de Trespalacios (1) -de la que salió Sánchez Cobaleda, con su rama de “Barcial” o “patas blancas”, hoy “Monteviejo” (2)- y de Concha y Sierra (3).
(1) Sobre el año 1870 don Jacinto Trespalacios, de Trujillo, adquirió para su hierro (de una J y una T y como divisa los colores verde y encarnado) un buen lote de vacas del Duque de Veragua, a las que puso un toro de Murube. La vacada de Trespalacios rayó a gran altura, pues sus toros, generalmente bien terciados y de capas claras, se distinguían de ordinario no sólo por su trapío y bravura, sino por la extraordinaria nobleza que demostraban a lo largo de su lidia. Al morir don Jacinto heredó la ganadería su sobrino, el Conde de Trespalacios, en cuyas manos mejoraron los caracteres raciales de la reses, acrecentando la fama de la divisa. Después de correrse los toros, a nombre del Conde, en mumerosas plazas, se anunciaron por primera vez en la de Madrid, para la inaguración de la temporada de 1909. Los toros del Conde de Trespalacios tuvieron un época esplendorosa jugándose en las principales plazas, por los más reputados toreros, a los que en muchas ocasiones proporcionaron señalados triunfos. A pesar del volumen de estos toros los ases los preferían a otros de menor corpulencia, solicitándolos con frecuencia por lo fáciles que resultaban en la lidia. En las postrimerías del mes de noviembre de 1912 adquirió la vacada del Conde de Trespalacios el salmantino don Matías Sánchez Cobaleda, a cuyo nombre se lidiaron los toros por primera vez en la plaza de Madrid el día 2 de mayo de 1915. A la muerte de don Matías, ocurrida el 6 de enero de 1929, la vacada se repartió entre su viuda doña Juana Sánchez Blanco, y sus hijos don Arturo, don Antonio, don Angel y don Ignacio Sánchez y Sánchez, correspondiendo a este último el hierro y la divisa.
(2) Del mismo origen que la vacada de Manuel Sánchez Cobaleda es la de Arturo S.C. Ésta se dividió en varias partes; una de ellas pasó a Jesús S.C. De éste procede la ganadería de “Barcial”, recientemente adquirida por Victorino Martín que la lidia a nombre de “Monteviejo”.
(3) Según el Cossío, Francisco Taviel de Andrade había adquirido ganado de la testamentaría de don Vicente José Vázquez. En 1.873 lo vendió a Fernando Concha y Sierra, que con él fundó ganadería en Sevilla. y le agregó reses de los señores de Castrillón, de Vejer e la Frontera, con resultados satisfactorios. A la muerte de don Fernando, una parte de la ganadería la adquirieron los marqueses de Villamarta y la más importante, con hierro, divisa y antigüedad, la heredó primero su viuda y luego su hija doña Concepción. Según la revista “Aplausos”, más tarde, los sobrinos de ésta, Joaquín y Juan de Dios Pareja Obregón, heredaron la ganadería en 1.966. Tras pasar por Martín Berrocal y Litri padre, desde 1.994 pertenece a “María Luisa S.A.. Sociedad Agropecuaria”, regida por José Luis García Palacios en “El Campillo” de Gibraleón. Según un cartel del Museo Taurino de Jerez de la Frontera, en esta ciudad, en la festividad de Santiago de 1.888 se lidiaron toros de la ganadería de don Joaquín de la Concha y Sierra, que data desde 1.840, hoy de su sobrino don Joaquín Pérez de la Concha, vecino de Sevilla, que la posee en su totalidad desde 1.862.
jueves, 31 de enero de 2019
Castas Bravas (9): casta Vázquez (IV)
Esta lista o serie de lo vazqueño debe comenzarse con las ganaderías de Veragua -la mayor parte de la cual fue adquirida en 1.930 por Juan Pedro Domecq y Villavicencio (1), que originó a Osborne (2), de la que salió Núñez del Cuvillo (3) y luego acabó eliminando lo que era vázquez puro para quedarse sólo con lo vistahermosa-,
(1) Bien avanzada la segunda mitad del siglo XVIII, el rico hacendado sevillano Vicente José Vázquez comenzó a formar esta ganadería con reses del marqués de Casa Ulloa y del señor Becker, vecinos de Utrera, y otras pertenecientes a José Rafael Cabrera. No contento el señor Vázquez, a pesar de los inmejorables elementos que logró reunir, y suponiendo que aunque los toros que él criase poseyeran el tamaño y corpulencia de los de Cabrera, la fuerza y peligrosas intenciones de los becker y el nervio de los ulloa, les faltaría la condición y nobleza que caracterizan a los de Vistahermosa, que también pastaban en término de Utrera, propúsose adquirir reses de este señor, lo que logró tras grandes esfuerzos, por negarse al principio el de Vistahermosa a vendérselas. De la mezcla de sangre de sus reses con las del conde obtuvo como resultado un tipo de toro poderoso , bravo y noble, y diferente en su estructura y pinta a cuantos por aquélla época existían, que dio origen a la que se denominó “casta vazqueña”, muy solicitada, y que hoy día, especialmente en la ganadería de que hablamos, subsiste en toda su integridad. Al morir Vázquez, adquirió gran parte de sus reses don Fernando Criado Freire para el rey Fernando VII, que las instaló en la misma finca de Aranjuez donde antes pastó la vacada de Felipe IV; en 1.831 se nombró director de la Real Vacada al ganadero Manuel Gaviria, que ordenó se echaran a las vacas, además de los toros vazqueños, seis de su ganadería y cuatro de la de Julio Fuentes, de Moralzarzal. A los dos años de la muerte de Fernando VII la reina determinó enajenar la ganadería, adquiriéndola los duques de Osuna y de Veragua. Los nuevos propietarios extirparon todas las hembras de procedencia no vazqueña y a ninguno de los muchos hijos de éstas se les destinó a la reproducción, acabando así con la parte impura de la vacada. En 1.849 quedó como único dueño el duque de Veragua. (El pintor Nicolás Ruiz de Valdivia

representó "La ganadería del Duque de Veragua" en un cuadro conservado en la Maestranza de Sevilla)
Del duque la heredó en 1.866 su hijo Cristóbal Colón Aguilera, del que la adquirió por compra en 1.927 Manuel Martín Alonso, de Alameda de la Sagra (Toledo), que la vendió en 1.930 al señor Domecq, el cual la trasladó a Jerez de la Frontera y añadió a la ganadería veragüeña dos lotes de eralas y cuatro sementales (Llorón, Bodeguero, Chucero y Carabello) del Conde de la Corte. La antigüedad en la plaza de Madrid es de 2 de agosto de 1.790.
(2) Por división de la ganadería de Juan Pedro Domecq Villavicencio, antes Veragua, uno de los lotes correspondió a Pedro Domecq Díez, que en 1946 se lo vendió a Luis de la Calle, y éste, en 1948, a Antonio Jiménez Jiménez, de quién en 1952 lo adquirió José Luis Osborne Vázquez, que varió el hierro (conservando la divisa, verde y blanca). Durante los años que estuvo en poder de Pedro Domecq Díez fue cruzada con reses de Mora Figueroa y Conde de la Corte. Se recuerdan los ejemplares “Regatillo”, indultado en Jerez el 1.964, y el ensabanado “Atrevido”, lidiado por Antoñete en 1966. Hoy la regenta Emilio González San Román Osborne, en las fincas sevillanas de “Puerto Acebuche” (Castillo de las Guardas) y “Escardiel” (Castilblanco de los Arroyos). Una derivación es la ganadería de Rosario Osborne Domecq.
(3) Por dividirse la ganadería de Flores Albarrán un lote correspondió a Francisca Flores, que en 1.957 lo vendió a los hermanos Osborne Domecq, que variaron el hierro y eliminaron lo anterior formando ganadería con vacas y sementales de José Luis Osborne Vázquez. En 1.982 la vendieron a Joaquín Núñez del Cuvillo, quien varió el hierro anterior y agregó varias puntas de vacas y sementales de Juan Pedro, Marqués de Domecq, Sayalero y Bandrés y Torrealta, por lo que en la actualidad está formada por cinco ramas procedentes, todas ellas, del Marqués de Tamarón, a partir de las cuales en estos veinte años ha formado su propio encaste en “El Grullo”.
(1) Bien avanzada la segunda mitad del siglo XVIII, el rico hacendado sevillano Vicente José Vázquez comenzó a formar esta ganadería con reses del marqués de Casa Ulloa y del señor Becker, vecinos de Utrera, y otras pertenecientes a José Rafael Cabrera. No contento el señor Vázquez, a pesar de los inmejorables elementos que logró reunir, y suponiendo que aunque los toros que él criase poseyeran el tamaño y corpulencia de los de Cabrera, la fuerza y peligrosas intenciones de los becker y el nervio de los ulloa, les faltaría la condición y nobleza que caracterizan a los de Vistahermosa, que también pastaban en término de Utrera, propúsose adquirir reses de este señor, lo que logró tras grandes esfuerzos, por negarse al principio el de Vistahermosa a vendérselas. De la mezcla de sangre de sus reses con las del conde obtuvo como resultado un tipo de toro poderoso , bravo y noble, y diferente en su estructura y pinta a cuantos por aquélla época existían, que dio origen a la que se denominó “casta vazqueña”, muy solicitada, y que hoy día, especialmente en la ganadería de que hablamos, subsiste en toda su integridad. Al morir Vázquez, adquirió gran parte de sus reses don Fernando Criado Freire para el rey Fernando VII, que las instaló en la misma finca de Aranjuez donde antes pastó la vacada de Felipe IV; en 1.831 se nombró director de la Real Vacada al ganadero Manuel Gaviria, que ordenó se echaran a las vacas, además de los toros vazqueños, seis de su ganadería y cuatro de la de Julio Fuentes, de Moralzarzal. A los dos años de la muerte de Fernando VII la reina determinó enajenar la ganadería, adquiriéndola los duques de Osuna y de Veragua. Los nuevos propietarios extirparon todas las hembras de procedencia no vazqueña y a ninguno de los muchos hijos de éstas se les destinó a la reproducción, acabando así con la parte impura de la vacada. En 1.849 quedó como único dueño el duque de Veragua. (El pintor Nicolás Ruiz de Valdivia
representó "La ganadería del Duque de Veragua" en un cuadro conservado en la Maestranza de Sevilla)
Del duque la heredó en 1.866 su hijo Cristóbal Colón Aguilera, del que la adquirió por compra en 1.927 Manuel Martín Alonso, de Alameda de la Sagra (Toledo), que la vendió en 1.930 al señor Domecq, el cual la trasladó a Jerez de la Frontera y añadió a la ganadería veragüeña dos lotes de eralas y cuatro sementales (Llorón, Bodeguero, Chucero y Carabello) del Conde de la Corte. La antigüedad en la plaza de Madrid es de 2 de agosto de 1.790.
(2) Por división de la ganadería de Juan Pedro Domecq Villavicencio, antes Veragua, uno de los lotes correspondió a Pedro Domecq Díez, que en 1946 se lo vendió a Luis de la Calle, y éste, en 1948, a Antonio Jiménez Jiménez, de quién en 1952 lo adquirió José Luis Osborne Vázquez, que varió el hierro (conservando la divisa, verde y blanca). Durante los años que estuvo en poder de Pedro Domecq Díez fue cruzada con reses de Mora Figueroa y Conde de la Corte. Se recuerdan los ejemplares “Regatillo”, indultado en Jerez el 1.964, y el ensabanado “Atrevido”, lidiado por Antoñete en 1966. Hoy la regenta Emilio González San Román Osborne, en las fincas sevillanas de “Puerto Acebuche” (Castillo de las Guardas) y “Escardiel” (Castilblanco de los Arroyos). Una derivación es la ganadería de Rosario Osborne Domecq.
(3) Por dividirse la ganadería de Flores Albarrán un lote correspondió a Francisca Flores, que en 1.957 lo vendió a los hermanos Osborne Domecq, que variaron el hierro y eliminaron lo anterior formando ganadería con vacas y sementales de José Luis Osborne Vázquez. En 1.982 la vendieron a Joaquín Núñez del Cuvillo, quien varió el hierro anterior y agregó varias puntas de vacas y sementales de Juan Pedro, Marqués de Domecq, Sayalero y Bandrés y Torrealta, por lo que en la actualidad está formada por cinco ramas procedentes, todas ellas, del Marqués de Tamarón, a partir de las cuales en estos veinte años ha formado su propio encaste en “El Grullo”.
Castas Bravas (8): casta Vázquez (III)
Continúa la serie vazqueña con Benítez Cubero (1), Maricarmen Camacho –procedente de Curro Chica- (2), Salvador Domecq (3) Guadalest (4) –de la que ha salido Arucci (5)- y Prieto de la Cal (6).
(1) Don José Benítez Cubero, en su cortijo marchenero de “Los Ojuelos”, posee el hierro de su propio nombre y desde 1.935 el de Pallarés, de gran antigüedad. Éste se formó con un núcleo sacado del cruce de Vázquez y Vistahermosa que realizó el cura Hidalgo Barquero, al que más tarde José Domecq le añadió algo de Surga (cruce de casta vazqueña y encaste murubeño) y luego cuatro sementales de Tamarón (éste encaste es el que ha impuesto la capa negra como dominante en la ganadería)
(2) En 1.850 la ganadería de “Duque de Braganza” se formó con reses de Veragua y sementales de Ibarra. En 1.910 fue adquirida por Antonio Flores Íñiguez (que marcó antigüedad), en 1.929 por Ramón Ortega Velázquez y en 1.940 por Francisco Chica Navarro. A la muerte de éste, la ganadería se dividió en dos partes y una de ellas fue comprada en 1.956 por Francisca García Villalón, la cual le añadió en 1.965 un lote de su marido Manuel Camacho. En 1.968 se incrementa con reses de Carlos Núñez. Desde 1.984 se anuncia a nombre de Maricarmen Camacho y pasta en “La Quinta” de Medina-Sidonia.
(3) El hierro de Salvador Domecq procede de la parte que correspondió a Ricardo Calderón Alcalde en la división de la vacada de José Enrique Calderón, adquirida por Salvador Algarra del Castillo, que la aumentó con hembras de Cllmente Tassara (oriundas de Villamarta). Salvador Domecq sustituyó esas vacas por otras de su hermano Juan Pedro Domecq y Díez.
(4) En 1.843 Diego Hidalgo Barquero formó ganadería cruzando reses de casta vazqueña y vistahermosa; en 1.850 pasó a Ramón Romero, que añadió reses de Cabrera. La compró el marqués de Guadalest, que puso al hierro la corona. En 1.986 la adquieren los hermanos Domecq, que le añaden cien vacas de Torrestrella; en 1.990 la venden a Manuel Barrón, que en 1.997 invierte el diseño del hierro. En 2.002 la compra Fernando Sánchez.
(5) La ganadería que en 1.942 formó Juan Sánchez Tabernero pasó a Francisco Ramírez, del cual una parte fue adquirida en 1.960 por Miguel Higuero, que varía el hierro y sustituye todo lo anterior por ganado de Juan Antonio Álvarez (procedencia Contreras). En 1.992 la compra Miguel Ángel González, que la anuncia Arucci, y le añade reses murubeñas de Campos Peña. Por otro lado compra reses de Guadalest, que mantiene por separado, en la finca “Álamo” de Aroche.
(6) En 1.935 Martín Alonso vendió la ganadería al torero Marcial Lalanda, que la puso a nombre de su esposa.Ésta añadió hembras y un semental procedentes de Albaserrada. En 1.945 la vendió a Tomás Prieto de la Cal, quien eliminó lo que tenía y metió reses de origen Veragua compradas a José Enrique Calderón. Después ha añadido algo de Torrestrella y de Algarra (reforzando lo veragüeño); por ello abunda la capa jabonera en su finca “La Ruiza” de San Juan del Puerto.
(1) Don José Benítez Cubero, en su cortijo marchenero de “Los Ojuelos”, posee el hierro de su propio nombre y desde 1.935 el de Pallarés, de gran antigüedad. Éste se formó con un núcleo sacado del cruce de Vázquez y Vistahermosa que realizó el cura Hidalgo Barquero, al que más tarde José Domecq le añadió algo de Surga (cruce de casta vazqueña y encaste murubeño) y luego cuatro sementales de Tamarón (éste encaste es el que ha impuesto la capa negra como dominante en la ganadería)
(2) En 1.850 la ganadería de “Duque de Braganza” se formó con reses de Veragua y sementales de Ibarra. En 1.910 fue adquirida por Antonio Flores Íñiguez (que marcó antigüedad), en 1.929 por Ramón Ortega Velázquez y en 1.940 por Francisco Chica Navarro. A la muerte de éste, la ganadería se dividió en dos partes y una de ellas fue comprada en 1.956 por Francisca García Villalón, la cual le añadió en 1.965 un lote de su marido Manuel Camacho. En 1.968 se incrementa con reses de Carlos Núñez. Desde 1.984 se anuncia a nombre de Maricarmen Camacho y pasta en “La Quinta” de Medina-Sidonia.
(3) El hierro de Salvador Domecq procede de la parte que correspondió a Ricardo Calderón Alcalde en la división de la vacada de José Enrique Calderón, adquirida por Salvador Algarra del Castillo, que la aumentó con hembras de Cllmente Tassara (oriundas de Villamarta). Salvador Domecq sustituyó esas vacas por otras de su hermano Juan Pedro Domecq y Díez.
(4) En 1.843 Diego Hidalgo Barquero formó ganadería cruzando reses de casta vazqueña y vistahermosa; en 1.850 pasó a Ramón Romero, que añadió reses de Cabrera. La compró el marqués de Guadalest, que puso al hierro la corona. En 1.986 la adquieren los hermanos Domecq, que le añaden cien vacas de Torrestrella; en 1.990 la venden a Manuel Barrón, que en 1.997 invierte el diseño del hierro. En 2.002 la compra Fernando Sánchez.
(5) La ganadería que en 1.942 formó Juan Sánchez Tabernero pasó a Francisco Ramírez, del cual una parte fue adquirida en 1.960 por Miguel Higuero, que varía el hierro y sustituye todo lo anterior por ganado de Juan Antonio Álvarez (procedencia Contreras). En 1.992 la compra Miguel Ángel González, que la anuncia Arucci, y le añade reses murubeñas de Campos Peña. Por otro lado compra reses de Guadalest, que mantiene por separado, en la finca “Álamo” de Aroche.
(6) En 1.935 Martín Alonso vendió la ganadería al torero Marcial Lalanda, que la puso a nombre de su esposa.Ésta añadió hembras y un semental procedentes de Albaserrada. En 1.945 la vendió a Tomás Prieto de la Cal, quien eliminó lo que tenía y metió reses de origen Veragua compradas a José Enrique Calderón. Después ha añadido algo de Torrestrella y de Algarra (reforzando lo veragüeño); por ello abunda la capa jabonera en su finca “La Ruiza” de San Juan del Puerto.
Castas Bravas (7): casta Vázquez (II)
Ha dado lugar, después de recibir sangre de Vistahermosa, a una serie de ganaderías de las que tienen siempre garantizado el éxito. Destaca en esta serie Torrestrella (1) –de la que han salido Cebada Gago (2), “Los Toreros” de Juan Hidalgo (3), Laurentino Carrasco (con aportación de Hnos. Sampedro) y Torrealta (4); y de ésta, Sancho Dávila-
(1) En 1.951 Álvaro Domecq formó ganadería con reses de Carlos Núñez, de Francisco (Curro) Chica (con sangre de Veragua y de Ibarra) y de Prieto de la Cal (sangre vazqueña). Primeramente se anunciaba como “Valcargado”; luego añadió algo de Jandilla (procedencia Tamarón) para girar desde 1.957 como “Torrestrella”. Se le calcula un 3% de sangre Veragua por vía Jandilla y un 3% de sangre Veragua por vía Chica-Prieto de la Cal.
(2) José Cebada Gago en 1964 formó ganadería para su finca “Las Zorreras” de Medina-Sidonia con reses de Torrestrella, a las que añadió un semental de Carlos Núñez y luego reses de Jandilla; a partir de ahí fue seleccionando hasta alcanzar el carácter duro que ahora caracteriza a sus toros.
(3) Juan Hidalgo compró reses de Torrestrella y de Juan Pedro Domecq y con ellas formó la ganadería de “Los Toreros”, que pasta en la finca de “La Rejaquera”, en Castilblanco de los Arroyos.
(4) La ganadería de Torrealta se ha formado con hierro procedente de Márquez Martín (luego Lacave) y ahora pertenece a la sociedad “Dehesa El Toñanejo SL”, regentada por Borja Prado; sus reses proceden de Torrestrella, de María Isabel Ibarra, de Marqués de Domecq y de Jandilla, y pastan en “El Toñanejo” y “La Alquería”, en Medina-Sidonia.
(1) En 1.951 Álvaro Domecq formó ganadería con reses de Carlos Núñez, de Francisco (Curro) Chica (con sangre de Veragua y de Ibarra) y de Prieto de la Cal (sangre vazqueña). Primeramente se anunciaba como “Valcargado”; luego añadió algo de Jandilla (procedencia Tamarón) para girar desde 1.957 como “Torrestrella”. Se le calcula un 3% de sangre Veragua por vía Jandilla y un 3% de sangre Veragua por vía Chica-Prieto de la Cal.
(2) José Cebada Gago en 1964 formó ganadería para su finca “Las Zorreras” de Medina-Sidonia con reses de Torrestrella, a las que añadió un semental de Carlos Núñez y luego reses de Jandilla; a partir de ahí fue seleccionando hasta alcanzar el carácter duro que ahora caracteriza a sus toros.
(3) Juan Hidalgo compró reses de Torrestrella y de Juan Pedro Domecq y con ellas formó la ganadería de “Los Toreros”, que pasta en la finca de “La Rejaquera”, en Castilblanco de los Arroyos.
(4) La ganadería de Torrealta se ha formado con hierro procedente de Márquez Martín (luego Lacave) y ahora pertenece a la sociedad “Dehesa El Toñanejo SL”, regentada por Borja Prado; sus reses proceden de Torrestrella, de María Isabel Ibarra, de Marqués de Domecq y de Jandilla, y pastan en “El Toñanejo” y “La Alquería”, en Medina-Sidonia.
Castas Bravas (6): casta Vázquez (I)
6.La casta Vázquez se formó reuniendo los mejores ejemplares de las ganaderías existentes en Utrera, incluyendo elementos de Raso del Portillo, de Cabrera y de la Cartuja (1); presenta gran variedad de tipos y pelos, con patas cortas, pechos anchos y bien armados. Emotivos en varas, se aploman pronto en la muleta.
(1)Los monjes cartujos de Jerez recibían, en concepto de diezmos, toros y vacas de diversos ganaderos y con el tiempo fueron unificando las distintas estirpes hasta configurar su ganadería aunque las capas lógicamente resultaban muy variadas; pronto empezaron a recibir peticiones de reses por los organizadores de espectáculos taurinos. A principios del siglo XVII ya tenían toros bravos, criados como tales, con lo que los cartujos se convirtieron en unos de los primeros ganaderos modernos.
A mediados del siglo XVIII los cartujos regalaron ganado a sus hermanos de las Cartujas de Sevilla y de El Paular y asimismo a los dominicos de Jerez; éstos lidiaron por primera vez en El Puerto de Santa María en 1.775 mientras que los cartujos se presentaron en Madrid en 1.792, con divisa verde, sustituída luego por la negra. Pablo Romero y Miura tienen ascendencia cartujana.
(1)Los monjes cartujos de Jerez recibían, en concepto de diezmos, toros y vacas de diversos ganaderos y con el tiempo fueron unificando las distintas estirpes hasta configurar su ganadería aunque las capas lógicamente resultaban muy variadas; pronto empezaron a recibir peticiones de reses por los organizadores de espectáculos taurinos. A principios del siglo XVII ya tenían toros bravos, criados como tales, con lo que los cartujos se convirtieron en unos de los primeros ganaderos modernos.
A mediados del siglo XVIII los cartujos regalaron ganado a sus hermanos de las Cartujas de Sevilla y de El Paular y asimismo a los dominicos de Jerez; éstos lidiaron por primera vez en El Puerto de Santa María en 1.775 mientras que los cartujos se presentaron en Madrid en 1.792, con divisa verde, sustituída luego por la negra. Pablo Romero y Miura tienen ascendencia cartujana.
Castas Bravas (5): casta Gallardo
5.La casta Gallardo se formó en El Puerto de Santa María. Se mantiene, aunque mezclada, en la ganadería de Partido de Resina -antes Pablo Romero- (1); también hay algo en Ramón Sorando (2).
(1) Rafael José Barbero creó su propia vacada con vacas jijonas y sementales de Cabrera; luego añadió reses del duque de San Lorenzo (oriundas de los Gallardo, del Puerto de Santa María) ) y otras de Benjumea (de casta vazqueña). Esta ganadería, así formada, la vendió en 1.870 a Rafael Laffitte y Castro. Éste la vendió en 1.885 a Carlos Conradi, quien el mismo año la vendió a Felipe de Pablo-Romero y Llorente, que se presentó en Madrid en 1.888. De éste pasó a sus nietos José Luis y Felipe de Pablo-Romero Artaloitia. Al fallecer en 1.944 Felipe, su hermano y sus hijos quedaron al cargo de la ganadería. Al pasar a la siguiente generación, con muchos dueños por medio, pasó una etapa de crisis, terminada con la venta a la sociedad “Partido de Resina”, que toma el nombre de la finca de Sanlúcar la Mayor.
(2) Con vacas de Félix Gómez y de Aleas y con sementales de Saltillo y de Pablo Romero, el Marqués de Melgarejo fundó ganadería, que en 1.948 fue vendida a Ramón Sorando.
(1) Rafael José Barbero creó su propia vacada con vacas jijonas y sementales de Cabrera; luego añadió reses del duque de San Lorenzo (oriundas de los Gallardo, del Puerto de Santa María) ) y otras de Benjumea (de casta vazqueña). Esta ganadería, así formada, la vendió en 1.870 a Rafael Laffitte y Castro. Éste la vendió en 1.885 a Carlos Conradi, quien el mismo año la vendió a Felipe de Pablo-Romero y Llorente, que se presentó en Madrid en 1.888. De éste pasó a sus nietos José Luis y Felipe de Pablo-Romero Artaloitia. Al fallecer en 1.944 Felipe, su hermano y sus hijos quedaron al cargo de la ganadería. Al pasar a la siguiente generación, con muchos dueños por medio, pasó una etapa de crisis, terminada con la venta a la sociedad “Partido de Resina”, que toma el nombre de la finca de Sanlúcar la Mayor.
(2) Con vacas de Félix Gómez y de Aleas y con sementales de Saltillo y de Pablo Romero, el Marqués de Melgarejo fundó ganadería, que en 1.948 fue vendida a Ramón Sorando.
Castas Bravas (4): casta Cabrera
4.La casta Cabrera se formó en Utrera por Luis Antonio Cabrera (1.730) y su yerno Rafael Vicente Cabrera, caracterizándose por toros de piel fina, cuello largo, altos de cruz y que desarrollan sentido. Está representada hoy por la ganadería de Miura (1), temida por los toreros (aunque Ruiz Miguel le ha toreado 100 corridas; Padilla va por 38; Limeño llegó a 23 y Paula, a 1).
(1) Por los años 1.848 a 49, el acaudalado agricultor sevillano Juan Miura formó esta célebre ganadería comprando a Antonio Gil Herrera 220 vacas y a José Luis Alvareda (de donde la A del hierro) otras 200, con sementales y 168 becerros, éstas oriundas de los Gallardos, del Puerto de Santa María. En 1.850 aumentó la ya numerosa piara con 100 novillas compradas a Jerónima Núñez de Prado, viuda de José Rafael Cabrera, y en 1.852, al fallecimiento de esta señora, compró a la testamentaría más de 500 vacas. El año 1.854 cruzó con dos sementales de José Arias de Saavedra (casta Vistahermosa), obteniendo resultados satisfactorios. Al fallecimiento de Juan Miura la ganadería pasó a su viuda Josefa Fernández, de quien la heredó su hijo Antonio, el que en 1.879 separó dos lotes de hembras, echando a cada uno de los mismos un toro del duque de Veragua y otro, de casta navarra, perteneciente a Pérez Laborda y que le fue regalado por Lagartijo tras ser indultado en la plaza; estos cruces dieron buen resultado, principalmente el del duque. Al morir Antonio, se encargó de la ganadería su hermano Eduardo, del que la heredaron, en 1.917, sus hijos Antonio y José Miura Hontoria (“los niños de Miura”), que verificaron cruces aislados con sementales de Parladé. Antonio y José cedieron la ganadería a su hijo y sobrino Eduardo Miura Fernández. Los hijos de éste (Eduardo y Antonio) la llevan hoy sin sacarla de “Zahariche”, en Lora. La antigüedad es de 30-IV-1.849.
(1) Por los años 1.848 a 49, el acaudalado agricultor sevillano Juan Miura formó esta célebre ganadería comprando a Antonio Gil Herrera 220 vacas y a José Luis Alvareda (de donde la A del hierro) otras 200, con sementales y 168 becerros, éstas oriundas de los Gallardos, del Puerto de Santa María. En 1.850 aumentó la ya numerosa piara con 100 novillas compradas a Jerónima Núñez de Prado, viuda de José Rafael Cabrera, y en 1.852, al fallecimiento de esta señora, compró a la testamentaría más de 500 vacas. El año 1.854 cruzó con dos sementales de José Arias de Saavedra (casta Vistahermosa), obteniendo resultados satisfactorios. Al fallecimiento de Juan Miura la ganadería pasó a su viuda Josefa Fernández, de quien la heredó su hijo Antonio, el que en 1.879 separó dos lotes de hembras, echando a cada uno de los mismos un toro del duque de Veragua y otro, de casta navarra, perteneciente a Pérez Laborda y que le fue regalado por Lagartijo tras ser indultado en la plaza; estos cruces dieron buen resultado, principalmente el del duque. Al morir Antonio, se encargó de la ganadería su hermano Eduardo, del que la heredaron, en 1.917, sus hijos Antonio y José Miura Hontoria (“los niños de Miura”), que verificaron cruces aislados con sementales de Parladé. Antonio y José cedieron la ganadería a su hijo y sobrino Eduardo Miura Fernández. Los hijos de éste (Eduardo y Antonio) la llevan hoy sin sacarla de “Zahariche”, en Lora. La antigüedad es de 30-IV-1.849.
Castas Bravas (3): casta Raso del Portillo
3.La casta Raso del Portillo, o castellana, se formó en Boecillo y La Pedraza del Portillo (Valladolid) y presentaba un temperamento bronco, con pelos negros, listones, castaños y colorados. Costillares y Pepe-Hillo exigían toros de Andalucía, Extremadura, La Mancha y Navarra, con exclusión de los naturales de Castilla porque eran tardos, maliciosos y se quedaban en las suertes, adquiriendo peligrosas defensas. Hoy está representada por la ganadería de José Mª de Gamazo (que pasta en la misma finca donde se originó la casta).
Castas Bravas (2): casta Jijona
2.La casta Jijona se formó en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real). De gran tamaño, pelo fino y de pezuñas bastas, era característico el color encendido en castaño o colorado. Descendiente de la vacada de Felipe IV, dio lugar a varias ganaderías que, con el tiempo, desaparecieron o se refundieron, quedando principalmente representada por Aleas -hoy Vázquez Fernández (1)-, Félix Gómez, Julián Fernández Martínez (antes Vicente Martínez), María Montalvo y algo de Samuel Flores (2).
(1) En 1.788 Manuel Aleas formó ganadería con vacas jijonas. Pasó a su sobrina Josefa Gómez y de ésta a sus nietos Manuel y José García Gómez, que unieron su primer apellido al de Aleas. Se separaron y Manuel cruzó con un semental de Santa Coloma, dos de Pérez-Tabernero y dos de José Escobar. El hijo de Manuel, tras heredar, aumentó con un lote de hembras de Pérez-Tabernero y un semental santacolomeño de Hernández-Pla. En 1.983 se vendió a José Vázquez Fernández, que la ha aumentado con hembras y un semental de Hernandez-Pla y luego con hembras de Martínez Flamarique (origen Buendía); es la ganadería actual de mayor antigüedad.
(2) En 1.830, Agustín Flores fundó ganadería con vacas y sementales de casta jijona. En 1.881 pasó a manos de Damián Flores, que la cruzó con un toro de Victoriano Ripamilán. En poder de Melquíades Flores fue cruzada varias veces con sementales de Ibarra y Santa Coloma. Por otro lado, el ganadero Gamero Cívico sorteó cuatro lotes entre cuatro compradores, entre los que se encontraba la familia Flores, que adquirió la camada (procedencia Parladé) en Palma del Río y la puso a nombre de Samuel Hermanos. En 1.967 Samuel Flores Romano, de Povedilla (Albacete), cuando contaba dieciocho años de edad, se hizo cargo de la ganadería; entonces el hierro empezaba a decaer y había que someterlo a una cura de urgencia: sacrificó a la práctica totalidad de sus toros, seleccionó las mejores vacas, afinó las características morfológicas de la raza y procuró darle bravura con los mejores sementales. En 1.968 la gestión pasaba a la empresa Agropecuaria de Siera Morena S.A., de la que Samuel es consejero delegado y así lleva ahora dos hierros separados.
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(1) En 1.788 Manuel Aleas formó ganadería con vacas jijonas. Pasó a su sobrina Josefa Gómez y de ésta a sus nietos Manuel y José García Gómez, que unieron su primer apellido al de Aleas. Se separaron y Manuel cruzó con un semental de Santa Coloma, dos de Pérez-Tabernero y dos de José Escobar. El hijo de Manuel, tras heredar, aumentó con un lote de hembras de Pérez-Tabernero y un semental santacolomeño de Hernández-Pla. En 1.983 se vendió a José Vázquez Fernández, que la ha aumentado con hembras y un semental de Hernandez-Pla y luego con hembras de Martínez Flamarique (origen Buendía); es la ganadería actual de mayor antigüedad.
(2) En 1.830, Agustín Flores fundó ganadería con vacas y sementales de casta jijona. En 1.881 pasó a manos de Damián Flores, que la cruzó con un toro de Victoriano Ripamilán. En poder de Melquíades Flores fue cruzada varias veces con sementales de Ibarra y Santa Coloma. Por otro lado, el ganadero Gamero Cívico sorteó cuatro lotes entre cuatro compradores, entre los que se encontraba la familia Flores, que adquirió la camada (procedencia Parladé) en Palma del Río y la puso a nombre de Samuel Hermanos. En 1.967 Samuel Flores Romano, de Povedilla (Albacete), cuando contaba dieciocho años de edad, se hizo cargo de la ganadería; entonces el hierro empezaba a decaer y había que someterlo a una cura de urgencia: sacrificó a la práctica totalidad de sus toros, seleccionó las mejores vacas, afinó las características morfológicas de la raza y procuró darle bravura con los mejores sementales. En 1.968 la gestión pasaba a la empresa Agropecuaria de Siera Morena S.A., de la que Samuel es consejero delegado y así lleva ahora dos hierros separados.
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Castas Bravas (1): castas fundacionales
1.A partir de siglo XVII se van configurando las castas o familias de las que se originan todas las ganaderías que llegan hasta nuestros días. Dejando de lado algunas que desaparecieron, podemos resumirlas en las siguientes seis castas fundacionales del toro bravo moderno: Jijona, Raso del Portillo, Cabrera, Gallardo, Vázquez y Vistahermosa.
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Castas Bravas (0): introducción
Inicio una serie de capítulos sobre el tema de "Castas bravas", que tengo desarrollado entre mis papeles de hace tiempo y que puedo seguir ampliando en el futuro. Aunque en otro post traté el mismo tema desde un punto de vista de aplicación didáctica (ver "La castas bravas como recurso didáctico" ), ahora lo trato desde el punto de vista de formación propiamente taurina. Los capítulos tienen diferente extensión pero constituyen unidades, en las que divido separadamente la exposición. Cada capítulo comprende una parte principal, presentada en letra script, y otra parte, en cursiva, formada por notas, insertables en los puntos de llamada.
0 . El “Bos taurus primigenius” (o uro) y el “Bos braquicerus” fueron las dos especies salvajes de las que procede el toro bravo o de lidia. Se cree que la primera entró en la Península Ibérica por el Estrecho de Gibraltar (1) y tendría relación con los bóvidos del valle del Guadalquivir (de los que serían representantes los míticos toros del rebaño de Gerión).

La segunda especie, con cuernos muy veletos, entraría por los Pirineos y de ella derivarían los toros de la casta navarra, pequeños y de patas cortas pero astutos, malhumorados y de fiero temperamento -como los antiguos de Carriquiri (2) o de Zalduendo (3)-, y los de la región francesa de la Camarga.
(1) Recientemente se ha creído encontrar el antecedente del que evolucionaron directamente los toros actuales entre los restos de la Hoya de Guadix. El bóvido de Fonelas o toro primitivo (“Leptobos etruscus”) pesaba 450 kilos y tenía una constitución anatómica muy variada; pude que en esa diversidad radique su éxito evolutivo. Se caracteriza también por su gracilidad o esbeltez; era altivo y gastaba unos imponentes cuernos divergentes, duros como el acero, y dirigidos hacia atrás. Se me antoja muy semejante al buey watusi. Participó con otros mamíferos en el fenómeno migratorio llamado “evento del lobo”, que era el camino desde Asia hasta Europa occidental (frente al “evento del hombre”, que provenía desde África).
(2) Nazario Carriquiri y Francisco Javier Guendulain se unieron para formar ganadería en Tudela con reses navarras (procedentes, entre otras ganaderías, de la del Marqués de Santacara). Disuelta la sociedad, se constituyó otra entre Carriquiri y el conde de Espoz y Mina, que la cruzaron con sementales de Lesaca para obtener mayor alzada en los toros. En 1.883 la parte correspondiente a Carriquiri fue comprada por el conde de Espoz y Mina. A la muerte de éste toda la ganadería pasó a sus herederos, que el 30 de abril de 1.908 la vendieron sus 418 reses por 130.000 pesetas (“era una fortuna para la época”) a Bernabé Cobaleda, que la llevó (en un periplo de 30 días) a su finca de “Campocerrado” en la localidad salmantina de Castraz. Éste conservó la primitiva sangre hasta que, al hacerse cargo de la vacada su hijo Juan, extinguió la antigua casta sustituyéndola por sangre vistahermosa. Hoy el hierro pertenece a una ganadería que pasta en Badajoz.
(3) Por los años 1.750 a 1.760 Joaquín Zalduendo formó con reses de pura raza navarra ganadería cuya antigüedad es de 1.817, que pasó después a su viuda Juana Pascual y luego a su hijo Joaquín, heredándole a éste su viuda Mª Eugenia de la Pedriza y a ésta su hijo Fausto, de quien la heredó su viuda Cecilia Montoya Ortigosa. A ésta le heredó Jacinto Zalduendo.

(Antiguo toro de Zalduendo)
Tras pasar en 1.939 por la familia Amigot, en 1.965 por la sociedad “Villaralto”y por Florencio Martín (que la anunció como “Zalduendo”), la han comprado en 1.987 los hermanos Fernando y Javier Domecq Solís, que han sustituído lo anterior por reses de procedencia Jandilla, que pastan en la finca Moheda, de Aliseda (Cáceres), conservando hierro, divisa y antigüedad.
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0 . El “Bos taurus primigenius” (o uro) y el “Bos braquicerus” fueron las dos especies salvajes de las que procede el toro bravo o de lidia. Se cree que la primera entró en la Península Ibérica por el Estrecho de Gibraltar (1) y tendría relación con los bóvidos del valle del Guadalquivir (de los que serían representantes los míticos toros del rebaño de Gerión).

La segunda especie, con cuernos muy veletos, entraría por los Pirineos y de ella derivarían los toros de la casta navarra, pequeños y de patas cortas pero astutos, malhumorados y de fiero temperamento -como los antiguos de Carriquiri (2) o de Zalduendo (3)-, y los de la región francesa de la Camarga.
(1) Recientemente se ha creído encontrar el antecedente del que evolucionaron directamente los toros actuales entre los restos de la Hoya de Guadix. El bóvido de Fonelas o toro primitivo (“Leptobos etruscus”) pesaba 450 kilos y tenía una constitución anatómica muy variada; pude que en esa diversidad radique su éxito evolutivo. Se caracteriza también por su gracilidad o esbeltez; era altivo y gastaba unos imponentes cuernos divergentes, duros como el acero, y dirigidos hacia atrás. Se me antoja muy semejante al buey watusi. Participó con otros mamíferos en el fenómeno migratorio llamado “evento del lobo”, que era el camino desde Asia hasta Europa occidental (frente al “evento del hombre”, que provenía desde África).
(2) Nazario Carriquiri y Francisco Javier Guendulain se unieron para formar ganadería en Tudela con reses navarras (procedentes, entre otras ganaderías, de la del Marqués de Santacara). Disuelta la sociedad, se constituyó otra entre Carriquiri y el conde de Espoz y Mina, que la cruzaron con sementales de Lesaca para obtener mayor alzada en los toros. En 1.883 la parte correspondiente a Carriquiri fue comprada por el conde de Espoz y Mina. A la muerte de éste toda la ganadería pasó a sus herederos, que el 30 de abril de 1.908 la vendieron sus 418 reses por 130.000 pesetas (“era una fortuna para la época”) a Bernabé Cobaleda, que la llevó (en un periplo de 30 días) a su finca de “Campocerrado” en la localidad salmantina de Castraz. Éste conservó la primitiva sangre hasta que, al hacerse cargo de la vacada su hijo Juan, extinguió la antigua casta sustituyéndola por sangre vistahermosa. Hoy el hierro pertenece a una ganadería que pasta en Badajoz.
(3) Por los años 1.750 a 1.760 Joaquín Zalduendo formó con reses de pura raza navarra ganadería cuya antigüedad es de 1.817, que pasó después a su viuda Juana Pascual y luego a su hijo Joaquín, heredándole a éste su viuda Mª Eugenia de la Pedriza y a ésta su hijo Fausto, de quien la heredó su viuda Cecilia Montoya Ortigosa. A ésta le heredó Jacinto Zalduendo.

(Antiguo toro de Zalduendo)
Tras pasar en 1.939 por la familia Amigot, en 1.965 por la sociedad “Villaralto”y por Florencio Martín (que la anunció como “Zalduendo”), la han comprado en 1.987 los hermanos Fernando y Javier Domecq Solís, que han sustituído lo anterior por reses de procedencia Jandilla, que pastan en la finca Moheda, de Aliseda (Cáceres), conservando hierro, divisa y antigüedad.
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En Portugal aumentan los espectadores taurinos en 2018
El número de espectadores que asistió a las corridas de toros y otros festejos taurinos en Portugal aumentó por segundo año, en una muestra clara y rotunda de la fuerza de esta actividad cultural en el país luso. A lo largo de 2018, más de 440.000 personas asistieron a las corridas de toros, un aumento frente a los 435.000 registrados en 2017.
Este aumento también se refleja en el número promedio de personas por festejo, que en 2014 era de 2.240 pero que en 2018 llegó a 2.654. Campo Pequeno, de Lisboa, fue la plaza con más público durante la temporada, con 77.000 espectadores lo que suponen 15.000 más que en 2017.
Albufeira, como en años anteriores, es la ciudad con más festejos (25), seguida de Lisboa (14) y Vila Franca de Xira (12). En lo que se refiere a la tasa de ocupación de las plazas, la región norte del país lidera con un 91%, desmontando el tópico de que en dicha región no hay afición a los toros. La región de las Azores registra una tasa del 71%, seguida de las regiones Centro y Alentejo, ambas con un 69%.
Todos los distritos del país celebraron festejos taurinos, con la sola excepción de Aveiro, Braga y Vila Real. Es importante destacar que las corridas de toros celebradas en los distritos de Viseu y Viana do Castelo registraron un 100% de ocupación, mientras que en el distrito de Oporto se alcanzó el 98%, lo que supone un fuerte aumento frente al 44% de 2017.
La vitalidad taurina en Portugal también se refleja en los resultados obtenidos por la retransmisión en televisión de cuatro corridas, tres en la cadena pública RTP y una en el canal privado TVI. El promedio acumulado de telespectadores pasó de 1,8 millones en 2017 a 2 millones en 2018, otra muestra del creciente interés por los toros que se observa en el país luso.
La corrida emitida por TVI tuvo un promedio de 600.000 espectadores y llegó a ser vista por 1,8 millones de personas. La corrida de Gala de Campo Pequeno, transmitida el 11 de octubre por la RTP, fue la de mayor audiencia desde 2013, con 530.000 telespectadores.
sábado, 26 de enero de 2019
Discurso de Victorino Martín en el Senado
Señorías,es un honor poder intervenir hoy en esta casa, representación del pueblo español y de sus territorios.
Comparezco en mi condición de ganadero, en representación de una estirpe que ha seleccionado durante cientos de años un animal, el toro bravo, que, además de ser la imagen más reconocida de España en cualquier punto del planeta, es uno de los tesoros genéticos de nuestro patrimonio.
Pero comparezco, sobre todo, como presidente de la Fundación del Toro de Lidia, una entidad de la sociedad civil que representa a todo el mundo del toro, tanto a los profesionales como a los millones de amantes de la cultura del toro en sus múltiples expresiones,la del toro en la plaza, pero también la de los bous al carrer, los cortes y los recortes, la de los correbous, los encierros, el toro de cuerda, la sokamoturra o tantas otras.
El toro vertebra desde hace siglos nuestro territorio. No es un azar gratuito por lo que el toro es nuestra incuestionable seña de identidad en el mundo entero. Por tanto, ningún lugar mejor que este para hablar de tauromaquia, expresión cultural ancestral, que en cada uno de los territorios de España encuentra una manera propia de manifestarse.
Me gustaría que mi intervención hoy en la Comisión de Cultura del Senado arrojara alguna luz que pudiera ayudar a interpretar de una manera más clara algunos de los aspectos que están hoy en juego cuando hablamos de tauromaquia. Y para poder hacerlo, lo primero es encuadrar adecuadamente el marco de discusión, abandonar por un momento el casi folclórico debate de "toros sí - toros no", para profundizar un poco más en la esencia de las cosas. Entendemos que el debate sobre los toros requiere separarlo en dos, si queremos realizar un análisis acertado del mismo, lejos de vulgares lugares comunes.
El primero se refiere a nuestra relación con los animales. ¿Cómo debe ser esa relación?
Nuestra cultura, nuestra civilización, se ha construido desde el dominio del ser humano sobre otros actores con los que compartimos planeta: objetos inanimados, plantas y animales. El homo sapiens inicia su espectacular historia de éxito en el momento en el que comienza a dominar tanto las plantas como los animales. La revolución neolítica nos ha hecho llegar hasta donde estamos. Los modelos de pensamiento no han hecho otra cosa que recoger ese estado de cosas, ese dominio del hombre sobre la naturaleza, que podríamos resumir en aquella sentencia de Protágoras: "El Hombre es la medida de todas las cosas".
Dentro de este marco, que ha logrado que seamos lo que somos, el ser humano usa a los animales. Y los usa para muchas cosas, no solo por una imperiosa necesidad alimenticia. Los utiliza para comer, para su supervivencia; pero también en la alta gastronomía, refinamiento intelectual para nuestro deleite. Utiliza también a los animales para su vestimenta, cuando usamos prendas de lana o de cuero. Prendas que cubren nuestras necesidades, pero también nuestros caprichos, en forma de exquisitos bolsos, cinturones, chaquetas o zapatos. Y utilizamos los animales para nuestro ocio, para darnos un paseo a caballo, admirar un animal en un zoológico o como parte de nuestro milenario folclore.
Así, solo en España y sin considerar a los peces, se matan cada segundo aproximadamente 26 animales. 1.560 animales por minuto. Si consideráramos los peces, que también son animales, seguramente podríamos triplicar estos datos. Repito, Señorías, 26 animales por segundo. Esta es, por tanto, la fría realidad.
Vuelvo a plantear el interrogante. ¿Podemos seguir utilizando a los animales? Y ante esta pregunta debemos responder con un "sí" o con un "no".
Y la respuesta podría ser "no". Esto es, en esencia, lo que defiende el movimiento animalista. El animalismo es una ideología que, con diferentes matices, impone que los hombres no tienen derecho a utilizar animales para ninguno de sus fines. El animalismo, nos quiere poner en pie de igualdad a hombres y animales. El animalismo, Señores Senadores, es un movimiento que tiene su origen en el mundo anglosajón. Y es desde el mundo anglosajón, norteamericano más específicamente, desde donde principalmente se está promoviendo la agenda animalista a nivel mundial. Son decenas las entidades animalistas que con presupuestos de millones de dólares al año están imponiendo de manera permanente esta agenda. Es difícil que pase un solo día en el que no pueda verse en cualquier medio, alguna noticia relacionada con el avance del animalismo. Tenemos pues un movimiento internacional organizado, con el único fin de imponer un nuevo orden moral en el mundo, de manera que este sea más plano culturalmente, más homogéneo, con menos matices. Un mundo plano culturalmente, listo para que el vacío dejado por nuestras expresiones culturales sea colonizado, qué duda cabe, por nuevas costumbres, un pensamiento único en un mundo con consumidores homogéneos.
Y Señores Senadores, no se trata por desgracia de un futuro de ciencia ficción, muy lejano todavía para nosotros. El animalismo está ya muy presente en nuestra vida pública. Así, el partido PACMA, cercano ya a la representación parlamentaria, pretende de manera expresa imponer el credo animalista. Pero también otros partidos más fuertes trabajan para imponer la doctrina animalista. Permítame que les lea un fragmento de una propuesta de ley de bienestar animal presentada por en 2018 en el Parlamento de Andalucía por un partido con representación parlamentaria: "Cuestionar la muerte, el maltrato o la privación de libertad de los animales son avances consolidados en la conciencia de millones de personas en Andalucía, al mismo tiempo que avanzan otro tipo de cuestionamientos sobre su uso para eventos lúdicos, para experimentación, para vestimenta o incluso para alimentación". Como ven, se trata de la ideología animalista expresada de manera ortodoxa.
El animalismo, tengámoslo claro, es en nuestra opinión una filosofía absolutamente incompatible con nuestra cultura, con el humanismo mediterráneo. El animalismo supondría una hecatombe cultural, económica y ecológica. Cultural, porque el animalismo sería el fin de centenares de expresiones culturales que nos definen como pueblo: la rapa das bestas, la romería del Rocío, el arrastre de piedras, la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, los corre bous, la cetrería, la matanza del cerdo, los encierros en Pamplona o en Medina del Campo, la fiesta de la lamprea, del campanu, la caballada de Atienza, la fiesta del pulpo o tantas otras. Económica, porque acabaría con las explotaciones ganaderas, por supuesto, pero también con el trabajo con cuero en Ubrique, los atuneros vascos, el jamón de Jabugo, de Teruel o de Guijuelo, las mantas de Ezcaray, los zapatos artesanales de Mallorca o los de Alicante, el queso en sus cientos de estilos, los embutidos salmantinos, la butifarra gerundense y leridana, el fin del marisqueo gallego o de la almadraba en Barbate y Zahara de los Atunes. Y finalmente, también el animalismo supondría una debacle ecológica. El paisaje en España, uno de los más biodiversos de Europa, es un paisaje conformado en gran medida por la relación del hombre y los animales que utilizamos. De esta manera, el animalismo pondría fin a la dehesa, joya ecológica mundial, pero también sería el fin de los prados cantábricos, de las dehesas boyales o del impagable cuidado que ovejas y cabras realizan en nuestros campos.
El animalismo es la aniquilación total y absoluta de nuestra cultura y también de nuestro mundo rural, con toda su cultura material e inmaterial, con ese acervo de maneras de hacer, de decir, de cantar, de bailar o de sentir. Y el toro, como tótem y representación de la cultura más representativa de España, es la primera cabeza que se quieren cobrar. Pero tengámoslo claro, Señorías, detrás de los toros irá todo lo demás. El animalismo no se va a detener en la prohibición de los toros. Piensen por un momento en cómo va a afectar el animalismo a los diferentes territorios que representan. Y decidan entonces si quieren seguir el juego antitaruino a esas fuerzas internacionales.
Entiendo que desde un despacho en Madrid pueda resultar fácil defender el animalismo. Yo soy una persona orgullosamente de campo. Y me gustaría decir a todos aquellos que defienden el animalismo, que vengan a la España rural y que nos digan, mirándonos a los ojos, que ya no podemos vivir de lo que vivimos. Puede que alguno se le ocurra decir algo como "bueno, que se reinventen, que se dediquen a otra cosa". ¿A qué exactamente? ¿qué se supone que tenemos que hacer los millones de personas de la España rural? ¿todos desarrolladores de aplicaciones para móviles? ¿diseñadores gráficos? ¿innovadores en no sé qué cosa que esté de moda? ¿Pero en qué mundo vive esta gente? A toda esa gente animalista les invito a salir de la ciudad, a pisar el campo de la realidad, a que nos digan a la cara que nos quieren destruir, que quieren acabar con toda nuestra realidad. El animalismo no es cuidar gatos y perros, el animalismo quiere aniquilar la España rural, así de simple, así de claro, así de rotundo. Y cualquier partido que apoye estas opciones ideológicas, será corresponsable de ese intento de destrucción.
En todo caso, la realidad en el mundo y desde luego en España, nos dice que a la pregunta de si podemos utilizar los animales, hoy por hoy solo podemos responder con un "sí". Y si podemos usar los animales, ¿por qué hay gente que pide que se prohíban los toros? Es que es un espectáculo cruel, suele ser la respuesta a esta pregunta. Pero yo pregunto, ¿en serio la tauromaquia se puede considerar más dura que la vida que lleva la inmensa mayoría de los animales en explotaciones industriales? ¿O lo relevante es el hecho de que la crudeza en la tauromaquia sea pública? ¿El problema es verlo?
Este es un tema tremendamente interesante, Senadoras y Senadores. ¿Qué clase de sociedad queremos? ¿Queremos una sociedad donde una parte se arrogue la potestad de decir qué puede ser visto y qué es lo que no puede ser visto? ¿Una casta inquisitorial y censora que decida qué es moral y qué es inmoral? ¿qué es cultura y qué no es cultura? ¿Velará esa casta porque solo se pueda exponer un tipo de obras de arte? ¿Habrá arte moral y arte inmoral prohibido? ¿decidirán cómo debemos vestirnos para ir decentes? ¿decidirán el largo de las faldas? ¿decidirán dónde y con quién podemos besarnos? Señorías, son ustedes garantes de que nadie se atreva a hacer de España un país menos libre, no pueden consentir que alguien se arrogue el derecho a decir qué es cultura o qué no es cultura.
Aunque puedo casi escuchar alguna protesta diciendo "no, no es lo mismo, aquí hay un animal involucrado". Sí, hay un animal involucrado, es cierto. Ya hemos dicho que el hombre usa a los animales para su provecho, para sus fines. La UNESCO solo pone una línea roja para que una expresión cultural sea admisible, la de los derechos humanos y libertades fundamentales. Y la tauromaquia, obviamente, no trasgrede esa línea roja. Tenemos los seres humanos, desde luego, una serie de deberes éticos con los animales, faltaría más. Y esos deberes los tenemos muy presentes en el mundo de la tauromaquia, que a nadie le quepa la menor duda. Tenemos presentes esos deberes desde que son cuidados en nuestras dehesas durante años, hasta que mueren en la plaza, en el marco de un rito centenario, rodeado de respeto y admiración.
Solo desde el desconocimiento más absoluto o desde la mentira maliciosa, se puede decir que la gente acude a una plaza de toros para disfrutar del sufrimiento. Si la gente disfrutara con el sufrimiento, tengan por seguro que hace mucho tiempo que habría gradas en los mataderos. Y habrá mucha gente que no lo entienda, que lo vea innecesario. Pero los toros, les aseguro, no son una simple afición para muchas personas. Son una parte consustancial de la propia esencia de muchos de nosotros.
Savater dice que el hombre necesita del arte, de los ritos, para crear mecanismos contra la muerte, bálsamos contra la evidencia de nuestro destino. Quizás sea esta una explicación al misterio del toro. La corrida y las demás expresiones de la tauromaquia sostienen una visión integral de la vida. En una sociedad en la que la muerte se obvia y en ocasiones se oculta deliberadamente junto con la vejez, la enfermedad o el dolor, la fiesta de los toros enfrenta la muerte desde todos los planos. Este recordatorio de la muerte permite que el que participa en la fiesta de alguna manera se sienta más pegado a la vida. Esa invitación a vivir con más intensidad se irradia más allá de la plaza y de la calle donde se juegan los toros. La consciencia de la muerte permite que se pueda vivir la vida más plenamente. Los toros se hacen universales porque transmiten la necesidad de aceptar la vida en todas sus dimensiones y vivirla en una mayor plenitud. Los toros no son un espectáculo de muerte, si no de exaltación de lo que somos: confrontamos la muerte para sentirnos vivos.
Esta es la realidad para millones de personas en todo el mundo. No pedimos que todos lo compartan. Pero sí exigimos que todo el mundo lo respete.
Y comprendo que sigue flotando una pregunta que no acaba de tener respuesta: ¿es necesaria la tauromaquia? Pues, no estoy muy seguro... ¿Es necesaria la danza? ¿Es necesario el teatro? ¿Son necesarias las diferentes expresiones culturales? ¿Podríamos haber avanzado como especie sin la pintura cubista o sin la música rock? ¿Son necesarios Goya, Falla o García Lorca? Quizás podríamos haber existido sin alguna de estas cosas. Seguramente. Pero indudablemente el mundo sería un lugar mucho más pobre. Como sería más pobre el mundo si no existiera la tauromaquia.
Y precisamente, para preservar la riqueza cultural del mundo, la UNESCO aprobó en 2005 su Convención sobre la protección y la promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, aprobada para prevenir de los posibles censores de cualquier expresión cultural. Porque cualquier expresión cultural es patrimonio de todos, hace que el mundo se más rico. Lo contrario de lo que pretenden algunos. Y aprobó la UNESCO esta Convención apenas unos años después de la destrucción de los Budas de Bamiyán, en Afganistán, por parte del régimen islámico talibán. Los bombardearon porque alguien decidió que aquellas estatuas milenarias eran contrarias a la moral. Reflexiones sobre esto, Senadoras y Senadores: destruyeron un patrimonio cultural de todos, por la única razón de que a algunos les pareció inmoral. Esto, ni más ni menos, es lo que algunos están pretendiendo con la tauromaquia.
Finalizo ya, Señorías. La cultura del toro nació en las orillas del Mediterráneo El toro como animal totémico, es un mito necesario en nuestra manera de entender el mundo. No es casualidad que sea precisamente un toro el animal sobre el que se sostienen los mitos fundacionales de la propia Europa. Es sin embargo el genio íbero el que encuentra significados más profundos sobre la vida y la muerte en su relación con ese toro universal. Y es así como, en tiempos en que nuestro Siglo de Oro se encuentra en su plenitud ensanchando los límites de la cultura de la humanidad, cuando se alumbra la tauromaquia moderna como una de nuestras expresiones culturales más características.
La cultura ni se crea ni se destruye por decreto, sino que es el producto del tiempo, de la creación de unos y de la asunción por un pueblo de esas creaciones. Así surge y se desarrolla la tauromaquia. También de esta manera, desde los orígenes íberos, la tauromaquia se adopta en otros lugares, pueblos con una pulsión vital similar, una manera parecida de encarar la vida y la muerte, de celebrar y exaltar de forma radicalmente vital la existencia.
La tauromaquia, Señorías, es el regalo cultural de España a la humanidad. Francia, Portugal, México, Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú y España, somos hoy guardianes de un exquisito patrimonio de todos, y somos todos responsables de su cuidado y de su traslación de generación en generación. Señorías, sean dignos representantes de su pueblo y luchen por la tauromaquia, con orgullo, como patrimonio cultural común de la humanidad.
Muchas gracias.
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miércoles, 16 de enero de 2019
¿El toreo a pie nació en Cádiz?
Cádiz, capital sin plaza de toros, albergó los primeros pasos del toreo a pie. Lo descubrió el reputado taurófilo doctor Guillermo Boto Arnau a principios de la década pasada.
Antes del reinado de Alfonso X, en el siglo XII, ya existía el toreo a pie pero constaba de suertes distintas de las que imperan ahora. Alfonso X anatemizó estas prácticas y desde entonces el rejoneo nobiliario monopolizó la tauromaquia.
Durante el reinado de los últimos Austrias, surge en Cádiz "el hecho diferencial del toreo a pie, con las corridas de toros que solicita en junio de 1661 la Hermandad de San Antonio para recaudar fondos para construir la iglesia de su nombre", según Boto, autor de "Cádiz, origen del toreo a pie". Así, una callada revuelta popular surgió en Cádiz y ningún prohombre faltó a los festejos. Al final, las corridas de San Antonio duraron 55 años y financiaron no sólo el templo sino también el retablo mayor.
Ese hallazgo, fruto de la tenacidad de Boto, se encontraba escondido en unas actas que el historiador Julio Guillén Tato realizó para el Ayuntamiento de Cádiz. Las octavillas, cuidadosamente envueltas en papel de periódico, albergaban la noticia de la génesis de la fiesta moderna, "de esas funciones de toreo a pie con picadores que, evolucionadas, conservamos hoy día, como espectáculo extraordinario que supera en sí mismo su catalogación dentro de las bellas artes y que se ha convertido desde hace más de dos siglos en seña de identidad española", en palabras de Boto.
Es vital la aparición de los varilargueros. "El picador es consustancial con el toreo a pie. No se pica cuando se rejonea, y podemos asegurar sin temor a equivocarnos que no hubiera existido el toreo sin la suerte de varas", sentencia Guillermo Boto. Esos primeros enfrentamientos de los toreros "de poder a poder" frente al toro coexisten con las "fiestas de toros y cañas" (en las que se alanceaba al astado) y con el rejoneo.
Hasta ahora se aceptaba generalmente la teoría de que fue el cambio de dinastía monárquica, de los Austrias a los Borbones -y muy especialmente la aversión de Felipe V a los toros-, la que produjo la retirada de los nobles de esta afición. Y que ello dio el pistoletazo de salida a los "chulos" y los "pajes" que bajaron la suerte al albero. Junto a ello, pervivía hasta ahora la llama que prendieron los encierros, sobre todo los de Navarra, donde abundaban los nombres de matadores. Hasta hace no mucho se los consideraba el germen de la fiesta nacional.
El hallazgo de Boto lo confirmó hace un par de años otro hallazgo, el del director del Museo Histórico Municipal de Cádiz, Juan Ramón Ramírez Delgado. Ramírez estudió en profundidad un cuadro-mapa de mediados del siglo XVII (la duda es si está fechado en 1647 o en 1674) y se topó con una revelación. Tras restaurarlo encontraron imágenes de picadores y toreros entrenando junto al matadero de reses de la ciudad. Éste es el cuadro:

En su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de Cádiz, Ramírez subrayó que en la representación "aparte de a caballo, se torea a pie", y agregó que ello refuerza la teoría del doctor Boto.
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El IVA de los toros en 2018
ANOET, la patronal del sector taurino, estimó en 2014 que el IVA derivado de la gestión de plazas de toros asciende a 139 millones de euros. Ajustando los datos para considerar la rebaja del impuesto indirecto para la venta de entradas, y teniendo en cuenta la evolución en el número de festejos taurinos celebrados en España, esto se traduciría en 2018 en una recaudación por IVA cercana a los 118 millones.
Por el contrario, la taquilla del cine español en 2018 fue de 100 millones de euros. En este caso, el IVA aplicado fue del 21% en el primer semestre y del 10% en la segunda mitad del año. Así las cosas, la recaudación por IVA derivada del sector rondaría los 15,5 millones de euros. Por tanto, por cada euro que aporta a las arcas públicas el cine español en concepto de IVA, las plazas de toros generan ocho euros.
Por el contrario, la taquilla del cine español en 2018 fue de 100 millones de euros. En este caso, el IVA aplicado fue del 21% en el primer semestre y del 10% en la segunda mitad del año. Así las cosas, la recaudación por IVA derivada del sector rondaría los 15,5 millones de euros. Por tanto, por cada euro que aporta a las arcas públicas el cine español en concepto de IVA, las plazas de toros generan ocho euros.
jueves, 20 de diciembre de 2018
martes, 18 de diciembre de 2018
Picasso 12: La pica rota
Picasso 11: El aficionado
El aficionado es un óleo sobre lienzo, de 134,8 x 81,5 centímetros, de 1912. Raoul La Roche lo adquirió en 1925 y lo donó en 1952 al Kunstmuseum Basel.

Picasso, para realizarlo, se inspiró en una corrida de toros que presenció el 7 de julio de 1912 en Nimes, donde al artista le gustó Manzantinito y especialmente el agradable ambiente de la corrida. Tres días después escribía en una carta a Braque: «Estos aficionados de Nimes, solo pienso en ellos y he transformado un cuadro de un hombre, que había empezado ya, en un aficionado. Creo que quedará bien con su banderilla en la mano, y estoy tratando de darle una jeta bien del Midi».
Pueden seguirse a la perfección la cabeza, cubierta con el sombrero cordobés, lo ojos, el bigote (realizado con el peine de hierro utilizado por los pintores artesanales para fingir la madera y que, en una de sus piruetas imaginativas Picasso usa para sugerir el pelo, la boca carnosa, el cuello de pajarita, el corbatín, la pechera lisa y, más abajo, la banderilla, representada sin deformar, con un grado extremo de realismo. A la izquierda pueden seguirse asimismo todos los elementos característicos de la guitarra que sostiene: las clavijas, a la altura del rostro y, más abajo, las cuerdas, el agujero circular y el cordal. Y a la derecha queda, reproducida de forma esquemática, una botella cerrada con un corcho (según álvarez Lopera).
Las letras pintadas proporcionan un abundante número de claves sobre el personaje, revelando que se trata de un aficionado a los toros. "Nimes" alude al lugar de la corrida, "TOR", evidentemente al mundo de los toros, "LE TORERO", al periódico de ese nombre, y "MAN", a la bebida que contiene la botella, manzanilla.
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Picasso, para realizarlo, se inspiró en una corrida de toros que presenció el 7 de julio de 1912 en Nimes, donde al artista le gustó Manzantinito y especialmente el agradable ambiente de la corrida. Tres días después escribía en una carta a Braque: «Estos aficionados de Nimes, solo pienso en ellos y he transformado un cuadro de un hombre, que había empezado ya, en un aficionado. Creo que quedará bien con su banderilla en la mano, y estoy tratando de darle una jeta bien del Midi».
Pueden seguirse a la perfección la cabeza, cubierta con el sombrero cordobés, lo ojos, el bigote (realizado con el peine de hierro utilizado por los pintores artesanales para fingir la madera y que, en una de sus piruetas imaginativas Picasso usa para sugerir el pelo, la boca carnosa, el cuello de pajarita, el corbatín, la pechera lisa y, más abajo, la banderilla, representada sin deformar, con un grado extremo de realismo. A la izquierda pueden seguirse asimismo todos los elementos característicos de la guitarra que sostiene: las clavijas, a la altura del rostro y, más abajo, las cuerdas, el agujero circular y el cordal. Y a la derecha queda, reproducida de forma esquemática, una botella cerrada con un corcho (según álvarez Lopera).
Las letras pintadas proporcionan un abundante número de claves sobre el personaje, revelando que se trata de un aficionado a los toros. "Nimes" alude al lugar de la corrida, "TOR", evidentemente al mundo de los toros, "LE TORERO", al periódico de ese nombre, y "MAN", a la bebida que contiene la botella, manzanilla.
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martes, 4 de diciembre de 2018
miércoles, 28 de noviembre de 2018
El IVA de los toros en Portugal baja al 6%
La Tauromaquia portuguesa obtuvo el 27 de noviembre de 2018, en el Parlamento, una sorprendente victoria al conseguir rebajar el IVA de los espectáculos taurinos del 13% al 6%, derrotando de esta forma la propuesta del Gobierno inscrita en los Presupuestos del Estado para 2019.
Dicha victoria fue alcanzada gracias a los votos del Partido Popular, Partido Social Demócrata y Partido Comunista, constituyendo un revés para el primero ministro, quien había defendido que el IVA para la Tauromaquia se mantuviera en el 13%, lo que suponía una actitud discriminatoria respecto a otros espectáculos culturales y que indignó al mundo del toro portugués. Además, los sondeos han demostrado que la mayoría de los portugueses apoyaban la medida ahora aprobada.
En el mismo debate de los Presupuestos del Estado, la Tauromaquia consiguió otro logro al ser rechazada una propuesta del único diputado animalista apoyada por el Bloque de Izquierda, que pretendía el fin de los apoyos a la crianza de ganado bravo.
Dicha victoria fue alcanzada gracias a los votos del Partido Popular, Partido Social Demócrata y Partido Comunista, constituyendo un revés para el primero ministro, quien había defendido que el IVA para la Tauromaquia se mantuviera en el 13%, lo que suponía una actitud discriminatoria respecto a otros espectáculos culturales y que indignó al mundo del toro portugués. Además, los sondeos han demostrado que la mayoría de los portugueses apoyaban la medida ahora aprobada.
En el mismo debate de los Presupuestos del Estado, la Tauromaquia consiguió otro logro al ser rechazada una propuesta del único diputado animalista apoyada por el Bloque de Izquierda, que pretendía el fin de los apoyos a la crianza de ganado bravo.
viernes, 2 de noviembre de 2018
Números de Las Ventas en 2018
Finalizada la temporada taurina en la plaza de toros de Las Ventas, la empresa Plaza 1 ha elaborado el informe estadístico que da cuenta de todo lo que ha sucedido durante la temporada.
De marzo a octubre, la plaza de toros de Las Ventas ha acogido 40 corridas de toros, 21 novilladas, 5 corridas de rejones y 4 festejos populares de recortadores. Por los tendidos de Las Ventas han pasado un total de 937.928 espectadores para presenciar las corridas de toros, rejones o novilladas, y 19.500 para disfrutar de los espectáculos de recortadores.
En el apartado artístico, cuatro toreros han logrado firmar faenas de dos orejas: Álvaro Lorenzo, Alejandro Talavante, Sebastián Castella y Diego Urdiales. Todos ellos atravesaron en hombros el umbral de la puerta grande, como también lo hicieron, cortando oreja y oreja, López Simón y Emilio de Justo. Nombres propios de la temporada en Las Ventas, junto al del rejoneador Diego Ventura, que firmó la histórica faena de dos orejas y rabo el 9 de junio y sumó dos puertas grandes más; otra en San Isidro y la de su encerrona en Otoño.
Un total de 416 reses han salido por la puerta de chiqueros en este 2018. Dos toros lidiados a pie recibieron el premio de la vuelta al ruedo: Viscoso, de Toros El Torero, y Asturdero, de Saltillo. De vuelta al ruedo, también, uno de rejones, Rinconado, de Maria Guiomar Cortés de Moura, lidiado por Ventura el 6 de octubre. Del total de reses lidiadas, el 38% fueron ovacionadas o aplaudidas en el arrastre, mientras 18 fueron devueltas, -8 toros y 10 novillos-.
El informe también se centra en el apartado mediático. Se recogen los datos de redes sociales, web e impacto mediático. La comunidad de seguidores de los perfiles sociales de Las Ventas ha crecido durante esta temporada un 33%, la web oficial del coso ha vuelto a superar los dos millones de visitas y la cifra del impacto económico en medios alcanza los 48 millones de euros.
De marzo a octubre, la plaza de toros de Las Ventas ha acogido 40 corridas de toros, 21 novilladas, 5 corridas de rejones y 4 festejos populares de recortadores. Por los tendidos de Las Ventas han pasado un total de 937.928 espectadores para presenciar las corridas de toros, rejones o novilladas, y 19.500 para disfrutar de los espectáculos de recortadores.
En el apartado artístico, cuatro toreros han logrado firmar faenas de dos orejas: Álvaro Lorenzo, Alejandro Talavante, Sebastián Castella y Diego Urdiales. Todos ellos atravesaron en hombros el umbral de la puerta grande, como también lo hicieron, cortando oreja y oreja, López Simón y Emilio de Justo. Nombres propios de la temporada en Las Ventas, junto al del rejoneador Diego Ventura, que firmó la histórica faena de dos orejas y rabo el 9 de junio y sumó dos puertas grandes más; otra en San Isidro y la de su encerrona en Otoño.
Un total de 416 reses han salido por la puerta de chiqueros en este 2018. Dos toros lidiados a pie recibieron el premio de la vuelta al ruedo: Viscoso, de Toros El Torero, y Asturdero, de Saltillo. De vuelta al ruedo, también, uno de rejones, Rinconado, de Maria Guiomar Cortés de Moura, lidiado por Ventura el 6 de octubre. Del total de reses lidiadas, el 38% fueron ovacionadas o aplaudidas en el arrastre, mientras 18 fueron devueltas, -8 toros y 10 novillos-.
El informe también se centra en el apartado mediático. Se recogen los datos de redes sociales, web e impacto mediático. La comunidad de seguidores de los perfiles sociales de Las Ventas ha crecido durante esta temporada un 33%, la web oficial del coso ha vuelto a superar los dos millones de visitas y la cifra del impacto económico en medios alcanza los 48 millones de euros.
martes, 23 de octubre de 2018
domingo, 21 de octubre de 2018
En Murcia
Para los amantes de los datos, muchos y muy significativos se pusieron sobre la mesa en "La Tauromaquia en la sociedad española del siglo XXI", la ponencia que estrenaba la segunda jornada del II Congreso Internacional de Tauromaquia en Murcia, organizado por esta Comunidad y el Ministerio de Cultura.María Angeles Pérez Corrales, directora de Estadísticas Culturales en el Ministerio, dio a conocer los últimas cifras analizadas, las de la temporada 2017.
Vayamos por partes:
Festejos en plaza: 387 corridas (una más que en 2016), 115 festejos de rejones y 220 novilladas.
Profesionales registrados en 2017: 825 matadores, 826 novilleros con caballos, 2.404 sin picadores, 416 rejoneadores, 2.972 banderilleros, etc.
Por sexo: en el total de profesionales (10.959), solo 289 son mujeres.
Los resultados indican que en 2016 el número total de profesionales inscritos en el Registro General era de 10.692 profesionales. De ellos, 276, el 2,6% eran mujeres, frente al 97,4% de hombres. Por lo tanto, el pasado año hubo un ligero crecimiento. Si se consideran las categorías profesionales, 823 se correspondía en 2016 con matadores de toros, el 7,7% del total; 3.168 novilleros con o sin picadores, el 29,6%; 405 rejoneadores, el 3,8%; 2.918 banderilleros y picadores, el 27,3%; 180 toreros cómicos, el 1,7%, y 3.198 mozos de espada, que representa el 29,9% del total de inscritos en el Registro.
La encuesta realizada por el Ministerio, a través de un muestreo a 16.000 personas mayores de 15 años con la fórmula de la entrevista directa, se incluye en el Plan Estadístico Nacional.
Pérez Corrales, que se refirió -como indicamos en líneas superiores- a la temporada 2017, destacó un porcentaje: el 9,5 por ciento de la población va a espectáculos taurinos. También se puso de relieve que el aficionado a los toros prefiere la televisión a internet: el 17% frente al 1,4 por ciento.
Las tasas de participación son mayores en varones que en mujeres.
Según los datos extraídos por el Ministerio de Cultura, los toros serían el tercer espectáculo cultural de España en vivo (por delante el teatro y la música actual), con la salvedad de que en el resto hay muchas más entradas regaladas.
Razones por las que los encuestados que no asisten a los toros dicen no ir: "no les interesa, es caro, poca oferta en su zona". Esas son las barreras principales de asistencia, seguidas por "escasa información y no tener con quien ir".
En la interante exposición de Pérez Corrales, se habló de las encuestas "cruzadas". Se incidió en el perfil cultural del espectador taurino, interesado más por otras temáticas de nuestra cultura que otros ciudadanos que no asisten a los toros. Así, si en la población general va el 34,4 por ciento a museo, la tasa de asistencia es mayor entre aquellos que van a los toros, con el 40,5 por ciento. Lo mismo en visitas a monumentos: del 42 al 57%; lectura, del 62,2 al 65,8%; teatro, del 23 al 31%; ópera, del 2,6 a la 4,6; ballet, del 7 al 10; cine, del 54 al 58; música, del 24 al 34.
"Somos entonces un poco más cultos que los demás", se escuchó al finalizar la ponencia, moderada por Gonzalo Bienvenida y en la que también intervinieron Borja Cardelús y Jesús Muñoz. El director de la Fundación del Toro de Lidia aseguró que en España "no sabemos hacer guerras culturales" y el periodista de Teseo se refirió a la transformación del arte en publicidad para hacer campañas atractivas con el fin de atraer más público a las plazas.
Vayamos por partes:
Festejos en plaza: 387 corridas (una más que en 2016), 115 festejos de rejones y 220 novilladas.
Profesionales registrados en 2017: 825 matadores, 826 novilleros con caballos, 2.404 sin picadores, 416 rejoneadores, 2.972 banderilleros, etc.
Por sexo: en el total de profesionales (10.959), solo 289 son mujeres.
Los resultados indican que en 2016 el número total de profesionales inscritos en el Registro General era de 10.692 profesionales. De ellos, 276, el 2,6% eran mujeres, frente al 97,4% de hombres. Por lo tanto, el pasado año hubo un ligero crecimiento. Si se consideran las categorías profesionales, 823 se correspondía en 2016 con matadores de toros, el 7,7% del total; 3.168 novilleros con o sin picadores, el 29,6%; 405 rejoneadores, el 3,8%; 2.918 banderilleros y picadores, el 27,3%; 180 toreros cómicos, el 1,7%, y 3.198 mozos de espada, que representa el 29,9% del total de inscritos en el Registro.
La encuesta realizada por el Ministerio, a través de un muestreo a 16.000 personas mayores de 15 años con la fórmula de la entrevista directa, se incluye en el Plan Estadístico Nacional.
Pérez Corrales, que se refirió -como indicamos en líneas superiores- a la temporada 2017, destacó un porcentaje: el 9,5 por ciento de la población va a espectáculos taurinos. También se puso de relieve que el aficionado a los toros prefiere la televisión a internet: el 17% frente al 1,4 por ciento.
Las tasas de participación son mayores en varones que en mujeres.
Según los datos extraídos por el Ministerio de Cultura, los toros serían el tercer espectáculo cultural de España en vivo (por delante el teatro y la música actual), con la salvedad de que en el resto hay muchas más entradas regaladas.
Razones por las que los encuestados que no asisten a los toros dicen no ir: "no les interesa, es caro, poca oferta en su zona". Esas son las barreras principales de asistencia, seguidas por "escasa información y no tener con quien ir".
En la interante exposición de Pérez Corrales, se habló de las encuestas "cruzadas". Se incidió en el perfil cultural del espectador taurino, interesado más por otras temáticas de nuestra cultura que otros ciudadanos que no asisten a los toros. Así, si en la población general va el 34,4 por ciento a museo, la tasa de asistencia es mayor entre aquellos que van a los toros, con el 40,5 por ciento. Lo mismo en visitas a monumentos: del 42 al 57%; lectura, del 62,2 al 65,8%; teatro, del 23 al 31%; ópera, del 2,6 a la 4,6; ballet, del 7 al 10; cine, del 54 al 58; música, del 24 al 34.
"Somos entonces un poco más cultos que los demás", se escuchó al finalizar la ponencia, moderada por Gonzalo Bienvenida y en la que también intervinieron Borja Cardelús y Jesús Muñoz. El director de la Fundación del Toro de Lidia aseguró que en España "no sabemos hacer guerras culturales" y el periodista de Teseo se refirió a la transformación del arte en publicidad para hacer campañas atractivas con el fin de atraer más público a las plazas.
viernes, 19 de octubre de 2018
Talavera: Ánfora del XVII con un toreador ejecutando la estocada

Según el Cossio, uno de los períodos más difíciles de esclarecer en la historia taurina es el que constituyen los primeros cincuenta años del siglo XVIII, que sin embargo también sería uno de los más interesantes que pueda considerarse. Bien, pues remontándonos no a los comienzos de dicha centuria sino a los años noventa del XVII, una espléndida talavera, en concreto un ánfora, deja claro que la suerte suprema ya se ejecutaba prácticamente como en la actualidad.
Mejor es decir que se seguía ejecutando, porque en un capitel del Palacio de Requena de Toro (Zamora), en una de las misericordias de la catedral de Plasencia (Cáceres) o en uno de los códices del Monasterio de Guadalupe (Cáceres) queda acreditada su antigüedad en Castilla y León y Extremadura, más allá de Andalucía, lo que desmiente la teoría de que el Toreo surgiera allí antes que en otros territorios peninsulares.
En Talavera los artistas anónimos gozaban de muchas oportunidades para inspirarse en el natural, ya que en la ciudad se celebraban frecuentes corridas, especialmente durante las «mondas y en los festejos en honor de la Virgen del Prado, patrona de la villa».
La pieza que nos ocupa pertenece a la serie polícroma, caracterizada por estar pintada en azul, verde, amarillo, naranja y manganeso, y presentar motivos variados, entre los que resultaron muy del gusto de los clientes los de cacería y los taurinos, habituales en la etapa de plenitud de las talaveras, alcanzada al final del Siglo de Oro.
Se hizo para el Real Monasterio de El Escorial; para ornato del palacio no para el convento, pues luce la parrilla evocadora del martirio de San Lorenzo pero carece del león rampante que singulariza a las destinadas a los jerónimos, marcas que identifican a los mejores clientes de aquellos alfares, con los frailes escurialenses acaparando los encargos de azulejos y lozas desde el reinado de Felipe II hasta la extinción de la Orden, particularmente de 1696 a 1723. El propietario de esta magnífica pieza es Ángel Sánchez-Cabezudo, autor del estudio de las cerámicas talaveranas de esa época expuestas en la iglesia talaverana de Santa Catalina, una de las sedes de «aTempora».
En esta talavera aparece un toreador ejecutando la suerte suprema, acción desarrollada en dos secuencias. En la primera, el diestro prepara para la estocada a un toro que sigue con la mirada los vuelos de la capa, mientras la segunda recoge el momento de la estocada, aplicada casi recibiendo y delantera con una espada de cazoleta y con la capa doblada sobre el brazo, convertida en muleta. Entrando al engaño, el toro acusa el golpe en los ojos, pero aún se mantiene firme. De plasticidad logradísima, el pintor, artista que obviamente sabía de toros, revela dominio del dibujo, la composición y el colorido, capta los movimientos y mide las distancias.
En definitiva, los Toros también fueron exaltados desde las talaveras. La Tauromaquia está hermanada con lo mejor de nuestra cultura en sus diversas manifestaciones y la nobleza de su antigüedad va mucho más allá de lo que algunos creyeron y otros repiten. Antes de seguir haciéndolo, que miren bien capiteles como el de Toro, misericordias como las de la Catedral de Plasencia, ilustraciones como las de Guadalupe, relieves como el de Catedral Nueva de Salamanca o que reparen en esta talavera.
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jueves, 11 de octubre de 2018
Asistencia a la Feria de Otoño
La expectación que levantó la Feria de Otoño de este año desde que Simón Casas anunciara la confección del abono vía sorteo se ha visto reflejada en los tendidos y confirmado en el ruedo.
La media de espectadores en los seis festejos ha sido de casi 20.000 personas, produciéndose un incremento en la cifra global de asistencia de 14.000 espectadores respecto a la Feria de Otoño 2017, pese a que el pasado año había un festejo más programado dentro del ciclo, fueron siete (dos previos en el fin de semana y cinco entre el miércoles y el domingo) y no seis como este año. Se han promediado casi 5.000 entradas más vendidas por festejo. A este dato ha ayudado el incremento del número de abonados, que pasó de los 15.482 en San Isidro 2018 a los 16.028 en esta Feria de Otoño.
ASISTENCIA OTOÑO 2017
1ª. Rejones: 7.940
2ª. Desafio Ganadero: 10.875
3ª. Novillada: 16.572
4ª. Corrida toros: 10.781
5ª. Corrida toros: 16.847
6ª. Corrida toros: 19. 455
7ª. Corrida toros: 20.422
TOTAL: 102.892
MEDIA POR FESTEJO: 14.698
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ASISTENCIA OTOÑO 2018
1ª. Corrida toros: 20.884
2ª. Novillada: 17.133
3º. Corrida toros: 16.827
4ª. Corrida toros: 23.018
5ª. Rejones: 21.722
6ª. Corrida toros: 17.364
TOTAL: 116.948
MEDIA POR FESTEJO: 19.491
La media de espectadores en los seis festejos ha sido de casi 20.000 personas, produciéndose un incremento en la cifra global de asistencia de 14.000 espectadores respecto a la Feria de Otoño 2017, pese a que el pasado año había un festejo más programado dentro del ciclo, fueron siete (dos previos en el fin de semana y cinco entre el miércoles y el domingo) y no seis como este año. Se han promediado casi 5.000 entradas más vendidas por festejo. A este dato ha ayudado el incremento del número de abonados, que pasó de los 15.482 en San Isidro 2018 a los 16.028 en esta Feria de Otoño.
ASISTENCIA OTOÑO 2017
1ª. Rejones: 7.940
2ª. Desafio Ganadero: 10.875
3ª. Novillada: 16.572
4ª. Corrida toros: 10.781
5ª. Corrida toros: 16.847
6ª. Corrida toros: 19. 455
7ª. Corrida toros: 20.422
TOTAL: 102.892
MEDIA POR FESTEJO: 14.698
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ASISTENCIA OTOÑO 2018
1ª. Corrida toros: 20.884
2ª. Novillada: 17.133
3º. Corrida toros: 16.827
4ª. Corrida toros: 23.018
5ª. Rejones: 21.722
6ª. Corrida toros: 17.364
TOTAL: 116.948
MEDIA POR FESTEJO: 19.491
lunes, 24 de septiembre de 2018
viernes, 7 de septiembre de 2018
viernes, 24 de agosto de 2018
El campo de visión en el toro
El profesor Martín Roldán, catedrático de Anatomía de la Univesidad de Madrid, en su artículo "Fundamentos anatomo-funcionales de la visión en el Toro de Lidia" (1976) dejó escrito lo siguiente:
Creeemos que en el toro de lidia existe una mala percepción de los colores y una falta de matización de las tonalidades, y ceguera para algunos colores.
El toro presenta un area de ceguera posterior de con ángulo de 108 grados a 110 grados. El campo de visión uniocular queda reducido a 115 grados para cada ojo. El campo de visión binocular, en horizontal, es de 20 grados. Podemos decir que su visión uniocular es amplia, pero no lo es la binocular.

Como consecuencia del entrecruzamiento de los ángulos de visión queda una zona de forma cónica y de base frontal, existente inmediatamente delante del animal, que es de ceguera absoluta. El cono de ceguera anterior tiene una longitud, en horizontal de 90 a 125 cm, y en vertical hacía el suelo de 60 grados, aunque el doctor Anas valora la distancia de esta zona cónica en tres metros.

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Creeemos que en el toro de lidia existe una mala percepción de los colores y una falta de matización de las tonalidades, y ceguera para algunos colores.
El toro presenta un area de ceguera posterior de con ángulo de 108 grados a 110 grados. El campo de visión uniocular queda reducido a 115 grados para cada ojo. El campo de visión binocular, en horizontal, es de 20 grados. Podemos decir que su visión uniocular es amplia, pero no lo es la binocular.
Como consecuencia del entrecruzamiento de los ángulos de visión queda una zona de forma cónica y de base frontal, existente inmediatamente delante del animal, que es de ceguera absoluta. El cono de ceguera anterior tiene una longitud, en horizontal de 90 a 125 cm, y en vertical hacía el suelo de 60 grados, aunque el doctor Anas valora la distancia de esta zona cónica en tres metros.

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