jueves, 18 de junio de 2020

Dos carteles de Jerez

Visito una vez más el Club Taurino "El Rabo", asociación taurina a la que hay que agradecer muchas cosas. El presidente, Jesús Domínguez, entusiasta como pocos, me muestra dos carteles históricos de Jerez de la Frontera. Le pido permiso para reproducirlos.

Primer cartel

El primer cartel es del año de 1840. Dice:

"PLAZA DE TOROS. JEREZ DE LA FRONTERA.

En justa celebridad del pronunciamiento glorioso de esta ciudad, y de la esplícita y patriótica manifestación del Ecsmo. Señor Duque de la Victoria, se ejecutará una vista de Toros el día 4 del presente Octubre (si el tiempo lo permite). Los toros que se han de lidiar serán de la acreditada ganadería de Gerónimo Martínez Enrile, de Medina Sidonia, con divisa encarnada y blanca".



Picadores: Diego García, (alias Palique) de esta Ciudad, Juan Gutiérrez (conocido como el Motañés) y Antonio Rivero, ambos de Sevilla, quedando la correspondiente reserva.

Matadores: Juan de Dios Domínguez, de Sevilla, y José Montoya, de esta Ciudad, a cuyo cargo estarán las correspondientes cuadrillas de banderilleros".

Se usarán banderillas de fuego para el Toro que las merezca".

Segundo cartel

El segundo cartel es un año posterior al primero. Dice:

"PLAZA DE TOROS DE JEREZ DE LA FRONTERA.

Tercera y cuarta vistas de toros de muerte de las pertenecientes a este año de 1841, que con el correspondiente permiso se han de efectuar, si el tiempo lo permite, en las tarde del Domingo 30 y Lunes 31 del corriente mes de Mayo.

Los diez y seis toros que se han de lidiar serán de las famosas y acreditadas ganaderías siguientes:

Primera vista: seis de D. Joaquín Giráldez, de Utrera, divisa celeste y junquillo; dos de D. Francisco Morales, de Mairena, divisa blanca y verde.
Segunda vista: seis de D. Cayetano Rivero, de esta Ciudad, divisa blanca; dos de la testamentaría del presbítero D. Francisco Pérez, de las Cabezas de S. Juan, divisa verde".



Picadores: José Fabre y Juan Gutiérrez, conocido por el montañés, de Sevilla, Juan Gallardo, del Puerto de Santa María, Antonio Lemos, de Sevilla, el que estará de descanso.

Espadas: Juan León,para la primera vista; el mismo y Juan Yust, para la segunda, con su correspondiente cuadrilla de banderilleros.

Sobresaliente de espada: Juan de Dios Domínguez, alias Cadenas, de Sevilla, el que matará los dos últimos toros.






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miércoles, 17 de junio de 2020

Los toros en la Pintura


Los toros en la pintura. María Jesús Burgueño

En los siglos XVI y XVII aparecen con frecuencia obras pictóricas de tema taurino aunque es a partir de los siglos XVIII y XIX cuando adquieren su mayor gloria. Los cuadros de toros son un clásico en el mundo del arte en donde se pueden encontrar desde grabados de Goya a escenas de Picasso pasando por obras de Casas, Fortuny, Sorolla, Regoyos, Lucas, Domingo o Romero de Torres.

La nobleza y la iglesia han sido las grandes impulsoras de la tauromaquia. Salvando algunas etapas prohibidas para estos festejos, considerados perversos y malsanos, los nobles y la iglesia han pagado y fomentado la fiesta taurina. Sólo hay que recordar algunos acontecimientos históricos como el matrimonio de Juan II con María de Aragón festejando este hecho con una gran fiesta taurina en la localidad de Medina del Campo el 20 de octubre de 1418. En 1675 el rey Carlos II celebró su cumpleaños con una corrida en Sevilla y en esta misma ciudad se festejó también con toros la boda de Carlos III con Mª Amalia de Sajonia. Reyes y nobles pagaban estas fiestas donde en muchas ocasiones también participaban activamente (la realeza y nobleza a caballo ya que el toreo a pie era casi siempre de extracción plebeya); así Carlos V mató un toro de una lanzada en la plaza de Valladolid para celebrar el nacimiento de su hijo Felipe II, el cual también celebró con fiestas de toros su matrimonio con Isabel de Valois. En el siglo XVIII desaparece paulatinamente la tauromaquia caballeresca y se populariza el toreo a pie protagonizado por plebeyos, es el principio del toreo moderno, donde se afianza la figura del torero. Serán los varilargueros, piqueros profesionales procedentes del mundo agrario, los encargados de perpetuar el toreo a caballo. Los toros en sus diversas manifestaciones se han convertido a lo largo de los siglos recientes en el acontecimiento popular más representativo de las fiestas de la geografía española.

Los ingleses grandes admiradores

A lo largo del siglo XIX son muchos los extranjeros que dejan constancia en sus cuadernos de viajes de estas fiestas nacionales como Taylor, Davillier o Béguin. Durante ese siglo artistas y escritores peregrinan por tierras españolas y, sobre todo, por Andalucía atraídos por el paisaje, las gentes, las costumbres y el sol. “En el siglo XIX es muy frecuente la presencia de franceses e ingleses en las plazas de toros, señala Manuel Alonso, responsable del Museo Taurino de las Ventas en Madrid, dibujan en sus cuadernos de viajes todo aquello que ven, son los cronistas de su tiempo. Estos dibujos han servido después para realizar óleos”. El inglés William Lake Price realizó una serie de dibujos, grabados y acuarelas sobre tauromaquia que después continuaría Richard Ford. El francés Victor Adam publicó hacia 1830 una serie de dibujos muy interesantes, treinta años después, hacia 1860, se edita también un álbum de seis láminas de Gustave Doré. En 1846 Francisco van Halen publica una serie de escenas taurinas y también en esos mismos años se edita la obra del alemán Wilhelm Gaïl. En torno a los años 1860 la fotografía gana terreno al grabado, editores y libreros orientan sus preferencias hacia esta nueva técnica de reproducción, es entonces cuando los impresores con el fin de atraer clientela abaratan los costes de impresión utilizando la cromolitografía que llena de llamativos colores los dibujos.

El comercio de cuadros pintados a lo largo del siglo XIX fue muy intenso entre España y el extranjero. Algunos pintores trabajaban fundamentalmente para estos clientes extranjeros y, concretamente, para los británicos. Entre los pintores que más se beneficiaron de este comercio destaca el sevillano José Domínguez Bécquer, considerado uno de los iniciadores de la pintura andaluza costumbrista de tipo folclórico dentro de la tradición artística romántica española.

Uno de los cuadros más interesantes del costumbrismo tardío andaluz lo protagoniza José Jiménez Aranda cuando concluye su obra Un lance en la plaza de toros que fue subastada en Durán en 1995 y que pertenece a la colección privada de Carmen Cervera, baronesa Thyssen-Bornemisza. Junto a estas obras maestra también aparecieron en esta época un gran número de pinturas de escaso interés promovidas por un mercado fácil y que garantizaba el sustento de un gran número de pintores. Ángel Lizcano realizó un gran número de pinturas taurinas, los cuadros de este artista suelen ser de pequeño formato, muy en la línea de los románticos costumbristas, utiliza los tonos sepias y beiges.

La tauromaquia en el arte alcanza su esplendor en el siglo XIX, especializándose algunos autores en obras por encargo como José Domínguez Bécquer

Es indiscutible el riquísimo intercambio prestado por la tauromaquia a las bellas artes. Retratos, escenas de lidia cuya tensión creada por el toro envuelve al torero y al público. Eugenio Lucas realizó más pinturas sobre el tema que el mismo Goya, con una pincelada vivaz y decisiva. Copió de Goya los tipos, tonos y pinceladas para componer sus obras, esto en alguna ocasión ha causado conflictos a la hora de su catalogación, resueltos por los expertos más prestigiosos. También la paleta de Domínguez Bécquer o la de los artistas románticos Cabral Bejarano, Rodríguez Guzmán, Gutiérrez de la Vega y José María Cortellini se tiñen de color taurino, dramático y festivo. Tras estos pintores llegará al mundo del toro el realismo de Manuel Castellano o el cubismo de Picasso. En este largo recorrido se encuentran firmas como Ramón Casas, Mariano Fortuny, Sorolla, Roberto Domingo, Darío de Regoyos y Gutiérrez Solana que pintan de una manera inteligente y personal al toro, torero, cuadrillas, plazas y tendidos, pueblos y encierros y, entre ellos, las mujeres sensuales de Julio Romero de Torres.

Ideas encontradas

El espíritu moralizante católico rechazó en diversas épocas los festejos taurinos considerándolos perjudiciales para el desarrollo de su doctrina ya que el vínculo con las ceremonias paganas era evidente. La sangre de toro se ha utilizado en algunas ceremonias paganas rociando con ella a los iniciados en el culto a los dioses. Este fue el caso de un templo dedicado a la diosa Munda en el pueblo de Talavera de la Reina (Toledo), en el siglo VII se alzó en su lugar la ermita de Nuestra Señora del Prado, uno de sus muros estuvo durante varios años compartiendo la función con los de la plaza de toros de la localidad. Tal fue la confraternización de la Iglesia Católica con la fiesta taurina que varias plazas compartieron sus muros armónicamente este es el caso, por ejemplo, del Santuario de Nuestra Señora de las Nieves en Almagro, recinto erigido por D. Álvaro de Bazán, o el de Nuestra Señora de las Virtudes en Santa Cruz de Mudela, ambos en Ciudad Real.

Pintores y toreros

Los pintores suelen tener una íntima simpatía hacia el torero que o bien por encargo o por iniciativa propia retratan en numerosas ocasiones. Generalmente el retratista de toreros suele trasmitir mucho más de lo que es simplemente la pintura. Suele pasar muchas horas viendo al maestro, le sigue, conoce su vida y su arte, ponen en las pinturas el espíritu del matador de toros.

Las capeas atraen la atención del artista centrando su interés en el público y en el ambiente que les rodea más cercano al mundo rural. A esta realidad costumbrista no escapó ni el propio Sorrolla cuando pintó Una capea fechado en 1879. Para la realización de este cuadro hizo el boceto Capea en Torrente que regaló a su amigo Pedro Gil. Ciento veinticuatro años después salió a subasta en Segre con un precio de 6.000€ que obtuvo una vertiginosa subida alcanzando los 24.000€. Otro de los grandes de la pintura española, Rafael Durancamps, también se adentró en el mundo taurino y realizó una espléndida Capea que se vendió por 18.000€. Joaquín Terruella Matilla fue discípulo de Santiago Rusiñol y de su tío Segundo Matilla, era un gran aficionado a los toros, es muy frecuente encontrar obra de este artista, sus pinturas se pueden encontrar con precios que van desde los 1.600 a 6.000€.

El grabado de escenas taurinas adquiere su mejor momento en el siglo XIX cuando Antonio Carnicero realiza la serie Colección de las principales suertes de una corrida de toros que se publicó en 1790. En el arte de reflejar en un grabado la lidia de toros nadie mejor que Goya y Picasso han sabido plasmar y trasmitir la esencia tanto del sentimiento como de la crónica de cada lance. La técnica para la estampación de las láminas más usuales a lo largo del siglo XIX fueron las de aguafuerte, aguatinta y aguada. La Tauromaquia de Goya compuesta por una serie de 33 láminas publicadas en 1816 y otras 11 inéditas son de una sublime maestría técnica, supone lo más logrado que se ha realizado. En el año 2004 se vendió un lote de 27 grabados al aguafuerte en Ansorena por 12.000€ pertenecientes a la cuarta edición realizada para Pérez Agua en la Calcografía Nacional por Ricardo de los Ríos en 1905.

Junto a Goya y Picasso destacan los cuadros taurinos de Jiménez Aranda, Casas, Fortuny, Roberto Domíngo, Regoyos y Barjola

La litografía fue inventada por Aloys Senefelder en 1796, es una técnica que permite la impresión de una imagen dibujada sobre una piedra, es una impresión plana de una imagen que a diferencia de las técnicas anteriores no ha sido incidida ni tallada en la matriz. Picasso utilizaba indistintamente todas las técnicas a su alcance y según Mourlot, su impresor y litógrafo, “La manera que tenía de trabajar la litografía no sólo era contraria a las costumbres, sino que también era contraria a las reglas más elementales de la profesión”. Todo era posible en la imaginación de Picasso y a ella no escapó el mundo del toro. La Fundación Pablo Ruiz Picasso de Málaga cuenta con una de las mejores colecciones y entre las obras más interesantes destacan La gran corrida realizada a lápiz litográfico, aguada, guache y pluma sobre papel litográfico transferido a la piedra y Las tres mujeres y el torero para la que el artista utilizó lápiz litográfico sobre papel transfer llevado a la piedra.

También destaca la obra taurina de los pintores Juan Barjola, Oscar Domínguez o Roberto Domingo y Fallola. Sus obras se encuentran en numerosos museos y colecciones de España y del extranjero. En el Museo Taurino se puede conocer la historia de la tauromaquia a través de objetos personales de los toreros, indumentaria e instrumentos. El museo posee una importante colección de retratos, estas piezas suelen ser donaciones de los propios pintores, familiares o aficionados al mundo taurino que desean que estos objetos se conserven en un museo.

Los carteles

Son muy interesantes las obras que han realizado para los carteles artistas como Pereyon, Arroyo o Antonio Casero, entre otros. Algunos como un Barceló se puede ver en la entrada del museo es una pintura que se encargó al pintor para el cartel de la Gran corrida de Beneficencia del año 1990 por la que el museo pagó unos ocho millones de pesetas. Precisamente Barceló, el autor español vivo más cotizado internacionalmente, alcanzó un récord multimillonario con su obra “Pase de Pecho” (1990 67x101cm.) subastado en Christie´s en el año 2004 que alcanzó un precio de remate de 771.591€. Algunos de los carteles más novedosos e innovadores han salido de la paleta de pintores como Martín de Vidales, Sánchez Bayo, Velasco, Blasco, Canito, Rubio, Sánchez Jordán, Constante Rodríguez, Peña Jara, Diego Rafael, Pastor, Cesáreo y Carretero

Mirar un cuadro taurino
-La pintura taurina suele ser muy realista.
-Las obras más vanguardistas llegan de Valencia, Bilbao y Francia.
-Los temas más repetidos son los de la plaza. El enfrentamiento entre el hombre y el toro que termina con la muerte digna y sin sufrimiento del toro; Después el paseíllo y las capeas.
-Los toreros suelen hacerse retratar por sus pintores preferidos.
-Existe una atracción entre el pintor y el torero que les hace cómplices, los dos son creadores de arte.
-El retratista saben plasmar el espíritu del matador de toros.

Los pintores más taurinos del siglo XX
-El más destacado es sin duda Picasso. En sus obras aparece el toro como elemento indispensable.
-Vázquez Díaz, intuitivo. Sus retratos son biografías del torero.
-Gutiérrez Solana, el color de sus cuadros ayudan a trasmitir patetismo.
-Roberto Domingo, exuberante cromatismo. Tiene un gran número de obra gráfica.
-Ignacio Zuloaga, la tragedia del color. Los retratos, aunque magníficos, no trasmiten el alma del torero.
-De la vanguardia a la Escuela de París o a la de Vallecas se puede pasar sin que se rompa el hilo conductor.
Así aparecen nombres como: José Caballero, Rafael Durancamps, Oscar Domínguez, Antoni Clavé, Pedro Flores, Benjamín Palencia, Juan Barjola, Eduardo Vicente, Juan Antonio Morales, Pedro Bueno, Redondela, Francisco Arias, Javier Clavo, Constantino Grandío, Álvaro Delgado, Sofía Morales, José Lapayese del Río, Luis Caruncho, Federico Echevarría, Pepi Sánchez, Ricardo Macarrón, Adolfo Estrada, Antonio Casero, Ángel González Marcos, Cristino Vera, Francisco de Paula Hohemleiter, Rafael Botí, Nicolás Martínez Ortiz, Antonio Cano y Fermín Vázquez.



jueves, 11 de junio de 2020

Estadísticas taurinas de 2019

En 2019, el número total de profesionales taurinos inscritos en el Registro General de Profesionales Taurinos fue de 9.993. De ellos, 245, el 2,5% eran mujeres. 5.357 tenían el carnet vigente en algún momento del año 2019

En 2019, el número de profesionales inscritos en la categoría Matadores de toros, fue de 761, el 7,6% del total; en la de Matadores de novillos con o sin picadores fue de 2.672 profesionales, el 26,7%; en la categoría Rejoneadores, 325 profesionales, el 3,3%; por lo que se refiere a banderilleros y Picadores, el número de inscritos fue de 2.525, el 25,3% del total. Los profesionales inscritos como Toreros cómicos y Mozos de espada, 178 y 3.532 respectivamente, representan el 37,1% del total de inscritos en el registro.

Las empresas ganaderas de reses de lidia han sido 1.339; este número ha ido aumentando levemente desde 2016, cuando había 1.324 ganaderías. Las escuelas taurinas han sido 62, aumentando desde 2015 cuando había 55.

En 2019 se celebraron 1.425 festejos taurinos, cifra que representa un descenso interanual de 96 festejos, el 6,3%. 349 fueron corridas de toros, el 24,5%; 146 festejos de rejones, el 10,2%; 222 novilladas con picadores, 15,6%; 198 festivales, 13,9%; 117 festejos mixtos, el 8,2%. Los restantes festejos celebrados, el 27,6%, se correspondieron con corridas mixtas con rejones, becerradas, novilladas sin picadores y toreo cómico. En términos interanuales, se observan incrementos en los festejos de rejones con toros, 14,5%, novilladas con picadores, 2,3% y corridas mixtas con rejones 41,7%. Las disminuciones interanuales de mayor magnitud se observan en el número de novilladas sin picadores, 33, el 12,4%, en
festejos de rejones con novillos, 32, el 29,9%, festivales, 21, el 9,6%, y en corridas de toros, cuyo número ha descendido en 20 en el último año, cifra que supone el 5,4%.

Cuatro comunidades autónomas, -Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid-, concentran el 77,5% de los festejos taurinos celebrados en 2019.

El número de festejos populares ha sido 16.915.

Personas que asistieron a un espectáculo taurino pagando entrada, 3.138.000.

Se incorporan de nuevo determinados resultados de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales, estadística oficial elaborada cuatrienalmente por el Ministerio, que se dirige a una muestra de 16 mil personas. Indicaron una tasa de asistencia anual a espectáculos taurinos del 8% de la población analizada. Existe una fuerte interrelación entre la asistencia a espectáculos taurinos y otras actividades culturales. Así, se observa en el colectivo analizado un incremento de las tasas de visitas a museos, el 45,8% frente al 40,5% del conjunto de la población analizada, o de sus tasas de lectura, el 70,3% frente al 65,8%. Estos incrementos son más intensos si nos centramos en la asistencia al teatro, el 32,1% frente al 24,5%, o a conciertos, el 47,3% frente al 34,2%.