jueves, 31 de enero de 2019

Castas Bravas (y 20): epílogo

8.La evolución del toreo exige hoy un toro que sea luchador en todas las fases de la lidia, no sólo en la suerte de varas. Se percibe una falta de fuerza como consecuencia del exceso de peso, pero muchas ganaderías que habían entrado en crisis afortuadamente se van recuperando.

Castas Bravas (19): casta Vistahermosa (VI)

7.3.La tercera estirpe Vistahermosa es la ganadería de Santa Coloma, que compró la mitad de Ibarra (con esqueleto pequeño, cuernas poco aparatosas, perfil cóncavo y ojos saltones, con picante y también nobles); se puede decir que ésta es el resultado de sumar Ibarra más Saltillo. Pasó en su mayoría a Joaquín Buendía Peña (1) –con derivación en Bucaré y en Hernández Pla (2)-

(1) Eduardo Ibarra formó ganadería con reses de Murube y en 1.903 la vendió por mitad a Fernando Parladé y a Manuel Fernández Peña; éste vendió su mitad al Conde de Santa Coloma, el cual la aumentó con reses de Saltillo. Luego fue adquirida por Joaquín Buendía, en 1.932. La producción de esta ganadería, que dentro de la misma casta conserva las dos procedencias (Ibarra y Saltillo) en la finca “San José de Bucaré”, ha formado o aumentado otras muchas.

(Del Diccionario Histórico biográfico): Buendía Peña, Joaquín. Sevilla, 14.XI.1907 – 14.V.2004. Ganadero de reses bravas.

Desde su infancia sintió interés por el mundo del campo y, de manera especial, hacia el oficio de ganadero, afición que heredó de su padre, Juan Buendía Reina, y de su padrino, Felipe Bartolomé, quienes compraron en 1921 la ganadería de Surga. De este modo comenzó a tener sus primeros contactos con el toro bravo en su hábitat natural. Juan Buendía y Felipe Bartolomé profundizaron en su labor como ganaderos de bravo y compraron, en 1932, el hierro y todas las reses de Enrique de Queralt y Maquieria, conde de Santa Coloma. Esta ganadería procedía del cruce que el conde hizo en 1905 con reses de Eduardo Ibarra y parte de la ganadería de Antonio Rueda y Quintanilla, marqués de Saltillo, aunque la misma se hallaba diezmada, con problemas de saneamiento y sin el prestigio del que había disfrutado en otros tiempos.

Con la ganadería pastando en la finca Bucaré, en el término municipal de Alcalá de Guadaira (Sevilla), José Buendía y Felipe Bartolomé decidieron dejar al joven Joaquín, que contaba con tan sólo veinticinco años, la responsabilidad de levantar este hierro mítico.

La primera decisión del ganadero consistió en desechar gran parte de los machos para cubrir como sementales. Asimismo, descartó a un elevado número de vacas reproductoras. Tan dura fue la selección llevada a cabo que durante los primeros cinco años no lidió ninguna de sus reses en plazas de toros, enviando al matadero las camadas enteras. Teniendo como fondo el clásico debate entre tratadistas y genealogistas sobre el porcentaje de sangre Saltillo e Ibarra que existe en la vacada madre del encaste de Santa Coloma, se puede asegurar que Joaquín Buendía siguió con el método que siempre usó el conde de Santa Coloma consistente en dejar que padrearan en la ganadería tan sólo los machos del tronco de Saltillo, valiéndose de las vacas ibarreñas —junto a las ya cruzadas— como reproductoras o de vientre.

Con ello, la vacada tomó una clara inclinación hacia la rama Saltillo. Fruto de esta selección nacieron machos que padrearon como sementales y que reconstituyeron la ganadería, siendo de reseñar un toro de nombre Rivero, que vino dentro del lote, como añojo que aún estaba con su madre, cuando se compró la vacada al conde de Santa Coloma, que fue uno de los revulsivos para levantar la ganadería, ya que padreó durante diecisiete años. Otros sementales importantes fueron Lisito, Maloscascos, Olivero, Calesero o Pescador.

Paulatinamente, las características fundamentales de los toros de Buendía fueron sustituyendo el genio y poca entrega que tenían gran parte de las reses santacolomeñas por condiciones óptimas para hacer el toreo estético que solicitaba el público. Sin embargo, Buendía no sacrificó ni un ápice de movilidad, casta y pujanza, ofreciendo de esta forma un toro que exigía a los toreros, pero que, por otro lado, era muy agradecido, pues el comportamiento encastado de sus reses hacía que tanto el gran público como los aficionados valoraran la destreza y el oficio para lidiar reses de tan contrastada bravura.

De este modo, las figuras del toreo de la década de 1960 comenzaron a solicitar sus toros para lidiarlos en las plazas importantes. Eran toreros como Carlos Arruza, Pepe Luis Vázquez, Luis Miguel Dominguín, César Girón, Antonio Chenel Antoñete, José María Manzanares, Francisco Rivera Paquirri, Pedro Moya El Niño la Capea, José Ortega Cano o Julio Robles; y, por encima de ellos, Paco Camino, uno de los grandes conocedores de este encaste, con el que tuvo triunfos muy importantes.

De otra parte, a Bucaré llegaron algunos ganaderos con el fin de poder adquirir los toros y vacas de la casa para fundar nuevas ganaderías. Buendía fue generoso e hizo algunas ventas a otros ganaderos interesados por su vacada. Salieron ganaderías como la de Manuel Chopera, San Martín, Hernández Plá o algunos machos que padrearon en la jerezana vacada de Ana Romero; hasta algunos toreros, como Arruza, Pepe Luis Vázquez o el mismo Paco Camino, formaron sus ganaderías con reses de Buendía.

Finalmente, con noventa y seis años, este ganadero que había destacado por la selección y cuidado del toro bravo de lidia, falleció en su ciudad natal de Sevilla el 14 de mayo de 2004. Recibió cristiana sepultura en el cementerio de San Fernando tras el funeral en la parroquia de Los Remedios, donde muchas personalidades del mundo taurino se dieron cita para dar el último adiós a tan importante ganadero. La obra que creó con su ganadería de encaste Santa Coloma recayó en sus trece hijos, que fueron fruto del matrimonio con María Luisa Ramírez de Arellano Santaolalla, quedando la vacada dividida en tres hierros que se designan Joaquín Buendía Peña, Ganadería de Rehuelga y Bucaré.


(2) En 1.969 José Mª Hernández Pla adquiere, para su finca “Soto Guriérrez” en Ciempozuelos, un lote de vacas y un semental de Joaquín Buendía (pura sangre Santacoloma) y en 1.974 elimina todo lo que tenía de procedencia Albaserrada. El hierro lleva la H de la ganadería mansa de los cartujos y la antigüedad es de 1.882. Desde 1.998 el dueño de lo hernándezpla, ganadería torista para Madrid, es el jerezano Ignacio Huelva Manrique.

y a Felipe Bartolomé (1) (con derivación en Surga),

(1) Felipe Bartolomé compró reses de Buendía, antes Santa Coloma, para sustituir a todas las procedentes de su suegro Rafael Surga, que había comprado la ganadería que formó en 1.813 Antonio Mera con reses vazqueñas y de Casa Ulloa

y algo a Celestino Cuadri, a Alipio Pérez Tabernero y a María Isabel Ibarra (1).

(1) El torero Carlos Arruza formó ganadería con vacas y sementales de origen Santa Coloma, adquiridos a Joaquín Buendía y a Felipe Bartolomé. Luego la vendió a María Luisa Ibarra e Ibarra, de Jerez de la Frontera.

Una derivación es la ganadería que ha formado Paco Camino (1) y otra Pérez de la Concha (2).

(1) El matador de toros Paco Camino ha formado ganadería con reses de Santa Coloma y algo de Marqués de Domecq para su finca “Los Caminos” de Talayuela (Cáceres).

(2) En 1.823 Joaquín de la Concha y Sierra forma en Palma del Río ganadería con vacas y sementales de Vistahermosa y posteriormente Picavea de Lesaca. Luego pasó a anunciarse como “Hijos de Tomás Pérez de la Concha” y en 1.925 los titulares, Joaquín y Enrique Pérez de la Concha, compraron un lote de vacas y un semental del conde de Santa Coloma. En conjunto se trata de toros broncos pero que meten la cara, zancudos, altos de agujas, cortos de cuello y con genio; no han evolucionado nada en los últimos treinta años. En 2.002 la ganadería ha pasado al jerezano Ignacio Huelva Manrique, que también posee lo de Hernández Pla.

Castas Bravas (18): casta Vistahermosa (V)

7.2.La segunda estirpe Vistahermosa, procedente de Salvador Varea, es lo que crió el marqués de Saltillo (con cabeza en hocico de rata), de donde han salido tres frutos principales:

uno es casi todo el ganado que hay en México,

otro es la ganadería de Moreno de la Cova –propietaria del hierro de Saltillo.

(1) La ganadería de Saltillo fue creada por Antonio Rueda de Quintanilla, marqués de Saltillo, que compró en 1.820 la ganadería de Picabea de Lesaca.

Juan Picabea deja el pueblo navarro de Lesaca y, con su ganado de casta navarra, se instala en Utrera aprovechando las medidas repobladoras de Carlos III. En 1795 lidia tres toros en la Maestranza bajo la denominación "Juan de Lesaca". Su ganadería debió pasar a su hijo Pedro José.

El hijo del marqués de Saltillo casó con una Pablo-Romero y ésta, al enviudar, vendió en 1.917 la ganadería a Félix Moreno Ardanuy. Javier Moreno de la Cova compró la vacada del conde de Antillón y luego se deshizo de las reses de esa procedencia sustituyéndolas con reses de su padre don Félix y de su madre y con reses del hierro de Saltillo. En 1.960 pasó a su hijo Félix y actualmente a los hijos de éste, Félix y Enrique, que han recuperado el hierro tradicional de Saltillo (simbolizando una rueda, como el apellido del fundador) en su finca de ”La Cervera” y en “El Injertal de Miravalles” de Palma del Río. Se trata de toros con abundancia de pelo cárdeno y los pitones finos apuntando arriba.


y otro es la de Victorino Martín (1) –que, como la de Adolfo Martín (2), previamente fue de Albaserrada (3), de la que había salido Coquilla-.

(1)En 1.912 el marqués de Albaserrada fundó ganadería con reses del conde de Santa Coloma origen Saltillo. En 1.941 pasa a sus sobrinos “Escudero Calvo Hermanos”, que en 1.965 la venden a Vitorino Martín Andrés.

(2) La ganadería que fundó el marqués de Albaserrada pasó en parte por compraventa a Adolfo Martín Andrés, y de éste a su hijo Adolfo Martín Escudero que la mantiene en su finca “Los Alijares” de Escurial (Cáceres).

(3) Una parte de la herencia de Matías Sánchez Cobaleda pasó a su hijo Ángel Sánchez Éste le añadió un lote comprado a Carmen de Federico y luego vendió la ganadería a Rafael Romero de la Quintana. Éste le unió un lote adquirido a “Hijos de Domecq” y después lo vendió todo al marqués de Albaserrada, el cual le agregó un lote comprado a Isaías y Tulio Vázquez. Así pasó a Victorino.


Podemos añadir un cuarto fruto: la ganadería portuguesa de Vale do Soraia (1).

(1) La ganadería de Vale do Sorraia pertenece a la familia de Ribeiro Telles y pasta en la finca "Torrinha", de Coruche. Según sus propietarios, procede directamente de una punta de vacas que, en el siglo XIX, el rey Fernando VII de España regaló a su primo el rey Don Miguel de Portugal.



Castas Bravas (17): casta Vistahermosa (IV)

7.1.3.2.La otra parte de Ibarra pasó a Carvajal (1) y luego al marqués de Villamarta, con toros finos de cuernos delgados, hondos y largos con incurvación dorsolumbar (2), y, como tal, ha originado también nuevas ramas, entre ellas Clemente Tassara (3) y Guardiola Domínguez (4).

(1) A la ganadería de Carvajal pertenecía el toro “Marinero”, que mató el caballo del poeta Fernando Villalón (“...si no se me parte el palo/ aquel torillo berrendo/ no me hiere a mí el caballo”).

(2) Esta es la segunda ganadería de Villamarta, pues la primera la vendió a Eduardo Olea. La actual la fundó el marqués (Álvaro Dávila y Ágreda) en 1.914 con 120 vacas de la viuda de Murube, Urcola y Medina Garvey, con la ganadería de Carvajal y con sementales de Parladé. Después fue aumentada con reses de Albaserrada y de Santa Coloma. Al morir el marqués de Villamarta le heredó su viuda. De ésta pasó la ganadería a Álvaro Dávila Garvey, aunque algunas reses pasaron a Ángela (esposa de Luis Ramos Paúl), Concepción, María y Blanca, hermanas de Álvaro. Más tarde, Sancho Dávila, hijo de Álvaro, ha formado ganadería con reses de Maribel Ibarra (procedencia Marqués de Domecq) y de Torrealta.Por su parte, los herederos de Dávila Garvey venden en 1.980 a Garcibravo S. A. la ganadería, con hierro, divisa y antigüedad; esta sociedad anuncia la ganadería como “Villamarta” y la ha reforzado con vacas puras villamartas compradas a los herederos de Manuel Álvarez.

(3) Tras el fallecimiento del marqués de Villamarta, el lote que heredó su hija Blanca pasó a Clemente Tassara, que añadió reses de Blanco.

(4) Al dividirse la ganadería de Villamarta, el lote de la marquesa de Zuasti fue vendido a Carlos Núñez, que a su vez lo vendió a Salvador Guardiola, que lo anunció como Señores Guardiola Domínguez.

Castas Bravas (16): casta Vistahermosa (IV)

7.1.3.El tercero chorro es la estirpe Ibarra, con toros bien armados (de astas blanquecinas con puntas negras) y capa frecuentemente burraca con ojos zarcos, cuyo comportamiento en la lidia suele ir de menos a más, echando abajo la cara (embestida con clase), lo que permite faenas artísticas; se dividió en dos partes.

7.1.3.1.Una parte pasó a Parladé -luego Gamero Cívico (1), con derivaciones en Samuel Flores, en Antonio Pérez-Tabernero (2) y en Lamamie de Clairac- de donde proceden tres grupos de hierros: García Pedrajas, Rincón y Tamarón.

(1) Don Eduardo Ibarra adquirió en 1.884 la mitad de la ganadería de doña Dolores Monje, viuda de Murube. En 1.904, después de sucesivas ventas parciales, fue adquirida una parte por el Conde de Santa Coloma y otra parte por don Fernando Parladé (cuyas fincas eran El Castillo de Parladé, en El Ronquillo, y la Hacienda de el Rosario, a las puertas de Sevilla). En 1.914 el señor Parladé, tras vender asimismo parte de la ganadería en varios lotes, la vendió a don Luis Gamero Cívico, y al fallecimiento de éste, en 1.921, se hicieron cuatro lotes para sus hijos Luis, Manuel, José y Juana, los cuales vendieron cada uno de ellos sus porciones, siendo adquiridas dos de ellas por don Ernesto y don Manuel Blanco y en 1.924 por don Clemente Tassara y don Domingo Ortega, sufriendo una importante reducción en 1.980. En 1.986 es adquirida por don Domingo Hernández, que posteriormente la vendió a la Sociedad Agropecuaria do Río, que incorporó un lote de reses de Juan Pedro Domecq, buscando que fueran animales sin cruce veragüeño, por lo que puede decirse que sigue siendo puro vistahermosa.

(2) A primeros del siglo pasado Antonio Pérez-Tabernero Sanchón se independizó de sus hermanos Graciliano y Alipio y en “San Fernando” se asentó con ganado “parladeño” de Gama y Gamero Cívico. Son toros noblotes y fáciles. En 1.965 la ganadería pasó a su hijo Antonio Pérez-Tabernero Montalvo.

7.1.3.1.1.De García Pedrajas (1) han salido las ganaderías de Guardiola (2) con sus distintas ramificaciones como “Castilblanco” (3) y “Yerbabuena” (ésta posee además algo de Domecq), de María Luisa Domínguez Pérez de Vargas (4) y la de Isaías y Tulio Vázquez (5), así como la del Marqués de Domecq (6), ésta después de cruzar con Conde de la Corte –y de la que ha salido “Martelilla”(7)-.

(1) La ganadería de Guardiola procede de la parte adquirida directamente por Francisco Correa (de Guillena) a Fernando Parladé, quien adquiere su ganadería en 1.904. Se trataba de un lote de vacas acompañada por el mítico semental “Bandolero”. Esta vacada, recibida provisionalmente por Félix Moreno en 1.915, fue transferida en 1.918 al cordobés Antonio García Pedrajas, que debutó en Madrid en 1.925.

(2) En 1.914 Fernando Parladé vende todo su ganado bravo a Luis Gamero Cívico. La familia de éste, después de algunas ventas, se reservó una parte que acabó yendo a Juan Guardiola Fantoni.

(3) De Juan Guardiola Fantoni surgieron distintos lotes, entre ellos el de “Castilblanco”, que lleva además una procedencia Murube y pasta en la finca “Valdepotros”de Antonio Méndez y José María González de Caldas.

(4) Tras dividirse en dos la ganadería que poseía Antonio García Pedrajas, el lote que correspondió a su hija Magdalena García Natera pasó en 1.946 a Salvador Nogueras y de éste a la mujer de Salvador Guardiola Fantoni, Mª Luisa Domínguez Pérez de Vargas, para la finca “El Toruño”. Al fallecimiento de ésta, en 1.993, pasa a su hijo Alfonso Guardiola Domínguez (en la finca “Los Caños” de San José del Valle).

(5) Isaías y Tulio Vázquez formaron ganadería en 1.933 con reses de Joaquín Murube Turmo, procedentes de Guadalest, a las que agregaron ganado de García-Pedrajas, pura sangre Vistahermosa, línea Ibarra-Parladé.

(6) Al dividirse en dos la ganadería que poseía Antonio García Pedrajas, el lote que correspondió a su hijo Francisco García Natera fue adquirido por Ramón y Jaime Mora-Figueroa (hijos de la marquesa viuda de Tamarón) quienes cruzaron con sementales (“Chavetero” y “Noventaycuatro”) del Conde de la Corte. Después la vacada pasó a José Ramón Mora-Figueroa, quien la cedió a “Hijos de Juan Pedro Domecq”. De éstos pasó al conde de Antillón; de éste al marqués del Contadero; de éste a Salvador Nogueras Pérez y de éste a Pedro Domecq Rivero (que la anuncia desde 1.977 como “Marqués de Domecq”) y hermano, que la refrescan con sementales de Juan Pedro Domecq Solís, de “Jandilla” y de Salvador Domecq. Previamente el marqués vendió a José Villar Vega otra ganadería que poseía, oriunda de Gallardo.

(7)El origen de “Martelilla” fue, en 1.996 y al amparo del artículo 6 de los Estatutos de la Unión, la división de la ganadería del Marqués de Domecq en dos partes; con una de ellas y el hierro original se quedaron Fernando y Javier Domecq López de Carrizosa y la otra, que se anuncia a nombre de "Martelilla", es propiedad de Juan Pedro y Gonzalo Domecq López de Carrizosa y pasta en “Martelilla” y “La Jineta”. La ganadería la funda en 1951 el Marqués de Domecq, Pedro Domecq Rivero, junto con sus otros cinco hermanos, que compraron lo de Salvador Noguera (adquirido al Marqués del Contadero) y añadieron ganado de “Hijos de Juan Pedro”. Uno de esos hermanos era el padre de Gonzalo Domecq López de Carrizosa, Juan Pedro Domecq Rivero y fue el último que siguió con la ganadería, ya que los otros hermanos se habían independizado (José Manuel Rivero fundó un hierro que posteriormente compraría Javier Osborne Domecq y actualmente es propiedad de Los Recitales. Luis Domecq Rivero puso su parte a nombre de su esposa María Isabel Ibarra, de cuya ganadería salieron otros muchos hierros como el de Sayalero y Bandrés o Joao Moura). Seleccionaron las características en la línea del conde de la Corte. Juan Pedro Domecq Rivero se quedó con la parte matriz de la ganadería hasta su muerte en 1.995, cuando se dividió la ganadería en dos partes: Una se anuncia a nombre del Marqués de Domecq y otra como Martelilla (ésta formada por 300 vacas y 14 sementales). Sementales que hicieron la ganadería fueron "Malasombra" "Travieso", "Oriental" y "Rematador". Predomina el pelaje castaño en un toro bajo pero con mucho trapío y pitones.

7.1.3.1.2.Lo de Rincón pasó a Carlos Núñez (1), de la que salió Manolo González (2), Alcurrucén (3), Gabriel Rojas (4) y Conde de la Maza (5).

(1) En 1.908 Manuel Rincón forma ganadería con reses de Fernando Parladé y en 1.925 la vende a Antonio Urquijo; éste la vende en 1.928 a Indalecio García Mateos, y éste en 1.938 a Carlos Núñez , que la aumentó con vacas de Mora-Figueroa y, en 1.941, con un numeroso lote de hembras de Villamarta. Pasa a su hijo Carlos Núñez de Guerra y en 1.985 pasa sus nietos Núñez Dujat des Allymes, que la traspasan a Cañadadevejer S.L. en sus fincas “Los Derramaderos” y “Tapatana” de Tarifa. Constituye hoy uno de los encastes fundamentales del toro bravo: no son bureles grandes, ni cornalones ni fuertes, y muchos salen abantos (detalle parladeño) pero desarrollan casta empleándose a fondo en el peto sin dolerse en el castigo y en la muleta embisten de ensueño. Los ejemplares derivados de la línea Villamarta suelen ser más largos, galgueños y finos que los procedentes de Rincón.

(2) Manuel González Cabello adquirió en 1.974 vacas y sementales de los herederos de Carlos Núñez. Su esposa, Socorro Sánchez-Dalp, hizo otro tanto en la misma fecha. Ambas ganaderías se suelen lidiar mezcladas aunque se gestionen por separado, en las fincas “San Pedro” de Montellano y “Monte de San Miguel” de Aracena, dirigidas conjuntamente por el mismo mayoral. Los seis hijos del matrimonio son ya los titulares, tres de una y tres de otra. Como derivación ha salido la ganadería de “San Miguel”.

(3) La ganadería de Alcurrucén es comprada en 1.982 por los hermanos Lozano, que eliminan todo lo anterior y meten hembras y sementales de Carlos Núñez, en su finca “Egido Nuevo” de Navalmoral de la Mata.

(4) Gabriel Rojas en 1.973 creó su propio hierro al comprar la ganadería de Flores Cubero “Camará”, que procedía íntegramente de Raimunda Moreno de Guerra Núñez, viuda de Carlos Núñez. Sus fincas son “El Castillo” en El Castillo de las Guardas y “El Romeral” en Monesterio.

(5) La ganadería de don Leopoldo Barrié, conde de la Maza, es de procedencia Núñez y pasta en “Los Arenales”, de Morón.


7.1.3.1.3.La ganadería de Tamarón pasó a manos del Conde de la Corte (1)

(1) Con vacas y sementales de Parladé la marquesa de Tamarón formó ganadería. En 1.920 la vendió al Conde de la Corte, el cual conserva en toda su pureza la sangre Vistahermosa y vende sementales a muchas ganaderías, porque los toros del Conde de la Corte “por sí solos se alaban”. Hoy pertenece a Luis Guillermo López Olea y pasta en “Los Bolsicos” de Jerez de los Caballeros.

y como tal ha originado nuevas ramas, destacando Marqués de Albaida, Campos Peña, Juan Cobaleda (1), Atanasio Fernández (2) -de donde ha salido Dolores Aguirre Ibarra (3), El Sierro (4) y Lisardo Sánchez (5) con los hierros de los Fraile (6)-

(1) Bernabé Cobaleda dejó en herencia la ganadería de Carriquiri a su hijo Juan. Luego éste extinguió por completo la antigua casta, sustituyéndola por la de Vistahermosa, para lo cual adquirió el año 1.925 vacas y sementales del conde de la Corte.

(2) En 1.930 Atanasio Fernández compró del Conde de la Corte un lote de hembras y un semental que agregó a las reses de esa misma sangre que su suegro, Bernabé Cobaleda, había comprado para añadir a las que tenía procedente de Carriquiri. El toro de Atanasio es alto de agujas, de aspecto aleonado y con poco morrillo. Las cornamentas varían, predominando los acapachados y los veletos.

(3) La bilbaína Dolores Aguirre Ybarra, siguiendo los consejos de Antonio Ordóñez, formó, en los setenta, ganadería con procedencia de Atanasio Fernández, añadiéndole en 1979 dos sementales del Conde de la Corte, originando un toro alto de agujas y con el tercio delantero muy desarrollado; es muy frío en los primeros tercios pero de gran movilidad y dureza de patas.

(4) La ganadería de El Sierro es de origen Atanasio con alguna sangre Santa Coloma.

(5) Lisardo Sánchez, en 1948, compró a Atanasio más de 280 reses entre hembras, machos de diferentes edades y dos sementales. El toro de Lisardo se diferencia del de Atanasio por tener cuernas más desarrolladas, recordando al origen Conde de la Corte, y ser más bajos. De él ha salido el hierro de Moisés Fraile.

(6) De Lisardo ha salido el hierro de Puerto de San Lorenzo, regentado por los hermanos Fraile conjuntamente hasta 1992. En esta fecha quedó en manos sólo de Lorenzo con la mitad de la ganadería y su hermano Moisés creó el de Valdefresno para la otra mitad .


y Juan Pedro Domecq y Díez (1) -ésta dio lugar a varias como Luis Algarra (2), José Luis Marca (3), Joaquín Barral (4), “El Torreón” (5), José Luis Pereda (6), Santiago Domecq (7)

(1) Fallecido en 1.937 Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, la ganadería pasó a sus hijos Juan Pedro, Pedro, Álvaro y Salvador Domecq y Díez, quienes algún tiempo se anunciaron como “Hijos de don Juan Pedro Domecq”, agregando a la vacada reses de Mora-Figueroa y del Conde de la Corte. Al partirse la ganadería, se le adjudicó a Juan Pedro Domecq y Díez la parte más importante,con el hierro y la divisa. En esta vacada la sangre vazqueña se va sustituyendo por la de vistahermosa mediante sementales de Conde de la Corte.

(Del Diccionario Histórico Biográfico): Domecq y Díez, Juan Pedro. Jerez de la Frontera (Cádiz), 1.VII.1913 – 27.VIII.1975. Ingeniero químico, bodeguero, poeta y ganadero de reses bravas.

Juan Pedro Domecq y Díez fue el segundo hijo, primer varón, de los seis que tuvo el matrimonio formado por Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio y María Díez Gutiérrez. Fue destinado a Francia por sus padres en edad juvenil, donde cursó sus estudios, titulándose como Ingeniero Químico.

Tras lo cual pasó a formar parte del consejo de las Bodegas Domecq, ocupando la dirección de la compañía desde el fallecimiento del pater familias en el año 1937, llevando al mismo tiempo la ganadería de reses bravas que los hermanos heredaron, una vacada entroncada directamente con la de los duques de Veragua, que a su vez provenía de la casta fundacional que creó el utrerano José Vicente Vázquez, si bien Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio había desechado la parte vazqueña de la vacada para fundamentar la misma con sangre tamarona del conde de la Corte, precisamente por consejo de su primo José Ramón Mora Figueroa, que había dirigido la vacada de su madre la Marquesa de Tamarón, que luego compró Agustín Mendoza Montero, conde de la Corte, para llevársela a tierras extremeñas. Durante los primeros años en que Juan Pedro Domecq y Díez se hizo cargo de la ganadería, como responsable de la selección del ganado, prosiguió con las compras al conde de la Corte, y, en 1940, adquirió la nueva vacada que había creado José Ramón Mora-Figueroa con parte de la ganadería de Antonio García Pedrajas, y un toro de Gamero Cívico comprado a Belmonte, así como quince vacas compradas al conde de la Corte junto al semental Chavetero. De este modo logró un tipo de bravura que pudo definir como “la capacidad de lucha hasta la muerte”. A esta nueva pauta de selección, denominada como “la bravura integral”, había que añadir la condición de un toro que fuera a más y que tuviera suficiente fuerza como para embestir con clase en faenas largas. Juan Pedro Domecq y Díez tuvo así la virtud de observar una relación funcional entre las hechuras y el comportamiento del toro bravo, previamente fijado mediante selección. Sostenía que la conformidad zootécnica del toro incidía en la capacidad de ir a más en la lidia. Por ello, creó un tipo más recortado, con la línea dorsal cuesta abajo y con una tendencia a tener el cuello largo.

Entre los ejemplares importantes que Juan Pedro Domecq y Díez lidió con el antiguo hierro de la “V” (de Veragua), destacó Desteñido, un toro indultado por Antonio Ordóñez en Jerez de la Frontera en la edición de 1955 de las corridas Concurso de Ganaderías; Haraposo, Vistoso y Jabato fueron tres cornúpetas excepcionales que lidiaron Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín en un mano a mano el 14 de agosto de 1959 en Málaga; Espiritista fue lidiado por Antonio Ordóñez en los Sanfermines del año 1960; Pendenciero también ganó el Concurso de Ganaderías de Jerez en la edición de 1963; Andrajoso fue premiado como el toro más bravo del San Isidro del año 1970, en Madrid; y a Cara Alta, Paco Camino le cortó las dos orejas en Las Ventas del Espíritu Santo, también en la capital de España.

Aparte de los negocios bodegueros y de su labor como ganadero de reses bravas, destacó también en el ámbito de la poesía. Muy influido por la obra de Fernando Villalón, publicó a lo largo de su vida distintos libros de poesía campera entre los que destaca Sobre el Arzón de la Silla o Poesías Camperas. Fue fundador de la Academia Jerezana de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras y del Patronato de Escuelas Rurales Católicas y obtuvo la Cruz de 1.ª clase de Alfonso X el Sabio.

Tras una larga enfermedad, Juan Pedro Domecq y Díez falleció en Jerez de la Frontera en 1975, dividiéndose su vacada entre los diez hijos fruto del matrimonio con la sevillana Matilde Solís Atienza, hija de los marqueses de la Motilla.

(2) Luis Algarra heredó la ganadería de su padre y en 1.975 sustituyó todo el ganado por 235 vacas y dos sementales de Juan Pedro Domecq y Díez, procedentes de Conde de la Corte y de Tamarón, para su finca “La Capitana” de Almadén de la Plata.


(3) En 1.974 José Luis Marca Rodrigo compró para su finca oliventina de “Valdecuello” vacas y sementales a Juan Pedro Domecq y Díez y ganó antigüedad en 1.980.


(4) Joaquín Barral fundó ganadería con reses de procedencia Núñez y luego las sustituyó por otras de procedencia Juan Pedro. Hoy la regenta su hija María José Barral, en “El Chaparral” de Guillena.


(5) En 1.975 la sociedad “El Torreón de la Miranda” compra a los señores Pérez Herrero su ganadería y vende las reses para sustituirlas por vacas y sementales de Juan Pedro Domecq y Díez, añadiendo también algo de Torrestrella, Algarra, Jandilla y El Torero. Hoy es regentada por el torero colombiano César Rincón en sus tres fincas cacereñas de Santa Cruz de la Sierra.


(6) Saturnino Pérez Alonso en 1.953 para formar ganadería compró un lote de Juan Pedro Domecq y Díez y otro del Marqués de Villamarta.En 1.958 añadió un lote comprado a Rafael Bernal y formado por reses de los hierros de Escudero Calvo, Clairac, Juan Pedro Domecq, Álvaro Domeca y Lisardo Sánchez. En 1.959 la viuda de Pérez Alonso vendió todo a Manuel Uchoa, de Jerez de la Frontera, y luego, tras pasar por Beca Gutiérrez y por Martín Berrocal, llegó todo a José Luis Pereda, el cual añadió luego un lote de hembras de Martín Berrocal con procedencia Núñez. Pasta en “La Dehesilla” de Rosal de la Frontera.

(7) La ganadería de Santiago Domecq, que pasta en “Garcisobaco” y en “Rogitán” pasó antes por las siguientes manos: Emilia Gallardo, Marqués de Domecq, Villar Vega y Núñez Hermanos. Hoy tiene procedencia Juan Pedro y Torrestrella.


y en especial a “El Torero” y luego a Jandilla (1) –de la que han salido Zalduendo, Fuente Ymbro, de Ricardo Gallardo, Guadaira y M. A. Millares (2)-


(1) Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio en 1.930 constituyó ganadería, en la finca de Jandilla (Vejer) con vacas y sementales de Tamarón y conde de la Corte bajo el hierro de Veragua, que pasó a Juan Pedro Domecq y Díez. Tras la muerte de éste, las nueve décimas partes de la vacada fueron transferidas, en 1.978, al actual hierro de la estrella y, en 1.983, a la denominación de Jandilla, bajo la dirección de Fernando Domecq Solís, quien, al constituir su propia ganadería, se la pasó en 1.987 a su hermano Borja. El hierro de la estrella fue creado en 1.943 por las hermanas Serafina y Enriqueta Moreno de la Cova con reses procedentes de su padre (origen Saltillo); fue comprado por Pedro Domecq y Díez (“tío Perico”), que, eliminando la totalidad de las reses, lo traspasó a sus sobrinos Domecq Solís.

(2) Miguel Ángel Millares ha formado ganadería con reses procedentes de Jandilla y de Atanasio Fernández.


y a Juan Pedro Domecq Solís (1), y a través de ésta a Murteira Grave, aparte de que ha refrescado sangre en casi todas las ganaderías, como Martín Lorca (2)-.

(1) La ganadería de Juan Pedro Domeca y Díez pasó a su muerte, en 1.975, a su esposa e hijos. En 1.978 el hierro original y una parte de las reses pasan a su hijo Juan Pedro Domecq Solís, que en “Los Álvaros” de Castillo de las Guardas ha creado los “toros artistas”, bravos, nobles y sin agresividad manifiesta.Conservan un 2.8% de sangre de Veragua. Además este ganadero ha camprado el hierro de “Parladé”, para formar nueva ganadería con reses procedentes de la propia, heredada de su padre.

(2) En 1.990 José Luis Martín Lorca compró para su finca “La Navarra”de Castillo de las Guardas la ganadería,con procedencia Juan Pedro y Torrealta.

Castas Bravas (15): casta Vistahermosa (III)

7.1.2.Un segundo chorro lo forma la ganadería de Contreras (1), con pelo castaño y colorado, brevilíneos y de pocos cuernos, de la que han salido Cortijoliva, Moreno de la Cova, Hermanos Peralta (2), Baltasar Ibán (3), Conde de Ruiseñada (4) y Jaralta (5).

(1) Con vacas y sementales de Murube, Juan Contreras formó en 1.907 en Burguillos del Cerro (Badajoz) ganadería. En 1.920 la dividió en dos partes, vendiendo una a Juan Terrones y otra a Hermanos Sánchez Rico, todos de Salamanca. La parte de estos últimos se dividió en tres lotes, correspondiendo uno (con hierro, divisa y antigüedad) a Ildefonso Sánchez Rico, que luego lo vendió al Conde de Antillón; otro (el conservado puro más tiempo) fue comprado por el Vizconde de Burguillos, a cuya muerte los hermanos lo heredaron pero han terminado deshaciéndolo.

(2) Con reses oriundas de Contreras adquiridas a Manolo González los hermanos Peralta forman ganadería en 1.953. En 1.955 añaden una punta de vacas de Juan Antonio Álvarez García y un semental de Manolo González, también sangre Contreras.

(3) Con reses de Contreras, Fernando Sánchez Rico, en 1.929, formó ganadería y la vendió a Jerónimo Díaz Alonso, que la aumentó con un lote de hembras de Martínez. Después se vendió a Manuel González Martín, que la aumentó con otras reses de Contreras que poseía. En 1.940 cedió la mitad al conde de Ruiseñada y luego vendió el resto con el hierro a Baltasar Ibán. Sus productos se distinguen por su agresividad y raza, dando emoción y sensación de riesgo durante la lidia.

(4) Con reses de Murube formó Juan Contreras en 1.907 ganadería, de la que procedía la de Manuel González. Ésta, en 1.940, fue comprada por el Conde de Ruiseñada.

(5) Ángel Peralta vendió una punta de ganado de origen Contreras a Santiago Muñoz Machado, que la mantiene, en una finca de Pozoblanco (Córdoba), bajo el hierro de Jaralta junto a otra punta de ganado de origen Domecq

Castas Bravas (14): casta Vistahermosa (II)

7.1.La primera estirpe Vistahermosa, procedente del Barbero de Utrera, es el encaste Murube, fuente de tres chorros.

7.1.1.Un primer chorro lo forma la línea de Murube-Urquijo, procedente de Carmen de Federico (1) -con su característico pelo negro y embestida al galope-, con las de Niño de la Capea (con derivación en Terrón Díaz), de Albarrán, de Fermín Bohórquez (2) -de la que salió lo de Mª Francisca Mora-Figueroa, de Jerez- y de Castillejo de Huebra.

(1) Juan Domínguez Ortiz, el Barbero de Utrera, adquirió, a la muerte del conde de Vistahermosa, la mayor parte de su vacada, y del Barbero pasó a su hijo político, José Arias de Saavedra, al que el señor Murube compró en 1.863 un lote de vacas y algunos machos; el resto pasó a otras manos y acabó en S. Galache. Al dividirse la ganadería de Manuel Suárez Cordero en 1.850, una parte correspondió a su hijo Manuel y la otra, a su hija Manuela. Lo de esta última fue a engrosar lo de su esposo, Anastasio Martín, y la de Manuel la adquirió Dolores Monge, viuda de Murube, que con otras 200 hembras y 50 toros que compró a Arias de Saavedra, aumentó la ganadería formada por su esposo, en la que todos los elementos integrantes de la misma llevaban sangre Vistahermosa. Dolores Monge vendió una parte a Eduardo Ibarra, y al fallecer dicha señora heredaron el resto sus hijos Joaquín y Faustino. El segundo vendió lo suyo a Joaquín y al morir éste, pasó la ganadería a su viuda,Tomasa Escribano, que la cedió en 1.917 a Carmen de Federico, en cuyo poder, escrupulosamente atendida, dió productos finos y bravos. De ella pasó en 1.957, previamente aumentada con reses de Juan Guardiola Soto (procedentes de Gamero Cívico), a su hijo Carlos Urquijo de Federico, que la vendió en 1.980 a Antonio Ordóñez Araujo, a cuya muerte, en 1.984, la compró José Murube Ricart, con lo que retornó a la familia y a la finca “La Cobatilla”, de Utrera.

(2) En 1.940, con vacas y dos sementales de Carmen de Federico, antigua de Murube y pura casta Vistahernosa, Luis Vallejo Alba formó ganadería. En 1.946 la vendió a Fermín Bohórquez Gómez, que varió el hierro en 1.951. En 1.974, pasó a su hijo Fermín Bohórquez Escribano, que la lleva en sus fincas de “Fuente Rey”, “Fraja” y “Casablanca”.

Castas Bravas (13): casta Vistahermosa (I)

7.La casta Vistahermosa fue fijada en 1.772 por un ganadero de Dos Hermanas (Pedro Luis de Ulloa, conde de Vistahermosa) que cuidó sus reses con todo esmero, sin mezclarlas con ninguna otra sangre; consiguió un animal bravo y noble, apto para el toreo moderno. Aparte de algo que fue de Arias de Saavedra (1) a S. Galache, la ganadería tomó dos derivaciones: la de Barbero de Utrera y la de Salvador Varea; de entre ambas salieron tres estirpes: Murube, Saltillo y Santa Coloma.

(1) La línea Saavedra es la que luchó por preservarar el poeta y ganadero Fernando Villalón. El romántico de Morón buscaba un toro mítico, con poder, más allá de una bravura para la lidia. No es cierto que quisiera conseguir toros con ojos verdes; los toros de Saavedra presentaban un tono verdoso en la cepa de sus cuernos y apoyándose en esa característica quería recuperar la pureza de la vacada. La ganadería del poeta, con el hierro de Adalid, que compraría más tarde Juan Belmonte, no despertó simpatías entre las figuras del momento.

Castas Bravas (12): casta Vázquez (VII)

de Trespalacios (1) -de la que salió Sánchez Cobaleda, con su rama de “Barcial” o “patas blancas”, hoy “Monteviejo” (2)- y de Concha y Sierra (3).

(1) Sobre el año 1870 don Jacinto Trespalacios, de Trujillo, adquirió para su hierro (de una J y una T y como divisa los colores verde y encarnado) un buen lote de vacas del Duque de Veragua, a las que puso un toro de Murube. La vacada de Trespalacios rayó a gran altura, pues sus toros, generalmente bien terciados y de capas claras, se distinguían de ordinario no sólo por su trapío y bravura, sino por la extraordinaria nobleza que demostraban a lo largo de su lidia. Al morir don Jacinto heredó la ganadería su sobrino, el Conde de Trespalacios, en cuyas manos mejoraron los caracteres raciales de la reses, acrecentando la fama de la divisa. Después de correrse los toros, a nombre del Conde, en mumerosas plazas, se anunciaron por primera vez en la de Madrid, para la inaguración de la temporada de 1909. Los toros del Conde de Trespalacios tuvieron un época esplendorosa jugándose en las principales plazas, por los más reputados toreros, a los que en muchas ocasiones proporcionaron señalados triunfos. A pesar del volumen de estos toros los ases los preferían a otros de menor corpulencia, solicitándolos con frecuencia por lo fáciles que resultaban en la lidia. En las postrimerías del mes de noviembre de 1912 adquirió la vacada del Conde de Trespalacios el salmantino don Matías Sánchez Cobaleda, a cuyo nombre se lidiaron los toros por primera vez en la plaza de Madrid el día 2 de mayo de 1915. A la muerte de don Matías, ocurrida el 6 de enero de 1929, la vacada se repartió entre su viuda doña Juana Sánchez Blanco, y sus hijos don Arturo, don Antonio, don Angel y don Ignacio Sánchez y Sánchez, correspondiendo a este último el hierro y la divisa.

(2) Del mismo origen que la vacada de Manuel Sánchez Cobaleda es la de Arturo S.C. Ésta se dividió en varias partes; una de ellas pasó a Jesús S.C. De éste procede la ganadería de “Barcial”, recientemente adquirida por Victorino Martín que la lidia a nombre de “Monteviejo”.

(3) Según el Cossío, Francisco Taviel de Andrade había adquirido ganado de la testamentaría de don Vicente José Vázquez. En 1.873 lo vendió a Fernando Concha y Sierra, que con él fundó ganadería en Sevilla. y le agregó reses de los señores de Castrillón, de Vejer e la Frontera, con resultados satisfactorios. A la muerte de don Fernando, una parte de la ganadería la adquirieron los marqueses de Villamarta y la más importante, con hierro, divisa y antigüedad, la heredó primero su viuda y luego su hija doña Concepción. Según la revista “Aplausos”, más tarde, los sobrinos de ésta, Joaquín y Juan de Dios Pareja Obregón, heredaron la ganadería en 1.966. Tras pasar por Martín Berrocal y Litri padre, desde 1.994 pertenece a “María Luisa S.A.. Sociedad Agropecuaria”, regida por José Luis García Palacios en “El Campillo” de Gibraleón. Según un cartel del Museo Taurino de Jerez de la Frontera, en esta ciudad, en la festividad de Santiago de 1.888 se lidiaron toros de la ganadería de don Joaquín de la Concha y Sierra, que data desde 1.840, hoy de su sobrino don Joaquín Pérez de la Concha, vecino de Sevilla, que la posee en su totalidad desde 1.862.

Castas Bravas (11): casta Vázquez (VI)

Esta lista de lo vazqueño debe comenzarse con tres ganaderías ensoleradas, que son las de Veragua -la mayor parte de la cual fue adquirida en 1.930 por Juan Pedro Domecq y Villavicencio (1), que originó a Osborne (2), de la que salió Núñez del Cuvillo (3) y luego acabó eliminando lo que era vázquez puro para quedarse sólo con lo vistahermosa-,

(1) Bien avanzada la segunda mitad del siglo XVIII, el rico hacendado sevillano Vicente José Vázquez comenzó a formar esta ganadería con reses del marqués de Casa Ulloa y del señor Becker, vecinos de Utrera, y otras pertenecientes a José Rafael Cabrera. No contento el señor Vázquez, a pesar de los inmejorables elementos que logró reunir, y suponiendo que aunque los toros que él criase poseyeran el tamaño y corpulencia de los de Cabrera, la fuerza y peligrosas intenciones de los becker y el nervio de los ulloa, les faltaría la condición y nobleza que caracterizan a los de Vistahermosa, que también pastaban en término de Utrera, propúsose adquirir reses de este señor, lo que logró tras grandes esfuerzos, por negarse al principio el de Vistahermosa a vendérselas. De la mezcla de sangre de sus reses con las del conde obtuvo como resultado un tipo de toro poderoso , bravo y noble, y diferente en su estructura y pinta a cuantos por aquélla época existían, que dio origen a la que se denominó “casta vazqueña”, muy solicitada, y que hoy día, especialmente en la ganadería de que hablamos, subsiste en toda su integridad. Al morir Vázquez, adquirió gran parte de sus reses don Fernando Criado Freire para el rey Fernando VII, que las instaló en la misma finca de Aranjuez donde antes pastó la vacada de Felipe IV; en 1.831 se nombró director de la Real Vacada al ganadero Manuel Gaviria, que ordenó se echaran a las vacas, además de los toros vazqueños, seis de su ganadería y cuatro de la de Julio Fuentes, de Moralzarzal. A los dos años de la muerte de Fernando VII la reina determinó enajenar la ganadería, adquiriéndola los duques de Osuna y de Veragua. Los nuevos propietarios extirparon todas las hembras de procedencia no vazqueña y a ninguno de los muchos hijos de éstas se les destinó a la reproducción, acabando así con la parte impura de la vacada. En 1.849 quedó como único dueño el duque de Veragua, de quien la heredó en 1.866 su hijo Cristóbal Colón Aguilera, del que la adquirió por compra en 1.927 Manuel Martín Alonso, de Alameda de la Sagra (Toledo), que la vendió en 1.930 al señor Domecq, el cual la trasladó a Jerez de la Frontera y añadió a la ganadería veragüeña dos lotes de eralas y cuatro sementales (Llorón, Bodeguero, Chucero y Carabello) del Conde de la Corte. La antigüedad en la plaza de Madrid es de 2 de agosto de 1.790.

(2) Por división de la ganadería de Juan Pedro Domecq Villavicencio, antes Veragua, uno de los lotes correspondió a Pedro Domecq Díez, que en 1946 se lo vendió a Luis de la Calle, y éste, en 1948, a Antonio Jiménez Jiménez, de quién en 1952 lo adquirió José Luis Osborne Vázquez, que varió el hierro (conservando la divisa, verde y blanca). Durante los años que estuvo en poder de Pedro Domecq Díez fue cruzada con reses de Mora Figueroa y Conde de la Corte. Se recuerdan los ejemplares “Regatillo”, indultado en Jerez el 1.964, y el ensabanado “Atrevido”, lidiado por Antoñete en 1966. Hoy la regenta Emilio González San Román Osborne, en las fincas sevillanas de “Puerto Acebuche” (Castillo de las Guardas) y “Escardiel” (Castilblanco de los Arroyos). Una derivación es la ganadería de Rosario Osborne Domecq.

(3) Por dividirse la ganadería de Flores Albarrán un lote correspondió a Francisca Flores, que en 1.957 lo vendió a los hermanos Osborne Domecq, que variaron el hierro y eliminaron lo anterior formando ganadería con vacas y sementales de José Luis Osborne Vázquez. En 1.982 la vendieron a Joaquín Núñez del Cuvillo, quien varió el hierro anterior y agregó varias puntas de vacas y sementales de Juan Pedro, Marqués de Domecq, Sayalero y Bandrés y Torrealta, por lo que en la actualidad está formada por cinco ramas procedentes, todas ellas, del Marqués de Tamarón, a partir de las cuales en estos veinte años ha formado su propio encaste en “El Grullo”.








.

Castas Bravas (10): casta Vázquez (V)

de Trespalacios (1) -de la que salió Sánchez Cobaleda, con su rama de “Barcial” o “patas blancas”, hoy “Monteviejo” (2)- y de Concha y Sierra (3).

(1) Sobre el año 1870 don Jacinto Trespalacios, de Trujillo, adquirió para su hierro (de una J y una T y como divisa los colores verde y encarnado) un buen lote de vacas del Duque de Veragua, a las que puso un toro de Murube. La vacada de Trespalacios rayó a gran altura, pues sus toros, generalmente bien terciados y de capas claras, se distinguían de ordinario no sólo por su trapío y bravura, sino por la extraordinaria nobleza que demostraban a lo largo de su lidia. Al morir don Jacinto heredó la ganadería su sobrino, el Conde de Trespalacios, en cuyas manos mejoraron los caracteres raciales de la reses, acrecentando la fama de la divisa. Después de correrse los toros, a nombre del Conde, en mumerosas plazas, se anunciaron por primera vez en la de Madrid, para la inaguración de la temporada de 1909. Los toros del Conde de Trespalacios tuvieron un época esplendorosa jugándose en las principales plazas, por los más reputados toreros, a los que en muchas ocasiones proporcionaron señalados triunfos. A pesar del volumen de estos toros los ases los preferían a otros de menor corpulencia, solicitándolos con frecuencia por lo fáciles que resultaban en la lidia. En las postrimerías del mes de noviembre de 1912 adquirió la vacada del Conde de Trespalacios el salmantino don Matías Sánchez Cobaleda, a cuyo nombre se lidiaron los toros por primera vez en la plaza de Madrid el día 2 de mayo de 1915. A la muerte de don Matías, ocurrida el 6 de enero de 1929, la vacada se repartió entre su viuda doña Juana Sánchez Blanco, y sus hijos don Arturo, don Antonio, don Angel y don Ignacio Sánchez y Sánchez, correspondiendo a este último el hierro y la divisa.

(2) Del mismo origen que la vacada de Manuel Sánchez Cobaleda es la de Arturo S.C. Ésta se dividió en varias partes; una de ellas pasó a Jesús S.C. De éste procede la ganadería de “Barcial”, recientemente adquirida por Victorino Martín que la lidia a nombre de “Monteviejo”.

(3) Según el Cossío, Francisco Taviel de Andrade había adquirido ganado de la testamentaría de don Vicente José Vázquez. En 1.873 lo vendió a Fernando Concha y Sierra, que con él fundó ganadería en Sevilla. y le agregó reses de los señores de Castrillón, de Vejer e la Frontera, con resultados satisfactorios. A la muerte de don Fernando, una parte de la ganadería la adquirieron los marqueses de Villamarta y la más importante, con hierro, divisa y antigüedad, la heredó primero su viuda y luego su hija doña Concepción. Según la revista “Aplausos”, más tarde, los sobrinos de ésta, Joaquín y Juan de Dios Pareja Obregón, heredaron la ganadería en 1.966. Tras pasar por Martín Berrocal y Litri padre, desde 1.994 pertenece a “María Luisa S.A.. Sociedad Agropecuaria”, regida por José Luis García Palacios en “El Campillo” de Gibraleón. Según un cartel del Museo Taurino de Jerez de la Frontera, en esta ciudad, en la festividad de Santiago de 1.888 se lidiaron toros de la ganadería de don Joaquín de la Concha y Sierra, que data desde 1.840, hoy de su sobrino don Joaquín Pérez de la Concha, vecino de Sevilla, que la posee en su totalidad desde 1.862.

Castas Bravas (9): casta Vázquez (IV)

Esta lista o serie de lo vazqueño debe comenzarse con las ganaderías de Veragua -la mayor parte de la cual fue adquirida en 1.930 por Juan Pedro Domecq y Villavicencio (1), que originó a Osborne (2), de la que salió Núñez del Cuvillo (3) y luego acabó eliminando lo que era vázquez puro para quedarse sólo con lo vistahermosa-,

(1) Bien avanzada la segunda mitad del siglo XVIII, el rico hacendado sevillano Vicente José Vázquez comenzó a formar esta ganadería con reses del marqués de Casa Ulloa y del señor Becker, vecinos de Utrera, y otras pertenecientes a José Rafael Cabrera. No contento el señor Vázquez, a pesar de los inmejorables elementos que logró reunir, y suponiendo que aunque los toros que él criase poseyeran el tamaño y corpulencia de los de Cabrera, la fuerza y peligrosas intenciones de los becker y el nervio de los ulloa, les faltaría la condición y nobleza que caracterizan a los de Vistahermosa, que también pastaban en término de Utrera, propúsose adquirir reses de este señor, lo que logró tras grandes esfuerzos, por negarse al principio el de Vistahermosa a vendérselas. De la mezcla de sangre de sus reses con las del conde obtuvo como resultado un tipo de toro poderoso , bravo y noble, y diferente en su estructura y pinta a cuantos por aquélla época existían, que dio origen a la que se denominó “casta vazqueña”, muy solicitada, y que hoy día, especialmente en la ganadería de que hablamos, subsiste en toda su integridad. Al morir Vázquez, adquirió gran parte de sus reses don Fernando Criado Freire para el rey Fernando VII, que las instaló en la misma finca de Aranjuez donde antes pastó la vacada de Felipe IV; en 1.831 se nombró director de la Real Vacada al ganadero Manuel Gaviria, que ordenó se echaran a las vacas, además de los toros vazqueños, seis de su ganadería y cuatro de la de Julio Fuentes, de Moralzarzal. A los dos años de la muerte de Fernando VII la reina determinó enajenar la ganadería, adquiriéndola los duques de Osuna y de Veragua. Los nuevos propietarios extirparon todas las hembras de procedencia no vazqueña y a ninguno de los muchos hijos de éstas se les destinó a la reproducción, acabando así con la parte impura de la vacada. En 1.849 quedó como único dueño el duque de Veragua. (El pintor Nicolás Ruiz de Valdivia



representó "La ganadería del Duque de Veragua" en un cuadro conservado en la Maestranza de Sevilla)

Del duque la heredó en 1.866 su hijo Cristóbal Colón Aguilera, del que la adquirió por compra en 1.927 Manuel Martín Alonso, de Alameda de la Sagra (Toledo), que la vendió en 1.930 al señor Domecq, el cual la trasladó a Jerez de la Frontera y añadió a la ganadería veragüeña dos lotes de eralas y cuatro sementales (Llorón, Bodeguero, Chucero y Carabello) del Conde de la Corte. La antigüedad en la plaza de Madrid es de 2 de agosto de 1.790.

(2) Por división de la ganadería de Juan Pedro Domecq Villavicencio, antes Veragua, uno de los lotes correspondió a Pedro Domecq Díez, que en 1946 se lo vendió a Luis de la Calle, y éste, en 1948, a Antonio Jiménez Jiménez, de quién en 1952 lo adquirió José Luis Osborne Vázquez, que varió el hierro (conservando la divisa, verde y blanca). Durante los años que estuvo en poder de Pedro Domecq Díez fue cruzada con reses de Mora Figueroa y Conde de la Corte. Se recuerdan los ejemplares “Regatillo”, indultado en Jerez el 1.964, y el ensabanado “Atrevido”, lidiado por Antoñete en 1966. Hoy la regenta Emilio González San Román Osborne, en las fincas sevillanas de “Puerto Acebuche” (Castillo de las Guardas) y “Escardiel” (Castilblanco de los Arroyos). Una derivación es la ganadería de Rosario Osborne Domecq.

(3) Por dividirse la ganadería de Flores Albarrán un lote correspondió a Francisca Flores, que en 1.957 lo vendió a los hermanos Osborne Domecq, que variaron el hierro y eliminaron lo anterior formando ganadería con vacas y sementales de José Luis Osborne Vázquez. En 1.982 la vendieron a Joaquín Núñez del Cuvillo, quien varió el hierro anterior y agregó varias puntas de vacas y sementales de Juan Pedro, Marqués de Domecq, Sayalero y Bandrés y Torrealta, por lo que en la actualidad está formada por cinco ramas procedentes, todas ellas, del Marqués de Tamarón, a partir de las cuales en estos veinte años ha formado su propio encaste en “El Grullo”.


Castas Bravas (8): casta Vázquez (III)

Continúa la serie vazqueña con Benítez Cubero (1), Maricarmen Camacho –procedente de Curro Chica- (2), Salvador Domecq (3) Guadalest (4) –de la que ha salido Arucci (5)- y Prieto de la Cal (6).

(1) Don José Benítez Cubero, en su cortijo marchenero de “Los Ojuelos”, posee el hierro de su propio nombre y desde 1.935 el de Pallarés, de gran antigüedad. Éste se formó con un núcleo sacado del cruce de Vázquez y Vistahermosa que realizó el cura Hidalgo Barquero, al que más tarde José Domecq le añadió algo de Surga (cruce de casta vazqueña y encaste murubeño) y luego cuatro sementales de Tamarón (éste encaste es el que ha impuesto la capa negra como dominante en la ganadería)

(2) En 1.850 la ganadería de “Duque de Braganza” se formó con reses de Veragua y sementales de Ibarra. En 1.910 fue adquirida por Antonio Flores Íñiguez (que marcó antigüedad), en 1.929 por Ramón Ortega Velázquez y en 1.940 por Francisco Chica Navarro. A la muerte de éste, la ganadería se dividió en dos partes y una de ellas fue comprada en 1.956 por Francisca García Villalón, la cual le añadió en 1.965 un lote de su marido Manuel Camacho. En 1.968 se incrementa con reses de Carlos Núñez. Desde 1.984 se anuncia a nombre de Maricarmen Camacho y pasta en “La Quinta” de Medina-Sidonia.

(3) El hierro de Salvador Domecq procede de la parte que correspondió a Ricardo Calderón Alcalde en la división de la vacada de José Enrique Calderón, adquirida por Salvador Algarra del Castillo, que la aumentó con hembras de Cllmente Tassara (oriundas de Villamarta). Salvador Domecq sustituyó esas vacas por otras de su hermano Juan Pedro Domecq y Díez.

(4) En 1.843 Diego Hidalgo Barquero formó ganadería cruzando reses de casta vazqueña y vistahermosa; en 1.850 pasó a Ramón Romero, que añadió reses de Cabrera. La compró el marqués de Guadalest, que puso al hierro la corona. En 1.986 la adquieren los hermanos Domecq, que le añaden cien vacas de Torrestrella; en 1.990 la venden a Manuel Barrón, que en 1.997 invierte el diseño del hierro. En 2.002 la compra Fernando Sánchez.

(5) La ganadería que en 1.942 formó Juan Sánchez Tabernero pasó a Francisco Ramírez, del cual una parte fue adquirida en 1.960 por Miguel Higuero, que varía el hierro y sustituye todo lo anterior por ganado de Juan Antonio Álvarez (procedencia Contreras). En 1.992 la compra Miguel Ángel González, que la anuncia Arucci, y le añade reses murubeñas de Campos Peña. Por otro lado compra reses de Guadalest, que mantiene por separado, en la finca “Álamo” de Aroche.

(6) En 1.935 Martín Alonso vendió la ganadería al torero Marcial Lalanda, que la puso a nombre de su esposa.Ésta añadió hembras y un semental procedentes de Albaserrada. En 1.945 la vendió a Tomás Prieto de la Cal, quien eliminó lo que tenía y metió reses de origen Veragua compradas a José Enrique Calderón. Después ha añadido algo de Torrestrella y de Algarra (reforzando lo veragüeño); por ello abunda la capa jabonera en su finca “La Ruiza” de San Juan del Puerto.

Castas Bravas (7): casta Vázquez (II)

Ha dado lugar, después de recibir sangre de Vistahermosa, a una serie de ganaderías de las que tienen siempre garantizado el éxito. Destaca en esta serie Torrestrella (1) –de la que han salido Cebada Gago (2), “Los Toreros” de Juan Hidalgo (3), Laurentino Carrasco (con aportación de Hnos. Sampedro) y Torrealta (4); y de ésta, Sancho Dávila-

(1) En 1.951 Álvaro Domecq formó ganadería con reses de Carlos Núñez, de Francisco (Curro) Chica (con sangre de Veragua y de Ibarra) y de Prieto de la Cal (sangre vazqueña). Primeramente se anunciaba como “Valcargado”; luego añadió algo de Jandilla (procedencia Tamarón) para girar desde 1.957 como “Torrestrella”. Se le calcula un 3% de sangre Veragua por vía Jandilla y un 3% de sangre Veragua por vía Chica-Prieto de la Cal.

(2) José Cebada Gago en 1964 formó ganadería para su finca “Las Zorreras” de Medina-Sidonia con reses de Torrestrella, a las que añadió un semental de Carlos Núñez y luego reses de Jandilla; a partir de ahí fue seleccionando hasta alcanzar el carácter duro que ahora caracteriza a sus toros.

(3) Juan Hidalgo compró reses de Torrestrella y de Juan Pedro Domecq y con ellas formó la ganadería de “Los Toreros”, que pasta en la finca de “La Rejaquera”, en Castilblanco de los Arroyos.

(4) La ganadería de Torrealta se ha formado con hierro procedente de Márquez Martín (luego Lacave) y ahora pertenece a la sociedad “Dehesa El Toñanejo SL”, regentada por Borja Prado; sus reses proceden de Torrestrella, de María Isabel Ibarra, de Marqués de Domecq y de Jandilla, y pastan en “El Toñanejo” y “La Alquería”, en Medina-Sidonia.

Castas Bravas (6): casta Vázquez (I)

6.La casta Vázquez se formó reuniendo los mejores ejemplares de las ganaderías existentes en Utrera, incluyendo elementos de Raso del Portillo, de Cabrera y de la Cartuja (1); presenta gran variedad de tipos y pelos, con patas cortas, pechos anchos y bien armados. Emotivos en varas, se aploman pronto en la muleta.

(1)Los monjes cartujos de Jerez recibían, en concepto de diezmos, toros y vacas de diversos ganaderos y con el tiempo fueron unificando las distintas estirpes hasta configurar su ganadería aunque las capas lógicamente resultaban muy variadas; pronto empezaron a recibir peticiones de reses por los organizadores de espectáculos taurinos. A principios del siglo XVII ya tenían toros bravos, criados como tales, con lo que los cartujos se convirtieron en unos de los primeros ganaderos modernos.
A mediados del siglo XVIII los cartujos regalaron ganado a sus hermanos de las Cartujas de Sevilla y de El Paular y asimismo a los dominicos de Jerez; éstos lidiaron por primera vez en El Puerto de Santa María en 1.775 mientras que los cartujos se presentaron en Madrid en 1.792, con divisa verde, sustituída luego por la negra. Pablo Romero y Miura tienen ascendencia cartujana.

Castas Bravas (5): casta Gallardo

5.La casta Gallardo se formó en El Puerto de Santa María. Se mantiene, aunque mezclada, en la ganadería de Partido de Resina -antes Pablo Romero- (1); también hay algo en Ramón Sorando (2).

(1) Rafael José Barbero creó su propia vacada con vacas jijonas y sementales de Cabrera; luego añadió reses del duque de San Lorenzo (oriundas de los Gallardo, del Puerto de Santa María) ) y otras de Benjumea (de casta vazqueña). Esta ganadería, así formada, la vendió en 1.870 a Rafael Laffitte y Castro. Éste la vendió en 1.885 a Carlos Conradi, quien el mismo año la vendió a Felipe de Pablo-Romero y Llorente, que se presentó en Madrid en 1.888. De éste pasó a sus nietos José Luis y Felipe de Pablo-Romero Artaloitia. Al fallecer en 1.944 Felipe, su hermano y sus hijos quedaron al cargo de la ganadería. Al pasar a la siguiente generación, con muchos dueños por medio, pasó una etapa de crisis, terminada con la venta a la sociedad “Partido de Resina”, que toma el nombre de la finca de Sanlúcar la Mayor.

(2) Con vacas de Félix Gómez y de Aleas y con sementales de Saltillo y de Pablo Romero, el Marqués de Melgarejo fundó ganadería, que en 1.948 fue vendida a Ramón Sorando.

Castas Bravas (4): casta Cabrera

4.La casta Cabrera se formó en Utrera por Luis Antonio Cabrera (1.730) y su yerno Rafael Vicente Cabrera, caracterizándose por toros de piel fina, cuello largo, altos de cruz y que desarrollan sentido. Está representada hoy por la ganadería de Miura (1), temida por los toreros (aunque Ruiz Miguel le ha toreado 100 corridas; Padilla va por 38; Limeño llegó a 23 y Paula, a 1).

(1) Por los años 1.848 a 49, el acaudalado agricultor sevillano Juan Miura formó esta célebre ganadería comprando a Antonio Gil Herrera 220 vacas y a José Luis Alvareda (de donde la A del hierro) otras 200, con sementales y 168 becerros, éstas oriundas de los Gallardos, del Puerto de Santa María. En 1.850 aumentó la ya numerosa piara con 100 novillas compradas a Jerónima Núñez de Prado, viuda de José Rafael Cabrera, y en 1.852, al fallecimiento de esta señora, compró a la testamentaría más de 500 vacas. El año 1.854 cruzó con dos sementales de José Arias de Saavedra (casta Vistahermosa), obteniendo resultados satisfactorios. Al fallecimiento de Juan Miura la ganadería pasó a su viuda Josefa Fernández, de quien la heredó su hijo Antonio, el que en 1.879 separó dos lotes de hembras, echando a cada uno de los mismos un toro del duque de Veragua y otro, de casta navarra, perteneciente a Pérez Laborda y que le fue regalado por Lagartijo tras ser indultado en la plaza; estos cruces dieron buen resultado, principalmente el del duque. Al morir Antonio, se encargó de la ganadería su hermano Eduardo, del que la heredaron, en 1.917, sus hijos Antonio y José Miura Hontoria (“los niños de Miura”), que verificaron cruces aislados con sementales de Parladé. Antonio y José cedieron la ganadería a su hijo y sobrino Eduardo Miura Fernández. Los hijos de éste (Eduardo y Antonio) la llevan hoy sin sacarla de “Zahariche”, en Lora. La antigüedad es de 30-IV-1.849.

Castas Bravas (3): casta Raso del Portillo

3.La casta Raso del Portillo, o castellana, se formó en Boecillo y La Pedraza del Portillo (Valladolid) y presentaba un temperamento bronco, con pelos negros, listones, castaños y colorados. Costillares y Pepe-Hillo exigían toros de Andalucía, Extremadura, La Mancha y Navarra, con exclusión de los naturales de Castilla porque eran tardos, maliciosos y se quedaban en las suertes, adquiriendo peligrosas defensas. Hoy está representada por la ganadería de José Mª de Gamazo (que pasta en la misma finca donde se originó la casta).

Castas Bravas (2): casta Jijona

2.La casta Jijona se formó en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real). De gran tamaño, pelo fino y de pezuñas bastas, era característico el color encendido en castaño o colorado. Descendiente de la vacada de Felipe IV, dio lugar a varias ganaderías que, con el tiempo, desaparecieron o se refundieron, quedando principalmente representada por Aleas -hoy Vázquez Fernández (1)-, Félix Gómez, Julián Fernández Martínez (antes Vicente Martínez), María Montalvo y algo de Samuel Flores (2).

(1) En 1.788 Manuel Aleas formó ganadería con vacas jijonas. Pasó a su sobrina Josefa Gómez y de ésta a sus nietos Manuel y José García Gómez, que unieron su primer apellido al de Aleas. Se separaron y Manuel cruzó con un semental de Santa Coloma, dos de Pérez-Tabernero y dos de José Escobar. El hijo de Manuel, tras heredar, aumentó con un lote de hembras de Pérez-Tabernero y un semental santacolomeño de Hernández-Pla. En 1.983 se vendió a José Vázquez Fernández, que la ha aumentado con hembras y un semental de Hernandez-Pla y luego con hembras de Martínez Flamarique (origen Buendía); es la ganadería actual de mayor antigüedad.

(2) En 1.830, Agustín Flores fundó ganadería con vacas y sementales de casta jijona. En 1.881 pasó a manos de Damián Flores, que la cruzó con un toro de Victoriano Ripamilán. En poder de Melquíades Flores fue cruzada varias veces con sementales de Ibarra y Santa Coloma. Por otro lado, el ganadero Gamero Cívico sorteó cuatro lotes entre cuatro compradores, entre los que se encontraba la familia Flores, que adquirió la camada (procedencia Parladé) en Palma del Río y la puso a nombre de Samuel Hermanos. En 1.967 Samuel Flores Romano, de Povedilla (Albacete), cuando contaba dieciocho años de edad, se hizo cargo de la ganadería; entonces el hierro empezaba a decaer y había que someterlo a una cura de urgencia: sacrificó a la práctica totalidad de sus toros, seleccionó las mejores vacas, afinó las características morfológicas de la raza y procuró darle bravura con los mejores sementales. En 1.968 la gestión pasaba a la empresa Agropecuaria de Siera Morena S.A., de la que Samuel es consejero delegado y así lleva ahora dos hierros separados.








.

Castas Bravas (1): castas fundacionales

1.A partir de siglo XVII se van configurando las castas o familias de las que se originan todas las ganaderías que llegan hasta nuestros días. Dejando de lado algunas que desaparecieron, podemos resumirlas en las siguientes seis castas fundacionales del toro bravo moderno: Jijona, Raso del Portillo, Cabrera, Gallardo, Vázquez y Vistahermosa.





.

Castas Bravas (0): introducción

Inicio una serie de capítulos sobre el tema de "Castas bravas", que tengo desarrollado entre mis papeles de hace tiempo y que puedo seguir ampliando en el futuro. Aunque en otro post traté el mismo tema desde un punto de vista de aplicación didáctica (ver "La castas bravas como recurso didáctico" ), ahora lo trato desde el punto de vista de formación propiamente taurina. Los capítulos tienen diferente extensión pero constituyen unidades, en las que divido separadamente la exposición. Cada capítulo comprende una parte principal, presentada en letra script, y otra parte, en cursiva, formada por notas, insertables en los puntos de llamada.


0 . El “Bos taurus primigenius” (o uro) y el “Bos braquicerus” fueron las dos especies salvajes de las que procede el toro bravo o de lidia. Se cree que la primera entró en la Península Ibérica por el Estrecho de Gibraltar (1) y tendría relación con los bóvidos del valle del Guadalquivir (de los que serían representantes los míticos toros del rebaño de Gerión).



La segunda especie, con cuernos muy veletos, entraría por los Pirineos y de ella derivarían los toros de la casta navarra, pequeños y de patas cortas pero astutos, malhumorados y de fiero temperamento -como los antiguos de Carriquiri (2) o de Zalduendo (3)-, y los de la región francesa de la Camarga.

(1) Recientemente se ha creído encontrar el antecedente del que evolucionaron directamente los toros actuales entre los restos de la Hoya de Guadix. El bóvido de Fonelas o toro primitivo (“Leptobos etruscus”) pesaba 450 kilos y tenía una constitución anatómica muy variada; pude que en esa diversidad radique su éxito evolutivo. Se caracteriza también por su gracilidad o esbeltez; era altivo y gastaba unos imponentes cuernos divergentes, duros como el acero, y dirigidos hacia atrás. Se me antoja muy semejante al buey watusi. Participó con otros mamíferos en el fenómeno migratorio llamado “evento del lobo”, que era el camino desde Asia hasta Europa occidental (frente al “evento del hombre”, que provenía desde África).

(2) Nazario Carriquiri y Francisco Javier Guendulain se unieron para formar ganadería en Tudela con reses navarras (procedentes, entre otras ganaderías, de la del Marqués de Santacara). Disuelta la sociedad, se constituyó otra entre Carriquiri y el conde de Espoz y Mina, que la cruzaron con sementales de Lesaca para obtener mayor alzada en los toros. En 1.883 la parte correspondiente a Carriquiri fue comprada por el conde de Espoz y Mina. A la muerte de éste toda la ganadería pasó a sus herederos, que el 30 de abril de 1.908 la vendieron sus 418 reses por 130.000 pesetas (“era una fortuna para la época”) a Bernabé Cobaleda, que la llevó (en un periplo de 30 días) a su finca de “Campocerrado” en la localidad salmantina de Castraz. Éste conservó la primitiva sangre hasta que, al hacerse cargo de la vacada su hijo Juan, extinguió la antigua casta sustituyéndola por sangre vistahermosa. Hoy el hierro pertenece a una ganadería que pasta en Badajoz.

(3) Por los años 1.750 a 1.760 Joaquín Zalduendo formó con reses de pura raza navarra ganadería cuya antigüedad es de 1.817, que pasó después a su viuda Juana Pascual y luego a su hijo Joaquín, heredándole a éste su viuda Mª Eugenia de la Pedriza y a ésta su hijo Fausto, de quien la heredó su viuda Cecilia Montoya Ortigosa. A ésta le heredó Jacinto Zalduendo.



(Antiguo toro de Zalduendo)

Tras pasar en 1.939 por la familia Amigot, en 1.965 por la sociedad “Villaralto”y por Florencio Martín (que la anunció como “Zalduendo”), la han comprado en 1.987 los hermanos Fernando y Javier Domecq Solís, que han sustituído lo anterior por reses de procedencia Jandilla, que pastan en la finca Moheda, de Aliseda (Cáceres), conservando hierro, divisa y antigüedad
.






.

En Portugal aumentan los espectadores taurinos en 2018


El número de espectadores que asistió a las corridas de toros y otros festejos taurinos en Portugal aumentó por segundo año, en una muestra clara y rotunda de la fuerza de esta actividad cultural en el país luso. A lo largo de 2018, más de 440.000 personas asistieron a las corridas de toros, un aumento frente a los 435.000 registrados en 2017.

Este aumento también se refleja en el número promedio de personas por festejo, que en 2014 era de 2.240 pero que en 2018 llegó a 2.654. Campo Pequeno, de Lisboa, fue la plaza con más público durante la temporada, con 77.000 espectadores lo que suponen 15.000 más que en 2017.

Albufeira, como en años anteriores, es la ciudad con más festejos (25), seguida de Lisboa (14) y Vila Franca de Xira (12). En lo que se refiere a la tasa de ocupación de las plazas, la región norte del país lidera con un 91%, desmontando el tópico de que en dicha región no hay afición a los toros. La región de las Azores registra una tasa del 71%, seguida de las regiones Centro y Alentejo, ambas con un 69%.

Todos los distritos del país celebraron festejos taurinos, con la sola excepción de Aveiro, Braga y Vila Real. Es importante destacar que las corridas de toros celebradas en los distritos de Viseu y Viana do Castelo registraron un 100% de ocupación, mientras que en el distrito de Oporto se alcanzó el 98%, lo que supone un fuerte aumento frente al 44% de 2017.

La vitalidad taurina en Portugal también se refleja en los resultados obtenidos por la retransmisión en televisión de cuatro corridas, tres en la cadena pública RTP y una en el canal privado TVI. El promedio acumulado de telespectadores pasó de 1,8 millones en 2017 a 2 millones en 2018, otra muestra del creciente interés por los toros que se observa en el país luso.

La corrida emitida por TVI tuvo un promedio de 600.000 espectadores y llegó a ser vista por 1,8 millones de personas. La corrida de Gala de Campo Pequeno, transmitida el 11 de octubre por la RTP, fue la de mayor audiencia desde 2013, con 530.000 telespectadores.

sábado, 26 de enero de 2019

Discurso de Victorino Martín en el Senado


Señorías,es un honor poder intervenir hoy en esta casa, representación del pueblo español y de sus territorios.

Comparezco en mi condición de ganadero, en representación de una estirpe que ha seleccionado durante cientos de años un animal, el toro bravo, que, además de ser la imagen más reconocida de España en cualquier punto del planeta, es uno de los tesoros genéticos de nuestro patrimonio.

Pero comparezco, sobre todo, como presidente de la Fundación del Toro de Lidia, una entidad de la sociedad civil que representa a todo el mundo del toro, tanto a los profesionales como a los millones de amantes de la cultura del toro en sus múltiples expresiones,la del toro en la plaza, pero también la de los bous al carrer, los cortes y los recortes, la de los correbous, los encierros, el toro de cuerda, la sokamoturra o tantas otras.

El toro vertebra desde hace siglos nuestro territorio. No es un azar gratuito por lo que el toro es nuestra incuestionable seña de identidad en el mundo entero. Por tanto, ningún lugar mejor que este para hablar de tauromaquia, expresión cultural ancestral, que en cada uno de los territorios de España encuentra una manera propia de manifestarse.

Me gustaría que mi intervención hoy en la Comisión de Cultura del Senado arrojara alguna luz que pudiera ayudar a interpretar de una manera más clara algunos de los aspectos que están hoy en juego cuando hablamos de tauromaquia. Y para poder hacerlo, lo primero es encuadrar adecuadamente el marco de discusión, abandonar por un momento el casi folclórico debate de "toros sí - toros no", para profundizar un poco más en la esencia de las cosas. Entendemos que el debate sobre los toros requiere separarlo en dos, si queremos realizar un análisis acertado del mismo, lejos de vulgares lugares comunes.

El primero se refiere a nuestra relación con los animales. ¿Cómo debe ser esa relación?

Nuestra cultura, nuestra civilización, se ha construido desde el dominio del ser humano sobre otros actores con los que compartimos planeta: objetos inanimados, plantas y animales. El homo sapiens inicia su espectacular historia de éxito en el momento en el que comienza a dominar tanto las plantas como los animales. La revolución neolítica nos ha hecho llegar hasta donde estamos. Los modelos de pensamiento no han hecho otra cosa que recoger ese estado de cosas, ese dominio del hombre sobre la naturaleza, que podríamos resumir en aquella sentencia de Protágoras: "El Hombre es la medida de todas las cosas".

Dentro de este marco, que ha logrado que seamos lo que somos, el ser humano usa a los animales. Y los usa para muchas cosas, no solo por una imperiosa necesidad alimenticia. Los utiliza para comer, para su supervivencia; pero también en la alta gastronomía, refinamiento intelectual para nuestro deleite. Utiliza también a los animales para su vestimenta, cuando usamos prendas de lana o de cuero. Prendas que cubren nuestras necesidades, pero también nuestros caprichos, en forma de exquisitos bolsos, cinturones, chaquetas o zapatos. Y utilizamos los animales para nuestro ocio, para darnos un paseo a caballo, admirar un animal en un zoológico o como parte de nuestro milenario folclore.

Así, solo en España y sin considerar a los peces, se matan cada segundo aproximadamente 26 animales. 1.560 animales por minuto. Si consideráramos los peces, que también son animales, seguramente podríamos triplicar estos datos. Repito, Señorías, 26 animales por segundo. Esta es, por tanto, la fría realidad.

Vuelvo a plantear el interrogante. ¿Podemos seguir utilizando a los animales? Y ante esta pregunta debemos responder con un "sí" o con un "no".

Y la respuesta podría ser "no". Esto es, en esencia, lo que defiende el movimiento animalista. El animalismo es una ideología que, con diferentes matices, impone que los hombres no tienen derecho a utilizar animales para ninguno de sus fines. El animalismo, nos quiere poner en pie de igualdad a hombres y animales. El animalismo, Señores Senadores, es un movimiento que tiene su origen en el mundo anglosajón. Y es desde el mundo anglosajón, norteamericano más específicamente, desde donde principalmente se está promoviendo la agenda animalista a nivel mundial. Son decenas las entidades animalistas que con presupuestos de millones de dólares al año están imponiendo de manera permanente esta agenda. Es difícil que pase un solo día en el que no pueda verse en cualquier medio, alguna noticia relacionada con el avance del animalismo. Tenemos pues un movimiento internacional organizado, con el único fin de imponer un nuevo orden moral en el mundo, de manera que este sea más plano culturalmente, más homogéneo, con menos matices. Un mundo plano culturalmente, listo para que el vacío dejado por nuestras expresiones culturales sea colonizado, qué duda cabe, por nuevas costumbres, un pensamiento único en un mundo con consumidores homogéneos.

Y Señores Senadores, no se trata por desgracia de un futuro de ciencia ficción, muy lejano todavía para nosotros. El animalismo está ya muy presente en nuestra vida pública. Así, el partido PACMA, cercano ya a la representación parlamentaria, pretende de manera expresa imponer el credo animalista. Pero también otros partidos más fuertes trabajan para imponer la doctrina animalista. Permítame que les lea un fragmento de una propuesta de ley de bienestar animal presentada por en 2018 en el Parlamento de Andalucía por un partido con representación parlamentaria: "Cuestionar la muerte, el maltrato o la privación de libertad de los animales son avances consolidados en la conciencia de millones de personas en Andalucía, al mismo tiempo que avanzan otro tipo de cuestionamientos sobre su uso para eventos lúdicos, para experimentación, para vestimenta o incluso para alimentación". Como ven, se trata de la ideología animalista expresada de manera ortodoxa.

El animalismo, tengámoslo claro, es en nuestra opinión una filosofía absolutamente incompatible con nuestra cultura, con el humanismo mediterráneo. El animalismo supondría una hecatombe cultural, económica y ecológica. Cultural, porque el animalismo sería el fin de centenares de expresiones culturales que nos definen como pueblo: la rapa das bestas, la romería del Rocío, el arrastre de piedras, la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, los corre bous, la cetrería, la matanza del cerdo, los encierros en Pamplona o en Medina del Campo, la fiesta de la lamprea, del campanu, la caballada de Atienza, la fiesta del pulpo o tantas otras. Económica, porque acabaría con las explotaciones ganaderas, por supuesto, pero también con el trabajo con cuero en Ubrique, los atuneros vascos, el jamón de Jabugo, de Teruel o de Guijuelo, las mantas de Ezcaray, los zapatos artesanales de Mallorca o los de Alicante, el queso en sus cientos de estilos, los embutidos salmantinos, la butifarra gerundense y leridana, el fin del marisqueo gallego o de la almadraba en Barbate y Zahara de los Atunes. Y finalmente, también el animalismo supondría una debacle ecológica. El paisaje en España, uno de los más biodiversos de Europa, es un paisaje conformado en gran medida por la relación del hombre y los animales que utilizamos. De esta manera, el animalismo pondría fin a la dehesa, joya ecológica mundial, pero también sería el fin de los prados cantábricos, de las dehesas boyales o del impagable cuidado que ovejas y cabras realizan en nuestros campos.

El animalismo es la aniquilación total y absoluta de nuestra cultura y también de nuestro mundo rural, con toda su cultura material e inmaterial, con ese acervo de maneras de hacer, de decir, de cantar, de bailar o de sentir. Y el toro, como tótem y representación de la cultura más representativa de España, es la primera cabeza que se quieren cobrar. Pero tengámoslo claro, Señorías, detrás de los toros irá todo lo demás. El animalismo no se va a detener en la prohibición de los toros. Piensen por un momento en cómo va a afectar el animalismo a los diferentes territorios que representan. Y decidan entonces si quieren seguir el juego antitaruino a esas fuerzas internacionales.

Entiendo que desde un despacho en Madrid pueda resultar fácil defender el animalismo. Yo soy una persona orgullosamente de campo. Y me gustaría decir a todos aquellos que defienden el animalismo, que vengan a la España rural y que nos digan, mirándonos a los ojos, que ya no podemos vivir de lo que vivimos. Puede que alguno se le ocurra decir algo como "bueno, que se reinventen, que se dediquen a otra cosa". ¿A qué exactamente? ¿qué se supone que tenemos que hacer los millones de personas de la España rural? ¿todos desarrolladores de aplicaciones para móviles? ¿diseñadores gráficos? ¿innovadores en no sé qué cosa que esté de moda? ¿Pero en qué mundo vive esta gente? A toda esa gente animalista les invito a salir de la ciudad, a pisar el campo de la realidad, a que nos digan a la cara que nos quieren destruir, que quieren acabar con toda nuestra realidad. El animalismo no es cuidar gatos y perros, el animalismo quiere aniquilar la España rural, así de simple, así de claro, así de rotundo. Y cualquier partido que apoye estas opciones ideológicas, será corresponsable de ese intento de destrucción.

En todo caso, la realidad en el mundo y desde luego en España, nos dice que a la pregunta de si podemos utilizar los animales, hoy por hoy solo podemos responder con un "sí". Y si podemos usar los animales, ¿por qué hay gente que pide que se prohíban los toros? Es que es un espectáculo cruel, suele ser la respuesta a esta pregunta. Pero yo pregunto, ¿en serio la tauromaquia se puede considerar más dura que la vida que lleva la inmensa mayoría de los animales en explotaciones industriales? ¿O lo relevante es el hecho de que la crudeza en la tauromaquia sea pública? ¿El problema es verlo?

Este es un tema tremendamente interesante, Senadoras y Senadores. ¿Qué clase de sociedad queremos? ¿Queremos una sociedad donde una parte se arrogue la potestad de decir qué puede ser visto y qué es lo que no puede ser visto? ¿Una casta inquisitorial y censora que decida qué es moral y qué es inmoral? ¿qué es cultura y qué no es cultura? ¿Velará esa casta porque solo se pueda exponer un tipo de obras de arte? ¿Habrá arte moral y arte inmoral prohibido? ¿decidirán cómo debemos vestirnos para ir decentes? ¿decidirán el largo de las faldas? ¿decidirán dónde y con quién podemos besarnos? Señorías, son ustedes garantes de que nadie se atreva a hacer de España un país menos libre, no pueden consentir que alguien se arrogue el derecho a decir qué es cultura o qué no es cultura.

Aunque puedo casi escuchar alguna protesta diciendo "no, no es lo mismo, aquí hay un animal involucrado". Sí, hay un animal involucrado, es cierto. Ya hemos dicho que el hombre usa a los animales para su provecho, para sus fines. La UNESCO solo pone una línea roja para que una expresión cultural sea admisible, la de los derechos humanos y libertades fundamentales. Y la tauromaquia, obviamente, no trasgrede esa línea roja. Tenemos los seres humanos, desde luego, una serie de deberes éticos con los animales, faltaría más. Y esos deberes los tenemos muy presentes en el mundo de la tauromaquia, que a nadie le quepa la menor duda. Tenemos presentes esos deberes desde que son cuidados en nuestras dehesas durante años, hasta que mueren en la plaza, en el marco de un rito centenario, rodeado de respeto y admiración.

Solo desde el desconocimiento más absoluto o desde la mentira maliciosa, se puede decir que la gente acude a una plaza de toros para disfrutar del sufrimiento. Si la gente disfrutara con el sufrimiento, tengan por seguro que hace mucho tiempo que habría gradas en los mataderos. Y habrá mucha gente que no lo entienda, que lo vea innecesario. Pero los toros, les aseguro, no son una simple afición para muchas personas. Son una parte consustancial de la propia esencia de muchos de nosotros.

Savater dice que el hombre necesita del arte, de los ritos, para crear mecanismos contra la muerte, bálsamos contra la evidencia de nuestro destino. Quizás sea esta una explicación al misterio del toro. La corrida y las demás expresiones de la tauromaquia sostienen una visión integral de la vida. En una sociedad en la que la muerte se obvia y en ocasiones se oculta deliberadamente junto con la vejez, la enfermedad o el dolor, la fiesta de los toros enfrenta la muerte desde todos los planos. Este recordatorio de la muerte permite que el que participa en la fiesta de alguna manera se sienta más pegado a la vida. Esa invitación a vivir con más intensidad se irradia más allá de la plaza y de la calle donde se juegan los toros. La consciencia de la muerte permite que se pueda vivir la vida más plenamente. Los toros se hacen universales porque transmiten la necesidad de aceptar la vida en todas sus dimensiones y vivirla en una mayor plenitud. Los toros no son un espectáculo de muerte, si no de exaltación de lo que somos: confrontamos la muerte para sentirnos vivos.

Esta es la realidad para millones de personas en todo el mundo. No pedimos que todos lo compartan. Pero sí exigimos que todo el mundo lo respete.
Y comprendo que sigue flotando una pregunta que no acaba de tener respuesta: ¿es necesaria la tauromaquia? Pues, no estoy muy seguro... ¿Es necesaria la danza? ¿Es necesario el teatro? ¿Son necesarias las diferentes expresiones culturales? ¿Podríamos haber avanzado como especie sin la pintura cubista o sin la música rock? ¿Son necesarios Goya, Falla o García Lorca? Quizás podríamos haber existido sin alguna de estas cosas. Seguramente. Pero indudablemente el mundo sería un lugar mucho más pobre. Como sería más pobre el mundo si no existiera la tauromaquia.

Y precisamente, para preservar la riqueza cultural del mundo, la UNESCO aprobó en 2005 su Convención sobre la protección y la promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, aprobada para prevenir de los posibles censores de cualquier expresión cultural. Porque cualquier expresión cultural es patrimonio de todos, hace que el mundo se más rico. Lo contrario de lo que pretenden algunos. Y aprobó la UNESCO esta Convención apenas unos años después de la destrucción de los Budas de Bamiyán, en Afganistán, por parte del régimen islámico talibán. Los bombardearon porque alguien decidió que aquellas estatuas milenarias eran contrarias a la moral. Reflexiones sobre esto, Senadoras y Senadores: destruyeron un patrimonio cultural de todos, por la única razón de que a algunos les pareció inmoral. Esto, ni más ni menos, es lo que algunos están pretendiendo con la tauromaquia.

Finalizo ya, Señorías. La cultura del toro nació en las orillas del Mediterráneo El toro como animal totémico, es un mito necesario en nuestra manera de entender el mundo. No es casualidad que sea precisamente un toro el animal sobre el que se sostienen los mitos fundacionales de la propia Europa. Es sin embargo el genio íbero el que encuentra significados más profundos sobre la vida y la muerte en su relación con ese toro universal. Y es así como, en tiempos en que nuestro Siglo de Oro se encuentra en su plenitud ensanchando los límites de la cultura de la humanidad, cuando se alumbra la tauromaquia moderna como una de nuestras expresiones culturales más características.

La cultura ni se crea ni se destruye por decreto, sino que es el producto del tiempo, de la creación de unos y de la asunción por un pueblo de esas creaciones. Así surge y se desarrolla la tauromaquia. También de esta manera, desde los orígenes íberos, la tauromaquia se adopta en otros lugares, pueblos con una pulsión vital similar, una manera parecida de encarar la vida y la muerte, de celebrar y exaltar de forma radicalmente vital la existencia.

La tauromaquia, Señorías, es el regalo cultural de España a la humanidad. Francia, Portugal, México, Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú y España, somos hoy guardianes de un exquisito patrimonio de todos, y somos todos responsables de su cuidado y de su traslación de generación en generación. Señorías, sean dignos representantes de su pueblo y luchen por la tauromaquia, con orgullo, como patrimonio cultural común de la humanidad.

Muchas gracias.






.

miércoles, 16 de enero de 2019

¿El toreo a pie nació en Cádiz?



Cádiz, capital sin plaza de toros, albergó los primeros pasos del toreo a pie. Lo descubrió el reputado taurófilo doctor Guillermo Boto Arnau a principios de la década pasada.

Antes del reinado de Alfonso X, en el siglo XII, ya existía el toreo a pie pero constaba de suertes distintas de las que imperan ahora. Alfonso X anatemizó estas prácticas y desde entonces el rejoneo nobiliario monopolizó la tauromaquia.

Durante el reinado de los últimos Austrias, surge en Cádiz "el hecho diferencial del toreo a pie, con las corridas de toros que solicita en junio de 1661 la Hermandad de San Antonio para recaudar fondos para construir la iglesia de su nombre", según Boto, autor de "Cádiz, origen del toreo a pie". Así, una callada revuelta popular surgió en Cádiz y ningún prohombre faltó a los festejos. Al final, las corridas de San Antonio duraron 55 años y financiaron no sólo el templo sino también el retablo mayor.

Ese hallazgo, fruto de la tenacidad de Boto, se encontraba escondido en unas actas que el historiador Julio Guillén Tato realizó para el Ayuntamiento de Cádiz. Las octavillas, cuidadosamente envueltas en papel de periódico, albergaban la noticia de la génesis de la fiesta moderna, "de esas funciones de toreo a pie con picadores que, evolucionadas, conservamos hoy día, como espectáculo extraordinario que supera en sí mismo su catalogación dentro de las bellas artes y que se ha convertido desde hace más de dos siglos en seña de identidad española", en palabras de Boto.

Es vital la aparición de los varilargueros. "El picador es consustancial con el toreo a pie. No se pica cuando se rejonea, y podemos asegurar sin temor a equivocarnos que no hubiera existido el toreo sin la suerte de varas", sentencia Guillermo Boto. Esos primeros enfrentamientos de los toreros "de poder a poder" frente al toro coexisten con las "fiestas de toros y cañas" (en las que se alanceaba al astado) y con el rejoneo.

Hasta ahora se aceptaba generalmente la teoría de que fue el cambio de dinastía monárquica, de los Austrias a los Borbones -y muy especialmente la aversión de Felipe V a los toros-, la que produjo la retirada de los nobles de esta afición. Y que ello dio el pistoletazo de salida a los "chulos" y los "pajes" que bajaron la suerte al albero. Junto a ello, pervivía hasta ahora la llama que prendieron los encierros, sobre todo los de Navarra, donde abundaban los nombres de matadores. Hasta hace no mucho se los consideraba el germen de la fiesta nacional.

El hallazgo de Boto lo confirmó hace un par de años otro hallazgo, el del director del Museo Histórico Municipal de Cádiz, Juan Ramón Ramírez Delgado. Ramírez estudió en profundidad un cuadro-mapa de mediados del siglo XVII (la duda es si está fechado en 1647 o en 1674) y se topó con una revelación. Tras restaurarlo encontraron imágenes de picadores y toreros entrenando junto al matadero de reses de la ciudad. Éste es el cuadro:



En su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de Cádiz, Ramírez subrayó que en la representación "aparte de a caballo, se torea a pie", y agregó que ello refuerza la teoría del doctor Boto.













.

El IVA de los toros en 2018

ANOET, la patronal del sector taurino, estimó en 2014 que el IVA derivado de la gestión de plazas de toros asciende a 139 millones de euros. Ajustando los datos para considerar la rebaja del impuesto indirecto para la venta de entradas, y teniendo en cuenta la evolución en el número de festejos taurinos celebrados en España, esto se traduciría en 2018 en una recaudación por IVA cercana a los 118 millones.

Por el contrario, la taquilla del cine español en 2018 fue de 100 millones de euros. En este caso, el IVA aplicado fue del 21% en el primer semestre y del 10% en la segunda mitad del año. Así las cosas, la recaudación por IVA derivada del sector rondaría los 15,5 millones de euros. Por tanto, por cada euro que aporta a las arcas públicas el cine español en concepto de IVA, las plazas de toros generan ocho euros.