganadería de Gómez Cañete, propiedad del ya mencionado Sr. Landaburo, con divisa caña y rosa. El primer toro según cuentan los papeles llevaba por nombre “Albañil Blanco”; para los espadas: Pis, Maestro de España y Gallipavo.



Este primer coso, con un ruedo de 90 metros de diámetro, tenía una capacidad para algo más de 6.000 espectadores. En 1945, bajo la dirección de don Fernando Graña, se redujo el anillo a 60 metros y la capacidad aument hasta 14,000 localidades. Se inauguró el 7 de enero de 1945 con los toreros españoles Rafael Ponce “Rafaelillo”, Juan Belmonte Campoy y el torero peruano Adolfo Rojas “El Nene” que tomó la alternativa; se lidiaron seis toros de “La Viña”, de propiedad de don Víctor Montero, con divisa celeste y blanca. Manolete se presentó en Acho el 10 de marzo de 1946, con Belmonte Campoy y Carlos Arruza, ante toros de La Viña. El 12 de octubre de 1946 se inaugura la Feria de Octubre, denominada al año siguiente “Feria del Señor de los Milagros” en homenaje al Patrón de la ciudad; actúan Manuel Rodríguez “Manolete”, el mejicano Luis Procuna y el peruano Alejandro Montani, ante un lote mexicano de “La Punta; Luis Procuna se alzó con el triunfo al cortar dos orejas. Por Acho han pasado las máximas figuras del torero.












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miércoles, 27 de enero de 2016

José Bergamín

Esa música, ese canto,
ese melodioso eco
que escuchamos con los ojos
y con los oídos vemos.
Esa soledad sonora
de musicales silencios;
ese inaudito, invisible
saber y sabor del tiempo.
Esa ilusión del sentido,
saber y sabor toreros
que en Vázquez, Romero y Paula
quintaesencian el toreo.
¿A quién suena la música bien
pudiendo escuchar el llanto?
Cante y canto en el toreo
es cante en Rafael de Paula
y canto en Curro Romero.
Una sonora soledad lejana
fuente sin fin de la insomne, mana.

“La Música Callada del Toreo’’

domingo, 24 de enero de 2016

Moratín

Madrid, castillo famoso
que al rey moro alivia el miedo,
arde en fiestas en su coso,
por ser el natal dichoso
de Alimenón de Toledo.

Su bravo alcaide Aliatar,
de la hermosa Zaida amante,
las ordena celebrar,
por si la puede ablandar
el corazón de diamante.

Pasó, vencida a sus ruegos,
desde Aravaca a Madrid.
Hubo pandorgas y fuegos
con otros nocturnos juegos
que dispuso el adalid.

Y en adargas y colores,
en las cifras y libreas,
mostraron los amadores,
y en pendones y preseas,
la dicha de sus amores.

Vinieron las moras bellas
de toda la cercanía,
y de lejos muchas de ellas,
las más apuestas doncellas
que España entonces tenía.

Aja de Getafe vino
y Zahara la de Alcorcón,
en cuyo obsequio muy fino
corrió de un vuelo el camino
el moraicel de Alcabón.

Jarifa de Almonacid,
que de la Alcarria en que habita
llevó a asombrar a Madrid,
su amante Audalla, adalid
del castillo de Zorita.

De Adamuz y la famosa
Meco, llegaron allí
dos, cada cual más hermosa,
y Fátima, la preciosa
hija de Alí el Alcadí.

El ancho circo se llena
de multitud clamorosa
que atiende a ver en su arena
la sangrienta lid dudosa,
y todo en torno resuena.

La bella Zaida ocupó
sus dorados miradores
que el arte afiligranó,
y con espejos y flores
y damascos adornó.

Añafiles y atabales,
con militar armonía,
hicieron salva y señales
de mostrar su valentía
los moros más principales.

No en las vegas de Jarama
pacieron la verde grama
nunca animales tan fieros,
junto al puente que se llama,
por sus peces, de Viveros,
como los que el vulgo vio
ser lidiados aquel día,
y en la fiesta que gozó,
la popular alegría
muchas heridas costó.

Salió un toro del toril
y a Tarfe tiró por tierra,
y luego a Benalguacil,
después con Hamete cierra,
el temerón de Conil.

Traía un ancho listón
con uno y otro matiz
hecho un lazo por airón,
sobre la inhiesta cerviz
clavado con un arpón.

Todo galán pretendía
ofrecerle vencedor
a la dama que servía;
por eso perdió Almanzor
el potro que más quería.

El alcaide, muy zambrero,
de Guadalajara, huyó
mal herido al golpe fiero,
y desde un caballo overo
el moro de Horche cayó.

Todos miran a Aliatar,
que aunque tres toros ha muerto,
no se quiere aventurar,
porque en lance tan incierto
el caudillo no ha de entrar.

Mas viendo se culparía,
va a ponérsele delante;
la fiera le acometía,
y sin que el rejón la plante
le mató una yegua pía.

Otra monta acelerado;
le embiste el toro de un vuelo,
cogiéndole entablerado;
rodó el bonete encarnado
con las plumas por el suelo.

Dio vuelta hiriendo y matando
a los que a pie que encontrara,
el circo desocupando,
y emplazándose, se para,
con la vista amenazando.

Nadie se atreve a salir;
la plebe grita indignada;
las damas se quieren ir,
porque la fiesta empezada
no puede ya proseguir.

Ninguno al riesgo se entrega
y está en medio el toro fijo,
cuando un portero que llega
de la Puerta de la Vega
hincó la rodilla y dijo:
Sobre un caballo alazano,
cubierto de galas y oro,
demanda licencia urbano
para alancear a un toro
un caballero cristiano.

Mucho le pesa a Aliatar;
pero Zaida dio respuesta
diciendo que puede entrar,
porque en tan solemne fiesta
nada se debe negar.

Suspenso el concurso entero
entre dudas se embaraza,
cuando en un potro ligero
vieron entrar por la plaza
un bizarro caballero.

Sonrosado, albo color,
belfo labio, juveniles
alientos, inquieto ardor,
en el florido verdor
de sus lozanos abriles.

Cuelga la rubia guedeja
por donde el almete sube,
cual mirarse tal vez deja
del sol la ardiente madeja
entre cenicienta nube.

Gorguera de anchos follajes,
de una cristiana primores,
por los visos y celajes
en el yelmo los plumajes,
vergel de diversas flores.

En la cuja gruesa lanza
con recamado pendón,
y una cifra a ver se alcanza
que es de desesperación,
o a lo sumo de venganza.

En el arzón de la silla
ancho escudo reverbera
con blasones de Castilla,
el mote dice a la orilla:
Nunca mi espada venciera.

Era el caballo galán,
el bruto más generoso,
de más gallardo ademán:
cabos negros, y brioso,
muy tostado, y alazán;
larga cola recogida
en las piernas descarnadas,
cabeza pequeña, erguida,
las narices dilatadas,
vista feroz y encendida.

Nunca en el ancho rodeo
que da Betis con tal fruto
pudo fingir el deseo
más bella estampa de bruto
ni más hermoso paseo.

Dio la vuelta alrededor;
los ojos que le veían
lleva prendados de amor.
Alá te salve, decían,
déte el Profeta favor.

Causaba lástima y grima
su tierna edad floreciente;
todos quieren que se exima
del riesgo, y él solamente
ni recela, ni se estima.

Las doncellas, al pasar,
hacen de ámbar y alcanfor
pebeteros exhalar,
vertiendo pomos de olor,
de jazmines y azahar.

Mas cuando en medio se para,
y de más cerca le mira
la cristiana esclava Aldara,
con su señora se encara
y así la dice, y suspira:
Señora, sueños no son;
así los cielos, vencidos
de mi ruego y aflicción,
acerquen a mis oídos
las campanas de León,
como ese doncel que ufano
tanto asombro viene a dar
a todo el pueblo africano,
es Rodrigo de Vivar,
el soberbio castellano.

Sin descubrirle quién es,
la Zaida desde una almena,
le habló una noche cortés,
por donde se abrió después
el cubo de la Almudena.

Y supo que, fugitivo
de la corte de Fernando,
el cristiano, apenas vivo,
está a Jimena adorando
y en su memoria cautivo.

Tal vez a Madrid se acerca
con frecuentes correrías
y todo en torno la cerca;
observa sus saetías
arroyadas, y ancha alberca.

Por eso le ha conocido,
que en medio de aclamaciones,
el caballo ha detenido
delante de sus balcones,
y la saluda rendido.

La mora se puso en pie
y sus doncellas detrás;
el alcaide que lo ve,
enfurecido además
muestra cuán celoso esté.

Suena un rumor placentero
entre el vulgo de Madrid:
No habrá mejor caballero,
dicen, en el mundo entero,
y algunos le llaman Cid.

Crece la algazara, y él
torciendo las riendas de oro,
marcha al combate crüel;
alza el galope, y al toro
busca en sonoro tropel.

El bruto se le ha encarado
desde que le vio llegar,
de tanta gala asombrado,
y alrededor le ha observado
sin moverse de un lugar.

Cual flecha se disparó
despedida de la cuerda,
de tal suerte le embistió;
detrás de la oreja izquierda
la aguda lanza le hirió.

Brama la fiera burlada;
segunda vez acomete,
de espuma y sudor bañada,.
y segunda vez la mete
sutil la punta acerada.

Pero ya Rodrigo espera
con heroico atrevimiento,
el pueblo mudo y atento;
se engalla el toro y altera,
y finge acometimiento.

La arena escarba ofendido,
sobre la espalda la arroja
con el hueso retorcido;
el suelo huele y le moja
en ardiente resoplido.

La cola inquieto menea,
la diestra oreja mosquea,
vase retirando atrás,
para que la fuerza sea
mayor, y el ímpetu más.

Él que en esta ocasión viera
de Zaida el rostro alterado,
claramente conociera
cuánto la cuesta cuidado
el que tanto riesgo espera.

Mas, ¡ay que le embiste horrendo
el animal espantoso!
Jamás peñasco tremendo
del Cáucaso cavernoso
se desgaja, estrago haciendo,
ni llama así fulminante
cruza en negra obscuridad
con relámpagos delante
al estrépito tronante
de sonora tempestad,
como el bruto se abalanza
en terrible ligereza;
mas rota con gran pujanza
la alta nuca, la fiereza
y el último aliento lanza.

La confusa vocería
que en tal instante se oyó
fue tanta que parecía
que honda mina reventó,
o el monte y valle se hundía.

A caballo como estaba,
Rodrigo el lazo alcanzó
con que el toro se adornaba;
en su lanza le clavó
y a los balcones llegaba.

Y alzándose en los estribos,
le alarga a Zaida, diciendo:
Sultana, aunque bien entiendo
ser favores excesivos,
mi corto don admitiendo,
si no os dignáredes ser
con él benigna, advertid
que a mí me basta saber
que no le debo ofrecer
a otra persona en Madrid.

Ella, el rostro placentero,
dijo, y turbada: Señor,
yo le admito y le venero,
por conservar el favor
de tan gentil caballero.

Y besando el rico don,
para agradar al doncel,
le prende con afición
al lado del corazón,
por brinquiño y por joyel.

Pero Aliatar el caudillo
de envidia ardiendo se ve,
y trémulo y amarillo,
sobre un tremacén rosillo
lozaneándose fue.

Y en ronca voz, Castellano,
le dice, con más decoros
suelo yo dar de mi mano
si no penachos de toros,
las cabezas del cristiano.

Y si vinieras de guerra
cual vienes de fiesta y gala,
vieras que en toda la tierra,
al valor que dentro encierra
Madrid, ninguno se iguala.

Así, dijo el de Vivar,
respondo, y la lanza al ristre
pone y espera a Aliatar;
mas sin que nadie administre
orden, tocaron a armar.

Ya fiero bando con gritos
su muerte o prisión pedía,
cuando se oyó en los distritos
del monte de Leganitos
del Cid la trompetería.

Entre la Monclova y Soto
tercio escogido emboscó,
que viendo cómo tardó,
se acerca, oyó el alboroto,
y al muro se abalanzó.

Y si no vieran salir
por la puerta a su señor
y Zaida a le despedir,
iban la fuerza a embestir,
tal era ya su furor.

El alcaide, recelando
que en Madrid tenga partido,
se templó disimulando,
y por el parque florido
salió con él razonando.

Y es fama que a la bajada
juró por la cruz el Cid
de su vencedora espada,
de no quitar la celada
hasta que gane a Madrid.








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jueves, 21 de enero de 2016

¿El animalismo, al servicio del capitalismo?

Recuerdo como si fueran de ayer las palabras de mi maestro, pero me las dijo cuando yo era niño. Me hablaba de las diferentes formas de organizar políticamente las sociedades humanas. Terminó su explicación de esta manera: "En la sociedad humana debe reinar la libertad, pero no como una reina absolutista. Si no se le ponen ciertos límites podríamos encontrarnos con una situación tal que un hombre muy rico de Estados Unidos tuviera dinero para alimentar a su gato con leche mientras, a la vez, una mujer muy pobre de Biafra no tuviera dinero con que comprar leche para su niño enfermo. Eso no es cristiano". Ahora me admiro de que mi maestro considerara esa situación del ejemplo como meramente hipotética.

Cuando un grupo de presión exige una escalada de implantación de leyes de bienestar animal, no pensemos que se organiza espontáneamente, de la noche a la mañana.

Desde hace años se constata en los países desarrollados un crecimiento demográfico negativo. Este dato hace tiempo que alertó a las economías occidentales, y sobre todo de EEUU y Europa.

El Centro de Estudios del Capitalismo, en la Universidad Francisco Marroquín, publicó en febrero de 2001 lo siguiente:

"La población europea actual (731 millones al 2011) representa el 10.6% de la población mundial (6,897 millones al 2011), cuando a principios del siglo pasado representaba el 27% de la mundial. Mientras, la población africana se habrá doblado en tan sólo 24 años y la asiática, en 37 años. La natalidad se encuentra en un descenso tan preocupante que tendrá efectos negativos en el Producto Interior Bruto de los países más desarrollados. Los índices de natalidad en retroceso y sus correspondientes cambios de tendencia de las sociedades desarrolladas provocaron que las empresas de alimentación, servicios y sanidad dejaran de producir de cara al mercado humano y se centren ya en la producción destinada a los animales de compañía. Un ejemplo es Nestlé, que dedica ya más del 75% de sus recursos al mercado animal, no al humano, lo mismo que las grandes multinacionales como Purina, Mars, Procter, etc. Estas multinacionales se refundan y se implantan en países latinos como México, Ecuador, Perú, Venezuela o España. Concretamente en España, Cataluña es el núcleo de producción y distribución más importante. El diario Expressen, de Estocolmo, afirmó en un reportaje de 2003 que el mercado de la mascota ya tenía volúmenes de beneficios superiores a los del boom del petróleo en los años 70".

Hace años escuché un comentario radiofónico de una periodista escandalizada por los cambios sociales. Se refería a que ya se ven muchos matrimonios jóvenes que, a la pregunta de un conocido sobre si tienen niño, responden: "No, pero tenemos perro". En su honor diré su nombre: Pilar Cernuda.

Creen algunos ingenuos, que se dejan arrastrar por la demagogia animalista, que esta nueva ideología (no confundible con el ecologismo) no está generada, estimulada y desarrollada por las grandes empresas de alimentación. Éstas, sin la creación artificial de un nuevo ámbito de negocio, perderían ingresos si siguieran atendiendo sólo al nicho de la alimentación humana; ¿por qué? pues por la tasa de desarrollo demográfico en los países ricos, que es no baja sino negativa. ¿Podrían redirigir la inversión de sus recursos a la alimentación humana de los países pobres? Sí pero esa solución no les convence porque la capacidad adquisitiva de una familia pobre, en un país pobre, que compra alimentos para sus niños es menor que la de una familia rica, en un país rico, que compra alimentos (y jerséis de punto) para sus mascotas. Entre un negocio y otro no hay color.



Para resumir: Sobre este asunto, las cuestiones de negocio son alarmantemente obscenas. En Palma (donde la población censada extranjera supera ya el 21% con un promedio de edad de 38,5 años, nada de jubilados) hay tiendas con prendas de Juicy Cuture, Adolfo Domínguez, Louis Vuitton o Agatha Ruiz de la Prada para mascotas. Un propietario de un perro se deja aproximadamente 1.500 euros en ropa y complementos, según declaraciones a El Mundo Tolo Vicens, el propietario de la tienda ‘Rulos’ en Palma y explica que existen correas de piel rematadas con cristal Swarovski por 80 euros o pintadas a mano por un pintor italiano de la Toscana- con su certificado de autenticidad incluido- por 90, camas de piel y cuero (180 euros), ropita de marca (ente 40 y 100 euros) y bolsos que pueden costar hasta 2.000 euros son algunos de los lujos que estos pequeños animales de compañía requieren para estar ‘a la última’ . A lo que sin duda se refiere Jaume Font y nos referimos nosotros, es que la facturación in crescendo de todo tipo de medicinas, ocio, ropa, comida, … para las mascotas (calculada en más de 200.000 millones de dólares en todo el mundo, datos de 1014) se basa, ante todo, en el control de su población y mercado. En la castración de los machos y el vaciado de las hembras. Control sobre la natalidad y control sobre los instintos animales, que desaparecen con esta medida veterinaria. Y hablamos de control porque la natalidad humana, descendente desde la década del ochenta, no puede ser controlada por multinacional alguna, pero si pueden hacerlo con las mascotas. El zoólogo y biólogo Konrasd Lorenz, Premio Nobel en 1973, se rebeló en los inicios de este mercado cuando declaró públicamente lo siguiente: ‘la castración es el medio más draconiano y vejatorio de quitar las capacidades psicofísicas al animal, convirtiéndolo en un ser blando y anodino. Se trata de un método que amputa no sólo los genitales sino también, en nombre de la salud y la higiene, procede a la regulación de los instintos. No es posible defender las castraciones y, al mismo tiempo, adherir una posición naturalista’. ‘Que le gente castre a sus mascotas y además excuse el hecho en razones científicas, demuestra el grado de perversión y cinismo. No sólo es cultura depravada, sino científicamente depravada”.





¿Y qué hacemos con la diferencia que hay entre la dignidad de un niño y la de un hamster? Lo que hacemos es suprimirla por la vía de reconocerle a un hamster la misma dignidad que a un niño. De eso ya se encargarán los filósofos animalistas que serán animados por las prebendas que les pasarán subrepticiamente las sociedades capitalistas. Tan subrepticiamente que estos nuevos intelectuales predicarán que el animalismo es el nuevo anticapitalismo.





Un perro consume más recursos naturales que un todo terreno Toyota Land Cruiser que recorra 10.000 kilómetros anuales. Un gato tiene el mismo impacto en el medio ambiente que un Volkswagen Golf. Esta es una de las conclusiones extraídas de estudios científicos que alarman del impacto medioambiental negativo de las mascotas. Con la denominada ‘huella ecológica’ como referencia científica (recursos naturales necesarios para la existencia de un ser o asumir el impacto de una acción: la vida de un animal, un hombre o el uso de coche) los analistas medioambientales partidarios de un planeta sostenible y en equilibrio han lanzado la voz de alarma sobre las mascotas. Alimentar a un perro mediano equivale a utilizar 0,85 hectáreas del planeta. Para alimentar a un etíope, empleamos 0,65 hectáreas. Para un vietnamita 0,76 hectáreas.
Las cifras generan dos cuestiones desconocidas o silenciadas a la opinión pública. Una de ellas, el impacto negativo medioambiental de las mascotas en el mundo con un alarmante coste de recursos naturales. Y, otra, una cuestión ética que deja al ser humano en situación de indefensión y de precariedad respecto a las mascotas, que ya hemos situado en un lugar superior de prioridad alimentaria, sanitaria y de ocio.
Un perro mediano consume al día, mínimo, 90 gramos de carne y 156 de cereales en una ración de 300 gramos de pienso que fabrican las multinacionales de las mascotas. Pero estamos hablando de elementos naturales procesados, que equivalen, antes de esa ‘fabricación’, a unos 450 gramos de carne fresca y 260 gramos de cereales. En un año, un perro mediano consume 164 kilos de carne y 95 kilos de cereales. Siete millones de seres humanos murieron en 2015 a causa de una alimentación escasa. Unos 400 millones de seres humanos se alimentan con 65% de los alimentos servidos a las mascotas perro de una ciudad.
En Europa existen 75 millones de perros censados. Siguiendo la proporción de costes medioambientales descritos, podemos afirmar que este continente tiene un país mas llamado Mascotalandia, con una superficie superior a la de España (unos 50 millones de hectáreas) y próximo a los 70 millones de hectáreas, que son el terreno del planeta empleado sólo para la alimentación de perros mascotas. No se añaden los millones de gatos y de otras especies. Recordemos que el impacto medioambiental de un gato, es de 0,15 hectáreas al año.
Los científicos alarman de esta situación que se multiplica cada año. El mundo no sólo no debate estas cuestiones, sino que camina hacia la prohibición de espacios y recursos de equilibrio sostenido (dehesa, espacios de caza y pesca) muy regulados y sostenedores de gran parte de nuestro medio ambiente. El animalismo, punta de lanza social y de marketing del mercado de las mascotas (mascotismo) se revela como el gran enemigo de la ecología y de la ciencia medioambiental del planeta. Eso sin entrar en el debate moral en el que este medio ha insistido: priorizar la vida y el bienestar de un ser mascota frente a un ser humano.
En España hay censados cerca de seis millones de perros mascotas. Teniendo en cuenta que, al menos una vez al día se usan bolsas de plástico, la mayor de las veces de polietileno, hablamos de seis millones bolsas no reciclables (tardan una media de 150 años en descomponerse) diarias que van a nuestros vertederos con un impacto medioambiental sin precedentes, agravado por la mezcla de elementos compatibles como heces y plásticos. Aún no está analizado el impacto del orín indiscriminado de seis millones de perros al día. Los científicos aluden que el número reales de perros, censados más no censados, podría ser el doble.
Estos datos no son los únicos negativos y agresores del mercado mundial de las mascotas. La asociación suiza medioambiental y ecológica Pro Natura, ha denunciado que, un país como Australia, en un mes, gatos domésticos elimina a más de 350.000 pájaros, 400.000 insectos, 50.000 ranas y que están exterminando al lagarto de arena. Denuncian que las mascotas del mundo eliminan cada año a 75 millones de animales endémicos, según conclusiones de XII Congreso Internacional de la Fauna Silvestre en Suramérica, celebrado en Quito (Ecuador).
Estos datos matemáticos de consumo e impacto ambiental se basan en los estudios científicos que repercuten metros cuadrados del planeta usados para la producción, mantenimiento o costo de recursos naturales, para producir un kilo de carne o de cereales. También para la ‘absorción’ de un impacto negativo, como las emisiones nocivas de un coche. Lo que el cuidado desconoce que el equilibrio sostenible de este planeta pasa por esta máxima: la tierra no crece en hectáreas, mientras que hemos decidido aumentar la población del ser llamado mascota en un 35% los últimos 15 años.
* Datos recogidos de investigaciones de informes de Ecoavant, Veoverde, Greenpeace, Pronatura, y medios de comunicación de Suiza, Australia, México e India.








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martes, 19 de enero de 2016

El toro de lidia es Raza Autóctona como productora de carne

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha puesto de manifiesto que el toro bravo, además de tener como destino la lidia, presenta muy buenas aptitudes para la producción cárnica. Lo ha hecho autorizando a la Federación de Asociaciones de Raza Autóctona de Lidia al uso del logotipo "Raza Autóctona de Lidia" -únicamente valido en animales que se encuentren inscritos en Libro Genealógico de dicha raza, tanto lidiados como no lidiados- para diferenciar las bondades de su carne con la del resto de bovinos.

En la web del Ministerio, además, se ha publicado un decálogo en el que quedan reflejadas las diez razones por las que el toro de lidia es "100% Raza Autóctona" y los beneficios del uso del nuevo logo. Los motivos esgrimidos son los siguientes:

1. Recurso natural. Difunde y da a conocer las razas que son parte del patrimonio genético de España. Apoya la promoción, la conservación y la mejora de nuestra biodiversidad ganadera.

2. Garantía de origen. El distintivo informa a los consumidores, a la sociedad y a toda la cadena alimentaria sobre la procedencia de los productos. La trazabilidad está garantizada a través de un pliego de condiciones que presenta cada asociación y que es aprobado por la Administración, con mecanismos de control de los operadores.

3. Sostenibilidad. Apoya a nuestras razas autóctonas, criadas tradicionalmente en régimen extensivo y adaptadas a un entorno de gran rusticidad. Favorece la sostenibilidad del medio rural y beneficia a la población y a los profesionales que trabajan en el campo.

4. Valor añadido. Además, este sello es un reconocimiento para los ganaderos, las asociaciones y empresas promovido por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en colaboración con las Comunidades Autónomas y el sector. Aporta un valor añadido a nuestro sistema de producción y a nuestros productos.

5. Diferenciación. Etiquetar los productos con el sello 100% Raza Autóctona permite al consumidor identificar qué productos provienen de razas ganaderas de nuestra tierra y diferenciarlos de los demás. Con esto, captamos el interés de los consumidores y aumentamos la competitividad de nuestros productos.

6. Tradición y cultura. Las razas autóctonas han sido mantenidas de generación en generación y forman parte de nuestro acervo cultural y de las tradiciones de nuestros pueblos. Son parte de nuestra historia y tenemos la obligación moral y la responsabilidad de apoyarlas.

7. Calidad. Las razas autóctonas proporcionan un gran servicio, diversos usos y una gran variedad de productos alimentarios de alta calidad. El sello 100% Raza Autóctona convive con otros distintivos de calidad alimentaria, añadiendo valor y sabor.

8. Beneficio y rentabilidad. La conservación de las razas es compatible con la rentabilidad de las explotaciones agrarias y los beneficios repercuten en los ganaderos y en el medio ambiente. Solicitar el distintivo es muy sencillo y utilizarlo aún más. Además, ayuda a la comercialización de los productos y es rentable para ganaderos y empresas.

9. Variedad y diversidad. Existen 9 marcas diferentes del sello 100% Raza Autóctona que identifican a las distintas especies de numerosas razas, muestra del alto grado de diversidad genética que presenta España y nuestro Catálogo Oficial de Razas. Cada uno de estos distintivos, además de mostrar la especie, está 100% individualizado con la raza específica.

10. Reconocimiento y orgullo. El distintivo común apoya y destaca el trabajo realizado por las asociaciones y el respeto a los ganaderos con nuestras razas autóctonas. Además, permite unir esfuerzos de empresas y asociaciones. Vamos a lograr un mayor conocimiento por parte de la población y a afrontar el mercado con más fuerza. Nuestras razas autóctonas, su excelente calidad y la conservación de la crianza tradicional son nuestro gran orgullo.

La Federación de Asociaciones de Raza Autóctona de Lidia (Fedelidia) aglutina a las cinco asociaciones de toros de lidia -Asociación de Ganaderías de Lidia, Agrupación Española de Reses Bravas, Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia, Ganaderos de Lidia Unidos y la Unión de Criadores de Toros de Lidia- que representan a 1.003 explotaciones de toda España y a 211.885 animales inscritos en el libro genealógico. La entidad se ha reunido en Asamblea General para definir las líneas fundamentales del proyecto iniciado con el uso de este nuevo logo que tiene como objetivo resaltar y acercar la consumidor las virtudes de la carne de lidia.

jueves, 14 de enero de 2016

Fernando Savater



"¡Sólo faltaba que pudiésemos llamar "obra de arte" al urinario de Duchamp o a cualquier guiso deconstruído de Ferrán Adriá y nos prohibieran en nombre del buen gusto dar el mismo calificativo encomiástico a una faena de Curro Romero!".








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miércoles, 13 de enero de 2016

Ignacio Sánchez Mejías

"El mundo entero es una enorme plaza de toros donde el que no torea embiste. Esto es todo. Dos inmensos bandos: manadas de toros y muchedumbres de toreros, y, en consecuencia, es la lucha por nuestra propia vida la que nos obliga a torear."















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domingo, 10 de enero de 2016

Portugal: más espectadores en 2015 que en 2014

La temporada taurina 2015 de Portugal ha arrojado un balance muy positivo: crece un 1,8% el número de espectadores que acudió a las plazas del país luso, lo que eleva a 462.000 las entradas vendidas. También hay un alza en la concurrencia media: ha crecido hasta alcanzar las 2.415 personas por corrida de toros.

En total, se han celebrado 233 espectáculos (17 menos que en 2014, cuando hubo 250). Las corridas han ganado cuota de mercado: son el 69% de los espectáculos (3% por encima de 2014). También mejora la exportación de toros al extranjero: aumenta un 62%, con 335 reses vendidas a otros países taurinos como España o Francia.

Asimismo hay buenos datos de seguimiento en la televisión publica. La RTP retransmitió siete corridas en horario de máxima audiencia, llegando a un total de 3 millones de personas. Otro aspecto positivo es el de la distribución territorial de los espectáculos taurinos: solamente hubo dos distritos y una región en los que no se dieron toros.

El distrito con más espectáculos fue Lisboa (33), mientras que la ciudad con mayor actividad fue Albufeira (23) en el Algarve. En la región de Azores se registró la mayor tasa de asistencia media, el 75%, seguida del 71% observado en el centro-norte del país.

Prótoiro, la Federación Portuguesa de Tauromaquia que reúne todos los estamentos de la Fiesta, elabora la Memoria Anual con datos de la Asociación Nacional de Toreros y la Asociación Portuguesa de Criadores de Toros de Lidia. También se apoya en otras fuentes complementarias, como por ejemplo las mediciones de audiencia en televisión que hace GFK/CAEM.




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miércoles, 6 de enero de 2016

Julio Cortázar

"Se podrá hablar un día entero de la decadencia de la tauromaquia, de lo que hay de malo, las famosas homilías sobre la crueldad, etc..., pero hay algo que queda en pie, que es la hora de la verdad: ese momento en que toro y torero están solos y toda la plaza guarda silencio". Julio Cortázar.

martes, 5 de enero de 2016

Plaza de la Herrería en El Puerto



En El Puerto de Santa María hay un popular plaza cuya denominación arranca de la herrería que Juan Ruíz tenía establecida en el siglo XVI, haciendo esquina con la calle Misericordia. Con los años se arregló, llegando a acoger festejos públicos. Las corridas de toros se trasladaron desde la Plaza del Polvorista hasta aquí en el siglo XVIII y duraron hasta 1769, año en que se construyó en el ejido de San Francisco la primera plaza de toros con que contó la ciudad.



En uno de sus frentes se encuentra la Casa de los Diezmos, donde, desde el siglo XVII al XIX, se almacenaba la décima parte de la producción agrícola y ganadera que la sociedad civil reservaba para la manutención de la Iglesia. Sobre la portada se conserva una representación de la Giralda y dos azucenas, símbolo de la diócesis de Sevilla, de la que dependía el priorato portuense.



De Manuel Martínez Alfonso sacamos un texto que dice:«Nos consta que en 1746 ya hacía varios años que venían celebrándose corridas en la Plaza de la Herrería. Lo sabemos por un pleito que surgió a cuenta de los andamios de la nueva plaza. El archivero municipal Juan Cárdenas nos habla de esta Plaza, donde ya en 1744 se celebraban corridas de toros, Plaza “que habilitaban con andamiajes, donde afluían espectadores de todos los pueblos inmediatos, proporcionando pingües ganancias a las empresas’.



Pero la referencia documental que nos confirma la existencia de esta Plaza es el expediente promovido por el Convento de Padres Agustinos de esta ciudad, con motivo de “haberse formados andamios con perjuicio de unas casas de sus propiedad en la Plaza de la Herrería”. Al parecer, y con motivo de las fiestas por la subida al trono del rey Don Fernando VI, los Caballeros Diputados de la Ciudad determinaron celebrar varios días de toros, y para ello eligieron la Plaza de la Herrería, “en el sitio donde siempre se había acostumbrado”, según frase literal de uno de los documentos, lo que viene a confirmar la existencia de una tradición firmemente enraizada.



Esta plaza sirvió en varias ocasiones al pintor portuense Juan Lara para inspirarse y recoger sobre sobre ellas tipos y escenas, entre las que no faltaban el mercado de caballos, la hora de la corrida o el juego de niños toreando de salón.



Esta información se ha elaborado a base de la web gentedelpuerto.com









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sábado, 2 de enero de 2016

Con todos los honores

El toro es tratado con todos los honores,



incluso en su traslado con jaula arrastrada (a estilo antiguo).

viernes, 1 de enero de 2016

Carlos Herrera felicita el Año Nuevo defendiendo a los toros


El periodista Carlos Herrera ha publicado en la revista El Semanal de 3 de enero de 2016 el artículo "El impacto económico de la tauromaquia" para felicitar el Año Nuevo. Dice así:

La ANOET, es decir, la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos, ha encargado un estudio de impacto económico a la Universidad de Extremadura. Lo ha dirigido el profesor Juan Medina García Hierro. ¿Qué significan los datos que ofrece ese trabajo?: fundamentalmente, que los ataques antitaurinos basados en la dependencia económica en forma de subvenciones públicas por parte de la fiesta son un cuento que se han dedicado a construir los furiosos enemigos de la tauromaquia, particularmente activos desde que apareció la crisis allá por 2007.

La idea divulgada por algunos manipuladores de datos -tales como el diputado de Esquerra Alfred Bosch, viscoso enemigo de todo lo que parezca español- consistía en hacer creer que la fiesta de los toros cuesta un dineral de todos los españoles ante la creciente desafección de la propia afición. Nada más falso de toda falsedad. En el año 2013, sin ir más lejos, los diferentes espectáculos taurinos contabilizaron 24,8 millones de asistentes, con un impacto de más de 1600 millones de euros. Digamos, cuando menos, que no son cifras ridículas, como pretenden algunos.

Los toros no reciben una cascada de ayudas. En los Presupuestos Generales del Estado sólo se encuentra una partida relacionada con los toros: 30.000 euros para el Premio Nacional de Tauromaquia. Nada más. Todo ello mientras que el Estado reconoce en los toros «un Patrimonio digno de protección en el territorio nacional».

El espectáculo taurino no es barato. Es una fiesta cara. Pero la paga el espectador. Los toros, su traslado, el personal que los cría, el que los cuida, los toreros y subalternos, el personal de la plaza, los médicos, los caballos... Las localidades no siempre son baratas, y en época de apreturas los aficionados hacen equilibrios y piruetas, como todo el mundo. Y si empresas y profesionales no ajustan sus ofertas, muchos no pueden permitirse según qué gastos. Aun así, es el segundo espectáculo en espectadores, detrás del cine extranjero (hablamos de espectáculos culturales, no incluyendo el deporte), y es el menos subvencionado. El cine español, sin ir más lejos, recibe 1835 veces más subvención que la fiesta, cuando esta tiene tres veces más espectadores. El teatro recibe 1230 veces más, significando una recaudación un 24 por ciento inferior.

Y ¿de dónde llegan esas subvenciones y en concepto de qué? Sólo cuatro de las comunidades autónomas dedican partidas en sus Presupuestos a lo largo de 2013, nuestro año de referencia, no sumando en total siquiera el 0,3 por ciento de sus dotaciones culturales. Los ayuntamientos, por si alguien se malicia, sólo dedicaron el 1,4 por ciento de sus mismos presupuestos culturales, incluidos consistorios gobernados por gente como Bildu, Izquierda Unida o la misma ERC: esos ayuntamientos, en cualquier caso, recuperan ese dinero con creces mediante cada canon de arrendamiento o ingresos directos. Muchos ayuntamientos se benefician de ello: de los 8117 que forman el total de España, organizan festejos 2763, lo cual es significativo. El toro está involucrado directamente en las fiestas patronales y populares de miles de poblaciones, como vemos, desde Pamplona a San Sebastián de los Reyes.

¡Ah! ¡Las Diputaciones! Tampoco son dilapidadoras. Sólo 11 de 41 asignan un 2,8 del total de gasto cultural. La Unión Europea, por supuesto, no brinda fondo alguno a los toros. Sólo ayudas agrícolas a la ganadería.

La Administración, finalmente y a poco despierto que se sea, recauda por IVA taurino tres veces más que el cine español y más que todo el conjunto de las artes escénicas. Es el segundo acontecimiento -tras el cine extranjero- que no el español, que sí recibe cuantiosas ayudas, insisto. Con un impacto sobre la economía española considerable, ya que sólo el IVA generado dobla las cifras de ayudas netas al sector.

Por demás y por si le interesa a alguien: los festejos taurinos y sus entornos dependientes significan un total de 200.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, un 1,16 de la ocupación laboral total. Trabajadores que cotizan y no poco. De hecho, cotizaciones e IVA doblan las ayudas brutas.

Sólo queda añadir algo más, independientemente de las valoraciones que queramos establecer de este fenómeno cultural de masas: pregunten ustedes a la hostelería adyacente o al transporte de cualquier ciudad con plaza de toros lo que supone una tarde de toros. Y ahora díganle que ustedes quieren prohibirlo porque no les gusta. O que forman parte de estos tontos en serie, con programas de televisión incluidos, que consideran a los toreros asesinos en serie.

Y así. Feliz 2016.