viernes, 19 de agosto de 2022

Uta Geub, pintora

Uta Geub, pintora: “Plasmo al torero como artista que intenta sacar belleza del peligro”

Entrevistamos a la pintora alemana afincada en Sanlúcar, autora del cartel de la corrida magallánica


El 21 de agosto de este 2022 alcanza ya su cuarta edición la “corrida magallánica” que Carmelo García organiza para Sanlúcar de Barrameda, punto de arribada de Elcano en su vuelta al mundo hace quinientos años. Esa corrida se anuncia con un cartel elaborado por Uta Geub, pintora alemana afincada en Sanlúcar que, además, pinta la barrera de la plaza y colabora en el diseño de la alfombra de sal que esa fecha sirve de base para el espectáculo taurino.

Quedamos citados con la artista la noche en que se presentó el cartel y ahora acudimos puntuales a la puerta de la plaza de El Pino. Está en plena faena, con la camisa blanca recorrida de pinceladas de diversos colores, prueba de la labor en que está inmersa. Nos saludamos junto al busto de Limeño y le presentamos al maestro Pepe Osuna, que nos acompaña. Al poco, tras las fotos, sentados en el tendido de la coqueta plaza, iniciamos nuestra charla, de la que ofrecemos un resumen amplio a los lectores de elMira.es

¿Qué has puesto en el cartel y qué quieres transmitir?

He puesto la nao Victoria, una plaza de toros y un toro como yo los pinto. Quiero transmitir que se trata de un espectáculo donde el arte del torero va con mucho impacto visual. La alfombra de sal y las barreras, acompañadas de la peculiaridad de ir los toreros vestidos de época, todo encaja en el mensaje de que el trabajo de un torero y la vida de un marinero son un baile con la muerte.

¿Cómo se desarrolló tu infancia y cómo surgió tu afición a la pintura?

Nací en la Selva Negra y tuve pocos antecedentes; mi madre pintaba un poquito de hobby. Yo, desde chiquitita, tenía que pintar continuamente y en clase pintaba en la mesa, por lo que me echaban al pasillo, pero el director veía que me sabía la lección y no se trataba de falta de respeto al profesor.

¿Cómo fue tu formación pictórica?

Estudié Bellas Artes en Alemania, en Friburgo, aunque mis padres opinaban que la pintura no es un trabajo. Con veintidós años me fui de casa, trabajé en diferentes cosas y empecé a hacer algunas exposiciones, buscando un estilo propio. Lo encontré después de cumplir los cuarenta.

¿Qué pintores de la Historia de la Pintura te atraen?

Velázquez, Goya y Dalí. Luego, claro, la parte pop: Andy Warhol, Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Edward Hopper… Me fui a Estados Unidos y allí el pop-art era lo más grande que tenían. Sin embargo, donde me siento cómoda es en lo que hicieron los españoles, porque hablan de la realidad con un idioma propio, con personalidad; a diferencia del pop, no plasman lo que ven sino lo que entienden haber visto.

Háblanos de tu estilo, tus técnicas y tus soportes.

Cubismo pop, que es una mezcla de pop-art, del que me gusta el colorido, y de cubismo. Mi gran amor es el cubismo, la geometría, la profundidad, la tercera dimensión. Somos tres o cuatro en esa corriente. Como soporte, prefiero el lienzo y, como técnica, el acrílico; me inicié con el óleo pero huele mal y tarda mucho en secar.

¿Cómo te hiciste aficionada a los toros?

La primera corrida que vi fue una a beneficio de Afanas, en la que doné la imagen para el cartel. Cuando vi aquello, me impresionó. No sabía cómo digerirlo pero lo entendí como el arte que es. En mi obra el toro, no es necesario pintarlo. Plasmo al torero como yo lo veo, como artista que intenta sacar belleza del peligro. Así, me gusta José Tomás, pero veo que está arriba del todo, como atrapado; más no puede hacer y no sabe a dónde ir porque con lo que hace corre el peligro de bajar. También me gusta Roca Rey.

¿Cómo fue el traslado a España y por qué te asentaste en Sanlúcar?

Tenía claro que me alejaría de Alemania. Probé Estados Unidos, pero no; necesitaba un lugar con temperatura agradable. El lugar favorito era España y dentro de ella, Andalucía. Llegué a Marbella en los años noventa pero aquello empezó a subir y el destrozo urbanístico fue definitivo. Vine a la Costa de la Luz y vi que Sanlúcar tiene un tamaño considerable, con vida en verano y en invierno; tiene de todo.

¿Cómo es tu vida en un día normal?

Mi día a día está influido por mi hija, que tiene nueve años. Por lo demás, me tomo mi trabajo muy en serio, es mi vocación y pinto todo el tiempo. También atiendo los asuntos de oficina, la página web… Tengo la Insignia de Oro de Sanlúcar, lo que me hace sentir acogida. Vivo en el campo de golf pero no en una burbuja; me escapo al centro con frecuencia. Trato con la gente; ves cómo hablo al estilo sanluqueño. El diccionario y el periódico del principio los sustituí por la calle.

¿Dónde has expuesto?

Empecé en Alemania, en Stuttgart… En Estados Unidos hice una exposición en Carolina del Norte. En España he expuesto muchas veces, en Madrid, Sevilla, El Puerto, Jerez…

¿Has participado en concursos de pintura?

Sí, pero no en muchos, porque mi estilo me identifica y se sabe qué cuadro es mío aunque no lo firme. Por concurso he hecho carteles para las Fiestas de Primavera de Sevilla y para los carnavales de Chipiona y de Sanlúcar. En Osuna, con la plaza más bonita que he visto, gané el concurso para un cartel taurino.

¿Qué otros carteles taurinos ha hecho?

Tengo carteles hechos para Algeciras, Málaga o Córdoba. El cartel de Sanlúcar de ahora se lo propuse yo a Carmelo, porque es necesario renovar. El toro es de mi colección pero el barco lo he hecho especialmente para el cartel.

¿Qué otros temas abarca tu obra?

Toco todo. Me gustan los caballos, el polo, el golf. Cuando tuve problemas de salud pude prescindir de todo menos de pintar y decidí hacer lo que me diera la gana; inicié una serie de treinta y una obras que no encajan unas con otras salvo en la técnica y en la madurez de ejecución.

¿Qué torero te gusta repetir más en tus obras?

Empecé con José Tomás, seguí con Morante y ahora es Roca Rey; a partir de éste no veo otros toreros jóvenes que destaquen en movimientos propios. Quizás Padilla tuvo movimientos geniales pero era más espectacular que artístico. A Manzanares lo he pintado pero lo veo un poco rígido.

¿Tu estilo está consolidado o sigue en evolución? ¿Por qué línea vas a continuar?

Espero que siga en evolución siempre. Voy a profundizar más en el surrealismo. Quiero iniciar una serie de arte digital para tener sobre una tablet o sobre lienzo; serán dieciocho obras y voy por la número doce. Esta serie la voy a tener que destruir para que no exista la obra física y que la obra digital tenga todo el protagonismo.

¿Cómo vendes? ¿Cómo son tus clientes?

Tengo agente artístico y también vendo directamente, las dos cosas. El agente es español. Algunos clientes son conocidos. Toreros, no, porque no estoy muy convencida de acercarme a ellos; tienen que venir. Me compran muchos aficionados; toda la serie taurina la tengo vendida. Además, tengo muchos encargos taurinos, normalmente sobre algún torero concreto.

¿Hay cultura pictórica en el público de Sanlúcar y de la provincia de Cádiz?

De todo hay en la viña del Señor pero en general no la veo. En los centros culturales hay mucho enchufismo y poco conocimiento; se organizan exposiciones por compromisos personales, no por interés del arte.

¿Qué lugar ocupa la pintura taurina dentro de la Pintura?

Ha perdido espacio. Desde Goya ha bajado su importancia, incluso con Picasso. Botero me encanta pero hoy día la pintura taurina no tiene importancia entre los pintores jóvenes; no saben profundizar en la esencia del toreo, que es un baile con la muerte. No hay pintura que refleje lo que es el toreo; en ese sentido me siento muy sola.

¿Cómo está la pintura española actual dentro del panorama mundial?

Ya no tiene importancia la procedencia de los pintores. Si Barceló destaca no es por ser español sino por ser personal. La pintura española quizás todavía puede ser un punto de orientación para Hispanoamérica.

Compara la pintura española actual con la alemana.

La pintura alemana ha sido siempre analítica, opaca, seria, menos atrevida en el trazo, menos abierta a las emociones. La española es, como los españoles, abierta y despreocupada.

¿Qué cosas importantes has hecho en los últimos cinco años? ¿Qué has hecho en 2022? ¿Qué vas a hacer de aquí a fin de año?

He hecho una serie de treinta y una obras. La presenté en Jerez en noviembre del año pasado, en el concesionario Solera Motor, de manera diferente, sacando todos los Audi fuera, con caballetes individuales. En 2022 he hecho el cartel taurino de Algeciras y la serie NFT que dije antes y que terminaré en marzo más o menos; veremos a ver dónde la destruyo. Tengo también algún encargo pendiente de realizar.

Acabamos. ¿Cómo ves la fiesta de los toros en este momento? ¿Cómo defenderías a la fiesta delante de un extraño?

La fiesta tiene que coger un rumbo muy diferente; quizás tenga que desaparecer la muerte del toro. Es una pena que los que la critican no se preocupan de saber qué es lo que critican. Cualquier gallina que pone huevos cambiaría su vida por los cuatro o cinco años que un toro pasa en la dehesa casi como en el Paraíso. A un extraño no intentaría convencer pero sí le diría que no se puede criticar algo que no se conoce. Le diría: “Infórmate primero, vente a una dehesa y después vemos la vida de un torero; luego vamos al espectáculo, donde hay un baile con la muerte, e intenta disfrutar”. ¿Cómo se puede estar en contra de eso? La crítica antitaurina no tiene por dónde cogerse; es pura ignorancia.

Es hora de ir dejándolo. Hemos pasado un rato muy agradable, en la soledad de la plaza vacía, disfrutando de su arquitectura neomudéjar. Uta debe continuar con su labor para que el coso luzca esplendoroso el día de la magallánica con los miuras, a los que harán frente Manuel Escribano, Octavio Chacón y David Galván. Que acabe en triunfo, aunque el primero está ya conseguido, con el cartel del que se ha hecho cargo Uta Geub, pintora a la que volveremos a tratar más adelante con cualquiera de sus realizaciones.

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