viernes, 28 de octubre de 2022
lunes, 29 de agosto de 2022
¿Fotógrafos en la arena?
Después de que alguien se gasta un buen dinero en elaborar una alfombra de sal decorada con dibujos y adornos…
Después de que se utiliza la alfombra como un atractivo especial a la hora de hacer la publicidad de una corrida...
Después de que se pide a los toreros que se vistan de trajes conmemorativos y evocadores…
Después de que tú, aficionado, te animas a ir a una corrida también por el detalle de ver el ruedo decorado con la alfombra de sal y a los toreros vestidos de marineros renacentistas…
Ahora vas y te encuentras con el deplorable espectáculo de unos cuantos fotógrafos mosconeando delante de los toreros que ya están formados para iniciar el paseíllo.
Entonces ves que se rompe el cuadro, que se revienta la estética del que debería ser el momento más bello de la tarde, precisamente el paseíllo.
Están profanando con sus zapatos sucios esa alfombra de sal, elaborada con esmero durante una semana, o esa arena, alisada desde el día anterior, que sólo debe ser hollada por zapatillas valientes y pezuñas fieras. "Descálzate, Moisés, porque el suelo que vas a pisar es lugar sagrado".
En su minusculía, buscan su minuto de gloria. Anhelan alimentar su ego creando una situación en que ellos, con sus gestos, pueden decir a los demás espectadores: 'Ved qué poderoso soy, que hasta la figura más importante del toreo se me somete y aguanta mi presencia a centímetros de su cara hasta que a mí me da la gana. Si les tapo la vista a los del tendido, pues que se fastidien".
¿Y, después, queremos los aficionados decir que la corrida es un espectáculo artístico? ¿Que el toreo es un arte escenográfico?
¿Alguien se puede imaginar que ese bochorno se pueda dar en un espectáculo de ópera? ¿Por ejemplo, en el Teatro Real? ¿O en cualquier teatro de provincias?
Habrá algunos lectores (o muchos, quizás) que digan que esto es tema sin importancia y que qué más da. A ésos la respuesta a darles es que, así, ya sabemos cuál es el nivel del concepto que tienen sobre lo que debe ser el espectáculo de una corrida de toros. En ella, como de arte se trata, todo es importante; hasta el más pequeño detalle debe ser atendido con esmero, con delicadeza. Alguien decía, precisamente, que "el arte está en los detalles". Si nos olvidamos de esto, lo que más nos gusta se nos acabará yendo como agua entre los dedos.
¿Cuándo se va a poner fin a esta denigrante costumbre?
¿Quién es el responsable de parar este desaguisado? ¿El empresario? ¿El presidente?¿El delegado gubernativo?¿Los alguacilillos? Desde luego, el espectador sufriente, no.
¿Hemos dicho los alguacilillos? Sí, porque el reglamento establece bien claro que “Los alguacilillos ejercerán la función de despejar el ruedo tras la exhibición del pañuelo blanco por la Presidencia”. Despejar es hacer que en el ruedo no haya nadie que no vaya a actuar en el espectáculo. Claro que los fotógrafos mosconeantes dirán que ellos actúan en el espectáculo, porque ¡menudo espectáculo nos dan!
Para terminar, sólo queda comparar esta foto de Sanlúcar con esta otra foto de Lisboa, la ciudad por donde anduvo el representado en la alfombra de sal, y preguntar: ¿dónde, en cuál de los dos sitios, tendrá más futuro el espectáculo de una corrida de toros?
viernes, 19 de agosto de 2022
Uta Geub, pintora
Uta Geub, pintora: “Plasmo al torero como artista que intenta sacar belleza del peligro”
Entrevistamos a la pintora alemana afincada en Sanlúcar, autora del cartel de la corrida magallánica
El 21 de agosto de este 2022 alcanza ya su cuarta edición la “corrida magallánica” que Carmelo García organiza para Sanlúcar de Barrameda, punto de arribada de Elcano en su vuelta al mundo hace quinientos años. Esa corrida se anuncia con un cartel elaborado por Uta Geub, pintora alemana afincada en Sanlúcar que, además, pinta la barrera de la plaza y colabora en el diseño de la alfombra de sal que esa fecha sirve de base para el espectáculo taurino.
Quedamos citados con la artista la noche en que se presentó el cartel y ahora acudimos puntuales a la puerta de la plaza de El Pino. Está en plena faena, con la camisa blanca recorrida de pinceladas de diversos colores, prueba de la labor en que está inmersa. Nos saludamos junto al busto de Limeño y le presentamos al maestro Pepe Osuna, que nos acompaña. Al poco, tras las fotos, sentados en el tendido de la coqueta plaza, iniciamos nuestra charla, de la que ofrecemos un resumen amplio a los lectores de elMira.es
¿Qué has puesto en el cartel y qué quieres transmitir?
He puesto la nao Victoria, una plaza de toros y un toro como yo los pinto. Quiero transmitir que se trata de un espectáculo donde el arte del torero va con mucho impacto visual. La alfombra de sal y las barreras, acompañadas de la peculiaridad de ir los toreros vestidos de época, todo encaja en el mensaje de que el trabajo de un torero y la vida de un marinero son un baile con la muerte.
¿Cómo se desarrolló tu infancia y cómo surgió tu afición a la pintura?
Nací en la Selva Negra y tuve pocos antecedentes; mi madre pintaba un poquito de hobby. Yo, desde chiquitita, tenía que pintar continuamente y en clase pintaba en la mesa, por lo que me echaban al pasillo, pero el director veía que me sabía la lección y no se trataba de falta de respeto al profesor.
¿Cómo fue tu formación pictórica?
Estudié Bellas Artes en Alemania, en Friburgo, aunque mis padres opinaban que la pintura no es un trabajo. Con veintidós años me fui de casa, trabajé en diferentes cosas y empecé a hacer algunas exposiciones, buscando un estilo propio. Lo encontré después de cumplir los cuarenta.
¿Qué pintores de la Historia de la Pintura te atraen?
Velázquez, Goya y Dalí. Luego, claro, la parte pop: Andy Warhol, Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Edward Hopper… Me fui a Estados Unidos y allí el pop-art era lo más grande que tenían. Sin embargo, donde me siento cómoda es en lo que hicieron los españoles, porque hablan de la realidad con un idioma propio, con personalidad; a diferencia del pop, no plasman lo que ven sino lo que entienden haber visto.
Háblanos de tu estilo, tus técnicas y tus soportes.
Cubismo pop, que es una mezcla de pop-art, del que me gusta el colorido, y de cubismo. Mi gran amor es el cubismo, la geometría, la profundidad, la tercera dimensión. Somos tres o cuatro en esa corriente. Como soporte, prefiero el lienzo y, como técnica, el acrílico; me inicié con el óleo pero huele mal y tarda mucho en secar.
¿Cómo te hiciste aficionada a los toros?
La primera corrida que vi fue una a beneficio de Afanas, en la que doné la imagen para el cartel. Cuando vi aquello, me impresionó. No sabía cómo digerirlo pero lo entendí como el arte que es. En mi obra el toro, no es necesario pintarlo. Plasmo al torero como yo lo veo, como artista que intenta sacar belleza del peligro. Así, me gusta José Tomás, pero veo que está arriba del todo, como atrapado; más no puede hacer y no sabe a dónde ir porque con lo que hace corre el peligro de bajar. También me gusta Roca Rey.
¿Cómo fue el traslado a España y por qué te asentaste en Sanlúcar?
Tenía claro que me alejaría de Alemania. Probé Estados Unidos, pero no; necesitaba un lugar con temperatura agradable. El lugar favorito era España y dentro de ella, Andalucía. Llegué a Marbella en los años noventa pero aquello empezó a subir y el destrozo urbanístico fue definitivo. Vine a la Costa de la Luz y vi que Sanlúcar tiene un tamaño considerable, con vida en verano y en invierno; tiene de todo.
¿Cómo es tu vida en un día normal?
Mi día a día está influido por mi hija, que tiene nueve años. Por lo demás, me tomo mi trabajo muy en serio, es mi vocación y pinto todo el tiempo. También atiendo los asuntos de oficina, la página web… Tengo la Insignia de Oro de Sanlúcar, lo que me hace sentir acogida. Vivo en el campo de golf pero no en una burbuja; me escapo al centro con frecuencia. Trato con la gente; ves cómo hablo al estilo sanluqueño. El diccionario y el periódico del principio los sustituí por la calle.
¿Dónde has expuesto?
Empecé en Alemania, en Stuttgart… En Estados Unidos hice una exposición en Carolina del Norte. En España he expuesto muchas veces, en Madrid, Sevilla, El Puerto, Jerez…
¿Has participado en concursos de pintura?
Sí, pero no en muchos, porque mi estilo me identifica y se sabe qué cuadro es mío aunque no lo firme. Por concurso he hecho carteles para las Fiestas de Primavera de Sevilla y para los carnavales de Chipiona y de Sanlúcar. En Osuna, con la plaza más bonita que he visto, gané el concurso para un cartel taurino.
¿Qué otros carteles taurinos ha hecho?
Tengo carteles hechos para Algeciras, Málaga o Córdoba. El cartel de Sanlúcar de ahora se lo propuse yo a Carmelo, porque es necesario renovar. El toro es de mi colección pero el barco lo he hecho especialmente para el cartel.
¿Qué otros temas abarca tu obra?
Toco todo. Me gustan los caballos, el polo, el golf. Cuando tuve problemas de salud pude prescindir de todo menos de pintar y decidí hacer lo que me diera la gana; inicié una serie de treinta y una obras que no encajan unas con otras salvo en la técnica y en la madurez de ejecución.
¿Qué torero te gusta repetir más en tus obras?
Empecé con José Tomás, seguí con Morante y ahora es Roca Rey; a partir de éste no veo otros toreros jóvenes que destaquen en movimientos propios. Quizás Padilla tuvo movimientos geniales pero era más espectacular que artístico. A Manzanares lo he pintado pero lo veo un poco rígido.
¿Tu estilo está consolidado o sigue en evolución? ¿Por qué línea vas a continuar?
Espero que siga en evolución siempre. Voy a profundizar más en el surrealismo. Quiero iniciar una serie de arte digital para tener sobre una tablet o sobre lienzo; serán dieciocho obras y voy por la número doce. Esta serie la voy a tener que destruir para que no exista la obra física y que la obra digital tenga todo el protagonismo.
¿Cómo vendes? ¿Cómo son tus clientes?
Tengo agente artístico y también vendo directamente, las dos cosas. El agente es español. Algunos clientes son conocidos. Toreros, no, porque no estoy muy convencida de acercarme a ellos; tienen que venir. Me compran muchos aficionados; toda la serie taurina la tengo vendida. Además, tengo muchos encargos taurinos, normalmente sobre algún torero concreto.
¿Hay cultura pictórica en el público de Sanlúcar y de la provincia de Cádiz?
De todo hay en la viña del Señor pero en general no la veo. En los centros culturales hay mucho enchufismo y poco conocimiento; se organizan exposiciones por compromisos personales, no por interés del arte.
¿Qué lugar ocupa la pintura taurina dentro de la Pintura?
Ha perdido espacio. Desde Goya ha bajado su importancia, incluso con Picasso. Botero me encanta pero hoy día la pintura taurina no tiene importancia entre los pintores jóvenes; no saben profundizar en la esencia del toreo, que es un baile con la muerte. No hay pintura que refleje lo que es el toreo; en ese sentido me siento muy sola.
¿Cómo está la pintura española actual dentro del panorama mundial?
Ya no tiene importancia la procedencia de los pintores. Si Barceló destaca no es por ser español sino por ser personal. La pintura española quizás todavía puede ser un punto de orientación para Hispanoamérica.
Compara la pintura española actual con la alemana.
La pintura alemana ha sido siempre analítica, opaca, seria, menos atrevida en el trazo, menos abierta a las emociones. La española es, como los españoles, abierta y despreocupada.
¿Qué cosas importantes has hecho en los últimos cinco años? ¿Qué has hecho en 2022? ¿Qué vas a hacer de aquí a fin de año?
He hecho una serie de treinta y una obras. La presenté en Jerez en noviembre del año pasado, en el concesionario Solera Motor, de manera diferente, sacando todos los Audi fuera, con caballetes individuales. En 2022 he hecho el cartel taurino de Algeciras y la serie NFT que dije antes y que terminaré en marzo más o menos; veremos a ver dónde la destruyo. Tengo también algún encargo pendiente de realizar.
Acabamos. ¿Cómo ves la fiesta de los toros en este momento? ¿Cómo defenderías a la fiesta delante de un extraño?
La fiesta tiene que coger un rumbo muy diferente; quizás tenga que desaparecer la muerte del toro. Es una pena que los que la critican no se preocupan de saber qué es lo que critican. Cualquier gallina que pone huevos cambiaría su vida por los cuatro o cinco años que un toro pasa en la dehesa casi como en el Paraíso. A un extraño no intentaría convencer pero sí le diría que no se puede criticar algo que no se conoce. Le diría: “Infórmate primero, vente a una dehesa y después vemos la vida de un torero; luego vamos al espectáculo, donde hay un baile con la muerte, e intenta disfrutar”. ¿Cómo se puede estar en contra de eso? La crítica antitaurina no tiene por dónde cogerse; es pura ignorancia.
Es hora de ir dejándolo. Hemos pasado un rato muy agradable, en la soledad de la plaza vacía, disfrutando de su arquitectura neomudéjar. Uta debe continuar con su labor para que el coso luzca esplendoroso el día de la magallánica con los miuras, a los que harán frente Manuel Escribano, Octavio Chacón y David Galván. Que acabe en triunfo, aunque el primero está ya conseguido, con el cartel del que se ha hecho cargo Uta Geub, pintora a la que volveremos a tratar más adelante con cualquiera de sus realizaciones.
sábado, 13 de agosto de 2022
Sánchez Mejías y Granadino
Ignacio Sánchez Mejías nació el 6 de junio de 1891 en Sevilla, en la calle de la Palma hoy, Jesús del Gran Poder. Fue bautizado en la parroquia del barrio popular sevillano de San Lorenzo; el barrio donde nació Gustavo Adolfo Bécquer y llamada hoy del Jesús del Gran Poder. Era hijo del doctor José Antonio Sánchez Martínez, médico cirujano de la Beneficencia Municipal de Sevilla, y de su mujer, María de la Salud Mejías y Díaz, miembro de una familia burguesa sevillana. No se dedicó a los toros por hambre.
Los estudios de bachillerato los alterna con sus entrenamientos como torero, acompañando a Joselito, en la huerta El Lavadero. Cegado por la afición, se escapa de su casa, y con Enrique Ortega "el Cuco" marcha de polizón a Nueva York, donde no le dejan desembarcar. Por mediación de un hermano residente en México, consigue quedarse en Veracruz, donde trabaja en múltiples oficios... En 1911, después de regresar de México, actúa en España a las órdenes de Fermín Muñoz, Corchaíto y con él vuelve a América aquel invierno, haciendo la campaña de México. El 12 de marzo de 1913 torea en México una corrida mixta en la que actúa el sevillano Rerre como matador de cuatro toros e Ignacio como novillero frente a dos novillos. De vuelta a España trabaja a las órdenes de Cocherito de Bilbao y más tarde de Machaquito, destacando ya entonces su gran categoría de banderillero, suerte que ejecutaría siempre de gran manera.
Ignacio quiere ser torero y alternando con Luis Suárez Magritas, torea en Madrid el 7 de septiembre de 1913 una novillada del hierro de Fernando Villalón. Lidia varias novilladas la temporada siguiente y triunfando en la del 31 de abril de 1914 en Córdoba, con novillos de Miura, destacando en el sexto, que brinda a su antiguo jefe Machaquito, cuajando faena brillantísima.... El 21 de junio del mismo año hace su presentación en Sevilla, con novillos del hierro de Carvajal en un mano a mano con José García Alcalareño. Al entrar a matar fue cogido gravísimamente, con rotura de la vena femoral profunda, que hizo que su carrera como matador se resintiese, hasta el punto que en la temporada siguiente actúa como sobresaliente en México y en Bilbao. Ya recuperado totalmente de la grave cogida como banderillero está totalmente consagrado y aumenta su prestigio al actuar en las cuadrillas de Rafael el Gallo y de Joselito, con una hermana de los cuales contrae matrimonio. En los años siguientes sigue brillando como banderillero y peón de brega, singularmente con Joselito.
El 8 de agosto de 1918 reaparece en Sevilla como novillero; toreando varias novilladas más, y es cogido en Écija sin graves consecuencias... Tomó la alternativa en Barcelona, de manos de su ya cuñado Joselito y con Belmonte de testigo, el 16 de marzo de 1919, que le cedió la muerte del toro Buñolero, de los hijos de don Vicente Martínez, al que realizó una gran faena y del que cortó una oreja y saliendo a hombros. Confirmó la alternativa en Madrid el 5 de abril de 1920, con toros de la misma ganadería, con Joselito de nuevo de padrino y en presencia de Belmonte y Varelito... Aquel año de 1920 fue el de la muerte de Joselito, e Ignacio, que alternaba con su cuñado, tuvo que matar a Bailaor, el toro más famoso, trágicamente hablando, de toda la historia de la tauromaquia. En la temporada de 1920 toreó 90 corridas en España, y en México 19, compitiendo con el mexicano Gaona.
En el curso de 1928 a 1929 se matriculó en el Instituto de Educación Secundaria “La Rábida” de Huelva, con treinta y ocho años de edad, para terminar los estudios de Grado de Bachiller... El 25 de mayo de 1928 fue elegido 12º presidente del Real Betis Balompié, permaneciendo en el cargo hasta el 2 de septiembre de 1929. También tuvo un papel importante como mecenas de lo que luego se conocería como Generación del 27, algunos de cuyos miembros eran verdaderos aficionados a la tauromaquia y expertos taurinos. La primera vez que se reunieron sus componentes Federico García Lorca, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, entre otros, encuentro celebrado en el Ateneo de Sevilla en 1927 y que dio nombre a la generación, fue por iniciativa de Sánchez Mejías para conmemorar el 300 aniversario de la muerte de Góngora.
Separado siete años de los toros, en 1934 a la edad de 43 años, gordo, desentrenado y casi calvo, Sánchez Mejías decidió volver a los toros. Sus amigos no podían comprender la decisión. No le faltaba dinero y se había realizado, en una segunda carrera, como intelectual; había estrenado con éxito varias obras teatrales, daba conferencias literarias, estimulaba a poetas, ayudaba a volver a los escenarios a artistas olvidados del flamenco. Tenía, además, la aceptación y amistad de las más diversas esferas de la sociedad aristócratas, políticos e intelectuales como Lorca y Alberti. Reinicia su actividad en los ruedos y se presenta en Cádiz, San Sebastián, Santander, La Coruña y Murcia. Hasta su cita con el destino aquel lunes aquel triste del 13 de agosto de 1934 en Madrid, cuando falleció el torero Ignacio, literato y dramaturgo. El cadáver es conducido a Sevilla, siendo enterrado en la sepultura de su cuñado Joselito.
sábado, 30 de julio de 2022
Matar saliéndose de la suerte
Con estas dos fotos, tomadas en El Puerto de Santa María el 30 de julio de 2022, vemos cómo El Juli, a la hora de entrar a matar, se sale de la suerte.
Conforme avanza hacia el toro se va saliendo de la línea recta hacia su izquierda; nos lo dicen las dos líneas amarillas que unen sus pies con la pezuña derecha del toro. Por tanto no cumple el principio de "en corto y por derecho".
Para meter la espada no hace la cruz, es decir, no cruza los brazos. No necesita llevar la muleta con la mano izquierda hacia su derecha para vaciar la embestida porque es su cuerpo el que se va hacia su izquierda para pasar con menos riesgo el fielato del pitón.
Ambos movimientos son lo contrario de lo que exigía Rafael Ortega (el Rey de Espadas) para el toreo puro.
La espada puede acabar teniendo buena colocación pero ha sido puesta con mala (heterodoxa) ejecución.
jueves, 30 de junio de 2022
martes, 21 de junio de 2022
Plazas de toros y sus aforos
martes, 14 de junio de 2022
lunes, 13 de junio de 2022
sábado, 4 de junio de 2022
viernes, 27 de mayo de 2022
Fortuny 1: Picador herido
El cuadro "Picador herido", de Mariano Fortuny, es un óleo sobre lienzo pegado a aluminio de 140,7 cm x 80.5 cm. Fue pintado hacia el año 1867. Se conserva en el Museo Carmen Thyssen de Málaga.
Fortuny compartió amistad y afición por la tauromaquia con su cuñado Raimundo Madrazo. La fiesta de los toros apasionó al pintor, encandilado por sus valores plásticos e impresionado por la mezcla de color y drama ritual. En "Picador herido", y en otras obras taurinas, deja atrás el preciosismo para captar, con un agudo sentido del movimiento instantáneo, la sensación de fuerza bruta y dramatismo de los protagonistas
jueves, 26 de mayo de 2022
Fortuny 3: Brindis del espada en Sevilla
El cuadro "Brindis del espada en Sevilla", de Mariano Fortuny, es un óleo sobre lienzo de 100 x 67 cm. Fue pintado en 1868 y se conserva en la Galería Nacional de Escocia, en Edimburgo.
En 1868 Fortuny residió en Sevilla y asistió a algunas corridas en la Maestranza, la cual se identifica en esta obra gracias a la arquitectura, aspecto al que el pintor concede interés en comparación con otras obras de tema taurino. Aquí no muestra ningún aspecto dramático de la fiesta sino que se centra en una parte amable. La ausencia del toro permite al espectador fijar su mirada en el torero y en el cromatismo de su vestido de luces.
Por lo que se refiere a la técnica, cabe destacar el contraste de la pincelada rápida y empastada de la masa del público con la calidad del dibujo utilizado en las precisas líneas de las arquerías, captando el detalle de la construcción arquitectónica. Utilizó tonalidades oscuras que contrastan con el rojo y el sepia, y empleó una factura fluida. El público es representado mediante minúsculas pinceladas, de manera que hoy en día el cuadro podría ser descrito como impresionista.
El pintor llevó consigo esta pintura a su taller de Roma y participó en su venta en 1875. Fue adquirida por la Casa Goupil por más de 6.000 francos y después fue comprada por un coleccionista escocés antes de pasar a formar parte del Museo Nacional de Escocia.
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Fortuny 2: Corrida de toros
"Corrida de toros" de Mariano Fortuny es un óleo sobre lienzo, de 30 x 46 cm, pintado el año 1867 o el 1868. Se conserva en el Museo Nacional del Prado.
La escena sucede en Madrid, no en Sevilla, y, aunque el coso no se ha identificado con ninguno concreto, ha de tratarse de la antigua plaza de toros de la Puerta de Alcalá, que estuvo en funcionamiento entre 1749 y 1874. El cuadro no se centra en la descripción ni en el lado dramático de la corrida, como sí hacen otros cuadros del propio Fortuny; sí se interesa en el bullicio del público asistente pero los detalles propios del coso taurino carecen del protagonismo que sí presentan en el titulado "Plaza de toros de Sevilla" (colección particular), donde la arquitectura adquiere una mayor presencia.
En la pintura taurina de Fortuny, gran aficionado a los toros, tiene especial relevancia la suerte de varas, sobre todo el momento en que el toro ha entrado al caballo. Aquí el pintor prescinde de los monosabios y de los toreros subalternos, por lo que el picador aparece solo en el albero ante el toro. Era un modo poco usual en el siglo XIX y, de hecho, no fue plasmado por ningún otro pintor de ese siglo.
martes, 24 de mayo de 2022
Orejas recortadas o medio toro
En las últimas temporadas se ha podido comprobar cómo 𝗠𝗼𝗿𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗣𝘂𝗲𝗯𝗹𝗮 intenta recuperar las buenas formas del toreo de antes incluso en detalles que pueden ser considerados menores y que al público le pasan desapercibidos. A la hora de cortar las orejas como trofeo, su subalterno tiene orden de sacarlas pequeñas, como se hizo siempre.
Ello contrasta con la moda que se ha extendido últimamente de cortar apéndices que llevan detrás medio toro; ése es un descuido más de los que se tienen en el espectáculo que debería ser el más grandioso de España. Sí, grandioso por cuanto un hombre se juega la vida y a veces la pierde; ¡como para andar tonteando y quitándole importancia a todo!
Comparemos la imagen de Morante, que casi no puede ni prender los trofeos (delicadeza en un artista), con la de El Juli, que se lleva carne, diría Rafael de Paula, como para “montar una gandinga”.
domingo, 1 de mayo de 2022
Los alguacilillos retornan tras saludar
Me pregunta un amigo que por dónde vuelven los alguacilillos a caballo tras saludar al presidente, si por entre las dos rayas del ruedo o entre las tablas y la primera raya.
Las rayas, separadas tres metros entre sí, son cosa moderna, del siglo XX. La primera (la más próxima a tablas) aparece como obligatoria en el Reglamento de 1917 (aunque se venía usando esporádicamente con anterioridad); la segunda se impuso reglamentariamente en 1959, a impulso de Domingo Ortega (que la dibujaba en la plaza de su finca para los tentaderos). Como los alguacilillos existen desde mucho antes, la lógica nos dice que la vuelta tras el saludo al presidente no deberá tener en cuenta esas rayas que antes no existían. Además, si la función primigenia de los agentes de la autoridad era expulsar del ruedo a los paisanos, deberían ir pegados a tablas cerciorándose de que no quedaba nadie sin expulsar.
Aparte de usar la lógica (y seguir la costumbre, si es que hay) podemos buscar en los textos escritos para ver si dan respuesta.
El reglamento actual no dice nada al respecto. Se limita a señalar lo siguiente: “Los alguacilillos ejercerán la función, de conformidad con lo dispuesto en el presente Reglamento, así como con la tradición de cada plaza, de despejar el ruedo tras la exhibición del pañuelo blanco por la presidencia del espectáculo y realizar el paseíllo”.
La “Tauromaquia” de Pepe Hillo y la de Guerrita no dicen nada sobre la cuestión específica. El Cossío tampoco dice nada. Diversos tratados, como “Enciclopedia taurina” de Silva Aramburu, tampoco. ¿Encontraremos algo? Sí.
La “Tauromaquia completa” de Paquiro dice: “Hecho el despejo de la plaza y después de colocarse entre barreras los empleados y soldados que deben estar abajo para cuidar que nadie se eche a la plaza y que estén libres los burladeros donde se guarecerán los toreros harán éstos el saludo a las autoridades.”
El Reglamento de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María de 1880 dice: "Al hacer el presidente la señal para el despejo el público que ocupe el redondel lo abandonará inmediatamente dirigiéndose cada persona a su localidad respectiva y sin que nadie pueda permanecer entre barreras".
Viniendo a nuestros tiempos, Del Moral en “Cómo ver una corrida de toros” dice: “Los alguaciles cruzan el ruedo. Tras saludar destocados al presidente y corresponderles éste en pie, cada uno de ellos recorre junto a las tablas el semicírculo que separa el lugar donde saludaron de la puerta de cuadrillas.”
Fernández Román, en “Los toros contados con sencillez” dice. “Simulado el despejo los alguaciles rinden pleitesía a la suprema autoridad del espectáculo, el presidente. Después se van en busca de los toreros. En Madrid, si es corrida de toros, recorren el perímetro del redondel, junto a la barrera, en sentidos contrarios, hasta encontrarse en la puerta de cuadrillas; si se trata de novillada los alguaciles cruzarán el ruedo cabalgando uno junto a otro”.
Por último, Santi Ortiz en “El arte de ver toros” dice: “Dos caballeros cruzarán por el centro del ruedo hasta llegar bajo el palco de la presidencia. Son los alguacilillos realizando el despejo. Realizado el simulacro y tras saludar al usía, volverán a la puerta de cuadrillas circunvalando el ruedo al hilo de las tablas: cada uno por un lado si es corrida de toros; los dos juntos en caso de novillada”.
Consideramos, así, resuelta la cuestión planteada por el amigo arriba referido.
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sábado, 9 de abril de 2022
Nace la chicuelina
El 9 de abril de 1922 el pase de capote llamado "chicuelina" es creado por Manuel Jiménez Chicuelo en la plaza de toros de Valencia. El sevillano ejecutaba un quite a un toro de Guadalest que correspondía a Manuel Granero cuando al intentar un pase por delantales el capote se le enganchó en la chaquetilla y resolvió ejecutar una navarra pero girando en sentido contrario al avance del toro, saliendo un movimiento similar al molinete (pase que se hace con la muleta) pero con el capote.
Después, Chicuelo siguió ejecutando esa suerte y con motivo de una tarde en Barcelona el crítico Carrasclás, de la revista "El Toreo", escribió que hizo el quite que los aficionados ya llamaban "chicuelino". Si el quite se llamaba chicuelino, el pase se llamaría chicuelina.
domingo, 7 de noviembre de 2021
viernes, 29 de octubre de 2021
Ángel Cortellini: Francisco Montes
El pintor Ángel Cortellini (nacido en Sanlúcar de Barrameda) pintó dos retratos del torero Francisco Montes Paquiro. En realidad se trata de dos versiones de la misma escena. Recogen el momento en que el torero sale para la plaza y rechaza un vaso de vino que le ofrece una dama.
La primera versión, la más conocida, es la que se conserva en el Museo Thyssen de Málaga y se ejecutó en 1847 con el título "Francisco Montes Paquiro. Adiós al torero". Tiene unas dimensiones de 30 x 40 cm.
En la escena se ven cuatro figuras, el torero, el mozo de espadas y dos mujeres, todas dando frente al espectador. El torero tiene levanta la mano derecha en signo de rechazo al ofrecimiento.
El artista había pintado años antes, en 1843, un "Retrato de Francisco Montes en la plaza de la Maestranza de Sevilla", actualmente en paradero desconocido,
Cortellini pertenecía al grupo de pintores costumbristas andaluces. Llegó a ser nombrado pintor de la Real Cámara por el rey consorte Francisco de Asís Borbón.
martes, 14 de septiembre de 2021
Toreo vertical y toreo arqueado
Hay una clasificación sencilla de las formas de torear que nos dice mucho sobre el concepto del toreo que tiene cada torero. Esta clasificación comprende sólo dos tipos de toreo: el vertical y el arqueado.
El toreo vertical está inventado hace mucho. Tiene tres variantes: el que se hace tieso como un palo; el que se hace componiendo tanto que hay riesgo de partirse la espalda y, por último, el que busca la naturalidad del cuerpo, sin estridencias ni forzamiento.
El toreo arqueado no tiene antecedentes históricos. Se hace doblando gimnásticamente la parte superior del tronco hacia el lado de la muleta, adelantando el brazo a tope y alargando el viaje del toro hasta lo máximo pero en línea recta.
No expliquemos más; sólo veamos dos fotos. No hay que decir nombres, pero sí llamamos la atención sobre un detalle: en una foto las dos zapatillas están asentadas sobre la arena y en la otra, la pierna de entrada levanta el talón tanto que el pie está a punto de despegarse del suelo y quedar por completo en el aire.
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domingo, 8 de agosto de 2021
La capeína por Pablo Aguado
Vemos a Pablo Aguado ejecutando una capeína en El Puerto de Santa María el 8 de agosto de 2021. La capeína sirve como inicio de una serie, a desarrollar en los medios. Se parece, en su ejecución, al pase de las flores, pero se diferencian en que éste sirve como final de una serie.
viernes, 21 de mayo de 2021
Francisco Brines: dos citas
Francisco Brines ha fallecido el 20 de mayo de 2021. Académico de la Lengua, recibió el Premio Cervantes 2020.
Brines amaba la tauromaquia, su estética, su fuerza. Creía que los que buscan su abolición "son tontos". Recojamos dos citas suyas.
La primera: "La Fiesta es el espectáculo más bello y perfecto que han creado los españoles. Allá en la plaza, a ratos da la sensación de que el tiempo se ha detenido".
La segunda: “La emoción del riesgo es enteramente lícita y un componente importantísimo en el toreo, puesto que el peligro de la lidia es una realidad que no puede ni debe soslayarse. El día que éste disminuya sustancialmente nos encontraremos en el principio del fin de este sin par espectáculo.
No es el toro menos principal protagonista que el torero, y serán las modalidades y condiciones que aquél desarrolle en el ruedo las que marcarán el rumbo posible de la faena. Aunque será el torero quien, desde su clarividencia y sus cualidades, hará factible la acertada elección de la lidia, con sus pertinentes resultados.
De ahí que cuando contemplamos las fuerzas del animal disminuidas en exceso, cuando percibimos que todo su soberbio instinto está puesto al servicio de la exigua hazaña de poder mantenerse en pie, o cuando vemos humillada en él la gallardía de su especie, sólo es posible sentir el justo desvío ante aquellos falsificadores de la emoción.
Ni puede haber arte, ni dominio, ni valor en tales situaciones; y posibles tan sólo dos hermanados sentimientos: el de la vergüenza ante una representación tan bárbara, jactanciosa y mezquina, y el noble sentimiento de la piedad que en nosotros despierta cualquier ser inválido. Y cuando el sentimiento de la piedad aparece ya no es posible la presencia de ningún sentimiento estético. Nuestra nueva ética no estará ya fundida en la estética, como huéspedes de una misma naturaleza, sino disociada y enemiga.”
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miércoles, 19 de mayo de 2021
Goya 9: El arrastre
La obra "El arrastre" fue pintada por Goya en 1793, durante su estancia en Cádiz. La técnicas es óleo sobre hojalata; sus dimensiones son 43 cm por 32 cm.
La escena, enmarcable en la plaza de toros de Madrid, muestra a un grupo de mulillas guiadas por cuatro personas que sacan de la plaza al toro muerto, arrastrado por un grupo de mulas que adornadas con banderines y cintas de colores tiran de éste al son de los cascabeles, mientras el "respetable" comienza a levantarse de las gradas y a abrir las sombrillas. La obra está considerada como una de las más ejemplares de la serie, cuya técnica es más comprometida, tratándose además de la última escena que cierra la serie y así la visión final del conjunto. Pierre Gassier ha descrito este cuadro en los términos siguientes: “Observamos la habilidad de Goya para dar consistencia a su tema principal, tanto en el propio ruedo como entre el público. Le preocupa sobre todo no dejar el primer plano vacío por completo: un caballo muerto y un peón encargado sin duda de recuperar los arneses ocupan el ángulo inferior de la composición. Al fondo, los grupos de toreros parecen comentar la lidia delante de la barrera. En cuanto al público (el “respetable”, como se le suele llamar) una vez más Goya le da toda su densidad de muchedumbre multicolor con la ayuda de unos pequeños toques rápidos, aparentemente desordenados, pero, si los observamos de cerca, de una impresionante exactitud para tratarse de un formato de estas características: los sombreros oscuros de los hombres, las mantillas blancas de las mujeres y las sombrillas abiertas por completo, todo queda señalado, todo es verdad, pero sin que jamás el detalle predomine sobre el conjunto”.
La obra fue exhibida por primera vez en la exposición "Francisco de Goya, IV Centenario de la Capitalidad", celebrada en Madrid en 1961.
Este óleo sobre hojalata pertenece a la serie Tauromaquias. Según su amigo Moratín, Goya habría toreado durante su juventud. Es significativo que de los catorce pequeños óleos sobre hojalata que pinta con mayor libertad en el momento decisivo de su vida (tras su restablecimiento en Cádiz de la grave enfermedad contraída en Sevilla y por la que quedó aquejado de sordera), ocho sean tauromaquias.
En enero de 1794 la obra fue entregada a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en donde, según Xavier de Salas, estuvo presente durante un tiempo. Posteriormente pasó a la colección de los duques de Medinaceli. Las ocho tauromaquias son conocidas como la "Serie Torrecilla", por haber sido adquiridas seis de ellas por Manuel de Salabert y de Torres, VI Marqués de la Torrecilla, a Céan Bermúdez, quien, a su vez, las había comprado en la testamentaría de Leonardo Chopinot, procedentes de la colección de Francisco Bayeu. Esta serie comenzó a fragmentarse en la generación de Casilda de Salabert y Arteaga, IX Marquesa de la Torrecilla y esposa de Luis María Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, XVI Duque de Medinaceli, razón por la cual a la actual Duquesa de este título sólo le le llegó este cuadro de los seis.
martes, 11 de mayo de 2021
Pepe-Hillo
JOSÉ DELGADO "PEPE-HILLO".
lunes, 10 de mayo de 2021
Felipe González en los toros
En esta foto
vemos a Felipe González, que fuera secretario general del PSOE y presidente de Gobierno de España, presenciando una corrida de toros en La Maestranza de Sevilla. Le acompaña Luis Yáñez, destacado socialista.
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domingo, 18 de abril de 2021
Francisco Hohenleiter: "El patio de cuadrillas de la Plaza de Piedra de Ronda"
"El patio de cuadrillas de la Plaza de Piedra de Ronda" fue pintado por el gaditano Francisco Hohenleiter en 1947.

Representa el momento previo de una corrida en el patio de cuadrillas de la Plaza de Toros de Ronda.
Se ven picadores a caballo, peones de la cuadrilla poniéndose el capote de paseo, un mozo sujetando varios perros y una conversación de un noble y una dama con un torero, que puede ser José Romero según el retrato de Francisco de Goya conservado en el museo de arte de Filadelfia.
Hohenleiter nació en 1889 y estudió en la Escuela de Arte de Cádiz. En 1918 se trasladó a Sevilla donde llevó a cabo su carrera y falleció en 1968. Su obra es básicamente costumbrista con influencias modernistas.
El cuadro que comentamos pertenece a la Real Maestranza de Caballería de Ronda.
sábado, 27 de marzo de 2021
Jerez y su corrida concurso
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