viernes, 27 de mayo de 2022

Fortuny 1: Picador herido

El cuadro "Picador herido", de Mariano Fortuny, es un óleo sobre lienzo pegado a aluminio de 140,7 cm x 80.5 cm. Fue pintado hacia el año 1867. Se conserva en el Museo Carmen Thyssen de Málaga.

Fortuny compartió amistad y afición por la tauromaquia con su cuñado Raimundo Madrazo. La fiesta de los toros apasionó al pintor, encandilado por sus valores plásticos e impresionado por la mezcla de color y drama ritual. En "Picador herido", y en otras obras taurinas, deja atrás el preciosismo para captar, con un agudo sentido del movimiento instantáneo, la sensación de fuerza bruta y dramatismo de los protagonistas

jueves, 26 de mayo de 2022

Fortuny 3: Brindis del espada en Sevilla

El cuadro "Brindis del espada en Sevilla", de Mariano Fortuny, es un óleo sobre lienzo de 100 x 67 cm. Fue pintado en 1868 y se conserva en la Galería Nacional de Escocia, en Edimburgo.

En 1868 Fortuny residió en Sevilla y asistió a algunas corridas en la Maestranza, la cual se identifica en esta obra gracias a la arquitectura, aspecto al que el pintor concede interés en comparación con otras obras de tema taurino. Aquí no muestra ningún aspecto dramático de la fiesta sino que se centra en una parte amable. La ausencia del toro permite al espectador fijar su mirada en el torero y en el cromatismo de su vestido de luces.

Por lo que se refiere a la técnica, cabe destacar el contraste de la pincelada rápida y empastada de la masa del público con la calidad del dibujo utilizado en las precisas líneas de las arquerías, captando el detalle de la construcción arquitectónica. Utilizó tonalidades oscuras que contrastan con el rojo y el sepia, y empleó una factura fluida. El público es representado mediante minúsculas pinceladas, de manera que hoy en día el cuadro podría ser descrito como impresionista.

El pintor llevó consigo esta pintura a su taller de Roma y participó en su venta en 1875. Fue adquirida por la Casa Goupil por más de 6.000 francos y después fue comprada por un coleccionista escocés antes de pasar a formar parte del Museo Nacional de Escocia.

.

Fortuny 2: Corrida de toros

"Corrida de toros" de Mariano Fortuny es un óleo sobre lienzo, de 30 x 46 cm, pintado el año 1867 o el 1868. Se conserva en el Museo Nacional del Prado.


La escena sucede en Madrid, no en Sevilla, y, aunque el coso no se ha identificado con ninguno concreto, ha de tratarse de la antigua plaza de toros de la Puerta de Alcalá, que estuvo en funcionamiento entre 1749 y 1874. El cuadro no se centra en la descripción ni en el lado dramático de la corrida, como sí hacen otros cuadros del propio Fortuny; sí se interesa en el bullicio del público asistente pero los detalles propios del coso taurino carecen del protagonismo que sí presentan en el titulado "Plaza de toros de Sevilla" (colección particular), donde la arquitectura adquiere una mayor presencia.

En la pintura taurina de Fortuny, gran aficionado a los toros, tiene especial relevancia la suerte de varas, sobre todo el momento en que el toro ha entrado al caballo. Aquí el pintor prescinde de los monosabios y de los toreros subalternos, por lo que el picador aparece solo en el albero ante el toro. Era un modo poco usual en el siglo XIX y, de hecho, no fue plasmado por ningún otro pintor de ese siglo.

martes, 24 de mayo de 2022

Orejas recortadas o medio toro

En las últimas temporadas se ha podido comprobar cómo 𝗠𝗼𝗿𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗣𝘂𝗲𝗯𝗹𝗮 intenta recuperar las buenas formas del toreo de antes incluso en detalles que pueden ser considerados menores y que al público le pasan desapercibidos. A la hora de cortar las orejas como trofeo, su subalterno tiene orden de sacarlas pequeñas, como se hizo siempre.

Ello contrasta con la moda que se ha extendido últimamente de cortar apéndices que llevan detrás medio toro; ése es un descuido más de los que se tienen en el espectáculo que debería ser el más grandioso de España. Sí, grandioso por cuanto un hombre se juega la vida y a veces la pierde; ¡como para andar tonteando y quitándole importancia a todo!

Comparemos la imagen de Morante, que casi no puede ni prender los trofeos (delicadeza en un artista), con la de El Juli, que se lleva carne, diría Rafael de Paula, como para “montar una gandinga”.

domingo, 1 de mayo de 2022

Los alguacilillos retornan tras saludar

Me pregunta un amigo que por dónde vuelven los alguacilillos a caballo tras saludar al presidente, si por entre las dos rayas del ruedo o entre las tablas y la primera raya.

La lógica nos dice que, si las rayas son cosa moderna, del siglo XX, y los alguacilillos existen desde mucho antes, la vuelta tras el saludo al presidente no deberá tener en cuenta esas rayas que antes no existían. Además, si la función primigenia de los agentes de la autoridad era expulsar del ruedo a los paisanos, deberían ir pegados a tablas cerciorándose de que no quedaba nadie sin expulsar.

Aparte de usar la lógica (y seguir la costumbre, si es que hay) podemos buscar en los textos escritos para ver si dan respuesta.

El reglamento actual no dice nada al respecto. Se limita a señalar lo siguiente: “Los alguacilillos ejercerán la función, de conformidad con lo dispuesto en el presente Reglamento, así como con la tradición de cada plaza, de despejar el ruedo tras la exhibición del pañuelo blanco por la presidencia del espectáculo y realizar el paseíllo”.

La “Tauromaquia” de Pepe Hillo y la de Guerrita no dicen nada sobre la cuestión específica. El Cossío tampoco dice nada. Diversos tratados, como “Enciclopedia taurina” de Silva Aramburu, tampoco. ¿Encontraremos algo? Sí.

La “Tauromaquia completa” de Paquiro dice: “Hecho el despejo de la plaza y después de colocarse entre barreras los empleados y soldados que deben estar abajo para cuidar que nadie se eche a la plaza y que estén libres los burladeros donde se guarecerán los toreros harán éstos el saludo a las autoridades.”

El Reglamento de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María de 1880 dice: "Al hacer el presidente la señal para el despejo el público que ocupe el redondel lo abandonará inmediatamente dirigiéndose cada persona a su localidad respectiva y sin que nadie pueda permanecer entre barreras".

Viniendo a nuestros tiempos, Del Moral en “Cómo ver una corrida de toros” dice: “Los alguaciles cruzan el ruedo. Tras saludar destocados al presidente y corresponderles éste en pie, cada uno de ellos recorre junto a las tablas el semicírculo que separa el lugar donde saludaron de la puerta de cuadrillas.”

Fernández Román, en “Los toros contados con sencillez” dice. “Simulado el despejo los alguaciles rinden pleitesía a la suprema autoridad del espectáculo, el presidente. Después se van en busca de los toreros. En Madrid, si es corrida de toros, recorren el perímetro del redondel, junto a la barrera, en sentidos contrarios, hasta encontrarse en la puerta de cuadrillas; si se trata de novillada los alguaciles cruzarán el ruedo cabalgando uno junto a otro”.

Por último, Santi Ortiz en “El arte de ver toros” dice: “Dos caballeros cruzarán por el centro del ruedo hasta llegar bajo el palco de la presidencia. Son los alguacilillos realizando el despejo. Realizado el simulacro y tras saludar al usía, volverán a la puerta de cuadrillas circunvalando el ruedo al hilo de las tablas: cada uno por un lado si es corrida de toros; los dos juntos en caso de novillada”.

Consideramos, así, resuelta la cuestión planteada por el amigo arriba referido.

.