¿Qué diferencia hay entre la manera de lidiar los toros en la época de Pedro Romero o Pepe Hillo y la manera en que lo hacía Belmonte?
La diferencia es fundamental. Divide a la Tauromaquia en dos épocas, la antigua y la moderna. Es como la Revolución Francesa, que supuso el fin del Antiguo Régimen, el de los absolutismos, y dio paso al Nuevo Régimen, el de las democracias constitucionales.
En tiempos de Pedro Romero el toreo era lidia, lucha pura contra una fiera a la que había que preparar para matarla, porque el objeto de la lidia era sólo la estocada. La puya y las banderillas sólo buscaban poner al toro en situación de dejarse cuadrar para la espada. El toreo de capote estaba destinado a ayudar al picador y a los banderilleros y no había faena de muleta, o sólo duraba un minuto.
A partir de Belmonte el toreo es arte, es una gimnasia espiritual para conseguir belleza. El capote y la muleta ganan su puesto y su protagonismo. La estocada pierde importancia. Lo que importa es la faena, sobre todo de muleta. Se busca, más que poderle a una fiera, convertirla en compañera para llegar a momentos donde se provoca la emoción y el público puede llegar a sentirse en la piel del torero. Por eso, a partir de Belmonte la faena de muleta se va alargando hasta llegar a los diez minutos de hoy.
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